Escultura del emperador
Antonino Pío (138 d.C.) Mármol lunense Museo Nazionale Romano Palazzo Massimo. Roma. |
Bajo una óptica contemporánea pueden sorprendernos algunas esculturas en mármol que representan a los emperadores romanos completamente desnudos, mostrando incluso las zonas genitales. Nuestra concepción del pudor hace que consideremos inimaginable representar a un rey o un Jefe de Estado actuales de este modo, cosa que sería considerada no solo indecorosa, sino incluso insultante.
Otras estatuas de emperadores romanos en efigie heroica. A la izquierda, Adriano. Museo de Perge (Antalya, Turquía) A la derecha estatua de Septimio Severo de bronce encontrada en Chipre en 1928. |
En cambio en la Roma Imperial era frecuente representar así a los personajes que ostentaban la autoridad máxima. Se trata de los denominados retratos heroicos, en los que los emperadores eran mostrados desnudos a la manera de los dioses o de los héroes, precisamente para subrayar su naturaleza divina.
Tras el asesinato de Julio César, su hijo adoptivo, Octavio, se hizo proclamar emperador con el nombre de César Augusto y divinizó a su padre adoptivo, Julio César. Todo el arte del período augusteo está repleto de símbolos para insistir en dos ideas fundamentales: la divinidad de Julio César y la estirpe divina, descendiente de Venus de Julio y por lo tanto, de toda su familia, la dinastía Julio-Claudia. Los principales monumentos de este período - como por ejemplo el Ara Pacis - están repletos de insistentes mensajes subliminales en este sentido.
Ara Pacis Augustea, un altar para conmemorar los éxitos de Augusto en Hispania, y que está completamente llena de símbolos de la divinidad imperial. Museo del Ara Pacis. Roma. |
A la muerte de Augusto, también fue divinizado y a partir de ahí todos los emperadores fueron considerados dioses. Los romanos eran muy tolerantes con todos los ritos religiosos, y todos tenían cabida en el Imperio. Pero el culto al emperador se convirtió en un elemento común, en una garantía de romanidad y por lo tanto se convirtió en un auténtico requisito para la ciudadanía romana. Esto planteó un problema con las religiones monoteístas (cristianos y judíos) que se negaban a rendir culto a los emperadores, ya que consideraban que sólo existía un solo dios y que cualquier otra manifestación de culto era idolatría. Los paganos, politeístas, no entendían esta negativa y se referían a ella como el "ateísmo cristiano". Esta fue la principal razón de las persecuciones a los cristianos.
Los retratos heroicos del emperador - es decir, los que lo representaban con el cuerpo desnudo - tenían la misión de presentar al emperador como un dios griego. Los dioses masculinos de la cultura clásica se representaban siempre desnudos. No así las diosas, que aparecían siempre vestidas, a excepción de Venus, la diosa del amor. Los retratos de los emperadores desnudos eran especialmente frecuentes tras su proclamación.
Estatua del emperador Cómodo representado como Hércules, con la clava y la piel del león de Nemea como capucha. |
En la escultura que inicia esta entrada el emperador Antonino Pío está representado con unas dimensiones mayores de las de la realidad, poco después de su asunción al poder (138 d.C.). El cuerpo es una reelaboración del tipo de estatua Diomedes Cuma-Monaco, a partir de un original griego de arlededor del 440 a.C. probablemente obra de Cresilas o de un artista de su círculo.
Otros emperadores, como Cómodo, se creían reencaración de Hércules, y se vestían y se hacían representar con frecuencia como este héroe griego.
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