Rogier van der Weyden
Políptico del Juicio Final
(1444-1450)
Óleo sobre tabla 215 x 560 cm
Hôtel-Dieu de Beaune |
Rogier van der Weyden (Tournai, 1400 - Bruselas, 1464) está considerado como una figura muy representativa de los artistas llamados primitivos flamencos. En su obra destacan los temas religiosos, tratados con mucho realismo y detalle. Durante su vida realizó varios trípticos y polípticos desplegables como el que aportamos aquí.
Uno de los temas comunes en la época eran las escenas del infierno, generalmente vinculadas al Juicio Final. Obras similares a las de Memling o las de Dieric. Más adelante El Bosco daría a este tema una versión personalísima onírica y muy original.
Anteriormente el Juicio Final y las torturas infernales habían sido temas frecuentes por lo menos desde el s. XII. Podemos citar por ejemplo el Pórtico de la Gloria de Santiago de Compostela, o los frescos de la Catedral de Albi o los del Cementerio de Pisa, entre los que nos parecen más emblemáticos.
El interés por el tema de la muerte y de las torturas infernales en el más allá cobró un nuevo impulso a partir de la gran mortandad ocasionada por la epidemia de Peste Negra a mediados del s. XIV, que modificó totalmente la vida, la ideología y por tanto, también el arte.
En general, la concepción medieval del Infierno deriva del planteamiento que Dante Alighieri hace en su obra La Divina Commedia. Los réprobos se clasifican en círculos según los diversos pecados, y también son condenados a padecer variadas torturas.
Uno de los tormentos citados en la Commedia es el de los falsificadores de moneda, sometidos al terrible castigo de un eterno prurito. Todos sabemos lo que mortifica un prurito intenso, que nos impele al rascado sin podernos controlar. En el Canto XXIX se nos describe esta situación vívidamente:
Dieric. Juicio Final (detalle del Infierno) |
Anteriormente el Juicio Final y las torturas infernales habían sido temas frecuentes por lo menos desde el s. XII. Podemos citar por ejemplo el Pórtico de la Gloria de Santiago de Compostela, o los frescos de la Catedral de Albi o los del Cementerio de Pisa, entre los que nos parecen más emblemáticos.
El interés por el tema de la muerte y de las torturas infernales en el más allá cobró un nuevo impulso a partir de la gran mortandad ocasionada por la epidemia de Peste Negra a mediados del s. XIV, que modificó totalmente la vida, la ideología y por tanto, también el arte.
En general, la concepción medieval del Infierno deriva del planteamiento que Dante Alighieri hace en su obra La Divina Commedia. Los réprobos se clasifican en círculos según los diversos pecados, y también son condenados a padecer variadas torturas.
Canto XXIX. El prurito, suplicio de los falsificadores de moneda, que se rascan continuamente |
Uno de los tormentos citados en la Commedia es el de los falsificadores de moneda, sometidos al terrible castigo de un eterno prurito. Todos sabemos lo que mortifica un prurito intenso, que nos impele al rascado sin podernos controlar. En el Canto XXIX se nos describe esta situación vívidamente:
"...come ciascun menava spesso il morso
de l’unghie sopra sé per la gran rabbia
del pizzicor, che non ha più soccorso;
e sì traevan giù l’unghie la scabbia,
come coltel di scardova le scaglie
o d’altro pesce che più larghe l’abbia.
«O tu che con le dita ti dismaglie»,
cominciò ’l duca mio a l’un di loro,
«e che fai d’esse talvolta tanaglie,
dinne s’alcun Latino è tra costoro
che son quinc’entro, se l’unghia ti basti
etternalmente a cotesto lavoro".
"como asidua cada uno pasaba la mordida
de las uñas sobre sí por la gran furia
del escozor, que no tiene otro socorro;
y así arrasaban las uñas la sarna,
como cuchillo del escaro las escamas
o de otro pez que más grandes las tenga.
¡Oh tú que con los dedos te descamas,
comenzó el Conductor mío a uno de ellos,
y que quizá los hagas tenazas,
dime si algún Latino hay entre estos
que aquí están, si las uñas te bastan
eternamente para esta tarea!"
(Trad. castellana J.E. Sanguinetti)
Y es que realmente el prurito crónico pertinaz es tan molesto e insoportable que bien puede considerarse la antesala del Infierno.
Gustave Doré. Ilustración para la Divina Commedia (Inferno, Canto XXIX)
"Giacevano l'uno sull'altro, sul ventre e sulle spalle,
e alcuni avanzavano carponi in quel triste luogo"
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