viernes, 4 de enero de 2019

Herpes zóster (II): la enfermedad





Elfinger

Herpes zoster Faciei et Capillitii

Ilustración del libro de Ferdinand von Hebra
Atlas der Hautkrankheiten. Text von Prof. Dr. Ferdinand Hebra, Bilder von Dr. Anton Elfinger und Dr. Carl Heitzmann. Kaiserische Akademie der Wissen schaften

Viena, 1856-1876.






Serpiente de Asclepios de bronce.
Período helenístico. Museo de Éfeso
En una entrada anterior comentábamos la etimología del Herpes zóster, denominación que deriva de serpiente, ya que herpes en griego (ἕρπης) quiere decir serpiente, y zóster (ζωστήρ), cinturónLas lesiones del herpes zóster se extienden por el territorio de una metámera, es decir el territorio de un determinado nervio sensitivo. Por esta razón su distribución es linear, afectando solamente el territorio inervado por el nervio afectado. Esta distribución linear que recuerda una serpiente reptando es la que originó el nombre. Si además añadimos que es una enfermedad dolorosa, que también recuerda la mordedura de una serpiente venenosa, el nombre queda plenamente justificado. 

El herpes zóster es una enfermedad cutánea con afectación del nervio periférico de la zona, y por eso una de sus principales características es el dolor que produce. Está causado por el mismo virus que la varicela (Virus Varicela-Zóster, VVZ).

Tras sufrir la varicela, el virus varicela zóster (VVZ) se aloja en los ganglios nerviosos, donde permanece latente, pero, en circunstancias en las que disminuye la inmunidad puede reactivarse y aparecer un herpes zóster. 


Herpes zóster ocular (Mraceck, 1906)
Muchas veces la zona afectada es una metámera de la zona torácica o en extremidades. Particularmente doloroso y complicado  es cuando afecta a la parte superior de la cara y cabeza (territorio de la 1ª rama del nervio trigémino). En estos casos puede afectar al ojo. 

El herpes zóster no es una enfermedad infrecuente. Se calcula que alrededor de un 15% de la población puede sufrirlo durante su vida.

Como he comentado, el herpes zóster se produce cuando hay un estado inmunitario deficiente. Por eso, tienen más probabilidades de desarrollar herpes zóster:
  • - Las personas mayores: con el paso de los años, el sistema inmunológico se debilita y aumenta la dificultad del organismo para hacer frente a las infecciones. A partir de los 60 años, la incidencia del herpes zóster alcanza su punto máximo, para descender algo entre los octogenarios.
  • - Tener el sistema inmunológico deprimido: puede ser el caso de personas infectadas por VIH, afectadas por tumores que produzcan alteraciones del sistema inmune, así como las que se sometan a quimioterapia o radioterapia para combatir un cáncer o personas trasplantadas que sigan un tratamiento farmacológico para evitar el rechazo. También es frecuente apreciar casos entre personas con la inmunidad en buen estado pero en situaciones de debilidad o de cansancio.
- Padecer un cáncer. A veces el herpes zóster puede tener el papel de dermatosis paraneoplásica, es decir, que se produce por la disminución inmunitaria causada por un tumor maligno en otro órgano. Nos debe alertar particularmente en los casos en los que las lesiones del herpes zóster sean especialmente importantes o su distribución bilateral (a los dos lados) que se da en escasas ocasiones. En este sentido existe la creencia popular que "si la culebrilla se muerde la cola, es presagio de muerte inminente". Interpretando esta creencia (que no es cierta en todos los casos) encontramos la explicación: una persona con un cáncer avanzado, tiene una fuerte inmunodepresión que puede expresarse con la aparición de un herpes zóster paraneoplásico bilateral, apareciendo entonces un verdadero cinturón que da la sensación de una serpiente que se muerde la cola. 

Una de las características de esta enfermedad es como hemos dicho el dolor, que suele aumentar de intensidad en proporción de la edad del pacientes. En los casos -menos frecuentes- que afecte a niños o adolescentes el dolor está ausente o es muy ligero. En cambio en las personas de edad el dolor es insoportable. Si no se trata a tiempo la enfermedad puede dejar como secuela una neuralgia residual, muy dolorosa y difícil de tratar. La intensidad del dolor es tal que según cuentan, cuando no se conocían los analgésicos se dieron casos de suicidios para no aguantar los intensos dolores. 

Herpes zóster, según una lámina del libro de
Willan y Bateman On cutaneous diseases (1808)

En la fase de actividad la sintomatología característica es la aparición de enrojecimiento de la zona con aparición de vesículas o pequeñas ampollas. Cuando se rompen pueden dejar salir un líquido seroso que puede infectarse dando lugar a costras amarillentas o pardo-rojizas. Aunque no se traten, las lesiones cutáneas desaparecen al cabo de unos 15 días, aunque la piel puede tardar en normalizarse totalmente entre 4 y 6 semanas. 

El herpes zóster no se contagia de una persona a otra, aunque puede producir la varicela en personas que no hayan pasado esta enfermedad antes, por lo que deben tomarse las precauciones oportunas si es es caso. 

Actualmente los modernos antivirales han cambiado totalmente el pronóstico de la enfermedad ya que son muy efectivos si se administran precozmente y a las dosis  adecuadas.    

Adjuntamos hoy aquí algunas láminas sobre el tema que constituyen auténticas obras de arte. 


Herpes zóster abdominal, según una lámina del libro de
Willan y Bateman On cutaneous diseases (1808)



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