viernes, 16 de diciembre de 2016

El paludismo en la Roma Imperial







Columbario (nichos sepulcrales)
(s. I-III)

Necrópolis del yacimiento 
arqueológico de Ostia Antica
(Roma)



Los romanos llamaban al paludismo "aire malo" (malaria) y lo relacionaban con la presencia de pantanos. Algunos, como Columela, ya alertaron de que la presencia de mosquitos en estos lugares podía tener una relación con la producción de la enfermedad. Efectivamente, el agente causal del paludismo, el protozoo Plasmodium falciparum está propagado por la picadura de un mosquito hembra del género Anopheles. Los médicos de la época, como Hipócrates (460-370 a.C.), Galeno (129-199 d.C.) o Celso (25 a.C-54 d.C.) ya describieron los síntomas de este mal, especialmente las fiebres tercianas o cuartanas (llamadas así porque se presentan cada 3 o 4 días, coincidiendo con la eclosión de los parásitos en la sangre)  y que frecuentemente causaban gran número de muertes especialmente al final del verano. 


Mosaico representando un esqueleto.
Museo Nacional de Arqueología. Nápoles.
Recientemente, un equipo internacional de investigadores han analizado el ADN de diversos dientes humanos de la época imperial romana (s. I - IV d.C.) procedentes de tres necrópolis. Sus estudios han permitido confirmar la presencia fehaciente del paludismo en aquel tiempo. El equipo, del Centro del ADN Antiguo de la Universidad McMaster de Hamilton (Canadá) estaba dirigido por el paleopatólogo Hendrik Poinar y han analizado los restos de 58 adultos y 10 niños procedentes de tres necrópolis italianas: Isola Sacra, cementerio asociado a Portus Romae, el puerto de Roma, al norte de Ostia y a 25 Km de la ciudad eterna (s. I-III d.C.); Velia, pequeña ciudad portuaria del sudoeste de Italia (s. I-II d.C.); y Vagnari, ciudad rural del sudeste (I-IV d.C). 

No fue una empresa fácil, ya que el parásito se desarrolla en la sangre, en el bazo y en el hígado, órganos blandos que se corrompen y desaparecen poco después de la muerte. Tuvieron así que tomar pulpa dentaria para realizar su trabajo. Sus resultados, que fueron publicados en la revista Current Biology, los análisis genéticos de los fragmentos de ADN mitocondrial de dos individuos correspondieron a Plasmodium falciparum. Esta sería la primera constatación analítica de la presencia de la malaria en la Roma Imperial.



Uno de los cráneos que formaron parte del estudio, procedente de Velia
Credito: Luca Bondioli. Museo Luigi Pignorini. 
Llama la atención que en las muestras procedentes del Portus Romae no se ha constatado en ningún caso la presencia de paludismo, que aparece así como una enfermedad más extendida en las regiones del sur de la península itálica. 

El paludismo pudo suponer un problema grave para el Imperio Romano. En la actualidad se trata de una enfermedad muy extendida en África subsahariana,  y aunque su incidencia ha descendido un 37 % desde el año 2000, todavía es la responsable de 438.000 muertes al año (OMS, datos de 2015).  


Bibliografía

Marciniak S, Prowse TL, Herring DA, Klunk J, Kuch M. Duggan AT, Bondioli L, Holmes EC, Poinar HN. Plasmodium falciparum malaria in 1st– 2nd century CE southern Italy. Current Biology Vol 26, Issue 23,  pR1220–R1222, 5 December 2016
DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.cub.2016.10.016




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