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martes, 9 de abril de 2019

Bartolomé Bermejo (II): El vello de Cristo






Bartolomé Bermejo

Resurrección
(1490)

Óleo sobre tabla. 175-189 cm
MNAC. Barcelona 



En una entrada anterior nos hemos referido a la Piedad Desplà, una de las obras cumbres de Bartolomé Bermejo y al detallismo que caracteriza a su pintura, claramente influída por las tablas flamencas. 


Detalle de la Piedad Desplà.
Cristo aparece también aquí con abundante vello en el pecho

Un detalle que llama la atención es que Bartolomé Bermejo representa a Cristo con abundante vello en el pecho. Este detalle, que se repite en todas las tablas de este genial pintor, no es habitual en la iconografía cristiana al representar a Jesús. El pelo corporal suele considerarse como un símbolo peyorativo y solo suele encontrarse en personajes malignos (demonios, enemigos, pecadores, bárbaros, monstruos...) La única excepción suelen ser los santos eremitas (S. Juan Bautista, Sta. María Magdalena, Sta. María Egipcíaca..) En estos casos se considera un símbolo de su desaliño y abandono del cuerpo en aras de una mayor dedicación al espíritu, a la penitencia y al ayuno. 

    Jesús resucitado baja al Limbo.
    También aquí Bermejo representa el vello en el pecho de Cristo. 


    ¿Por qué Bermejo representa pues de forma insistente el vello en el cuerpo de Cristo? Probablemente para subrayar su humanidad: se trataría de un mensaje secreto. Bermejo era judío y la vellosidad corporal de Jesús es una declaración de que el artista lo reconoce como hombre, pero no como Dios. Obviamente el mensaje es críptico, por temor a la Inquisición, que lo seguía de cerca, tanto por su condición de judío como por los mensajes heterodoxos en sus pinturas. También había sufrido excomunión por no cumplir un contrato. Lo cierto es que la presencia de vello en el cuerpo de Cristo y en el de otros personajes santos fue un mensaje no detectado por los censores y se repite una y otra vez en las tablas pintadas por el judío cordobés. 

    Otro detalle judaizante en la obra de Bermejo es la representación de los personajes (Jesús incluido) con un velo púdico casi transparente. Además de evidenciar también el vello púbico, se puede entrever el pene de los personajes masculinos. Observando con atención podemos apreciar que los personajes están circuncidados. Naturalmente: ¡eran todos judíos! Una nueva declaración de judaísmo al representar figuras sagradas por encargo de los cristianos. 

    Ya veis, lo que puede suponer pintar a Jesucristo con pelo en pecho...: todo un posicionamiento ideológico -aunque críptico- en una época en la que se llevaban bastante mal las heterodoxias. Menos mal que los de la Inquisición no se dieron cuenta...



Bartolomé Bermejo: Descenso de Cristo al Limbo:






Bartolomé Bermejo: Santo obispo 
(¿San Benito de Nursia?):



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