Elías Salaverría Inchaurrandieta El desembarco de Elcano en Sevilla (1919) Óleo sobre lienzo 254 x 239 cm Museo Naval. Madrid |
Elías Salaverría Inchaurrandieta (1883-1952) fue un pintor vasco que cultivó el realismo hasta los más mínimos detalles, por lo que se le encargaron muchos retratos de personajes de la época. También realizó muchas obras de tema vasco y escenas históricas.
En 1922, la Diputación de Gipúzcoa le encarga un cuadro para conmemorar la vuelta al mundo de Juan Sebastian Elcano. Su obra se tituló El desembarco de Elcano en Sevilla y del mismo realizó dos copias. Una de ellas se encuentra en la Diputación de Guipúzcoa y la otra fue donada por su hija al Museo Naval de Madrid en 1971.
La obra representa el desembarco de la Nao Victoria en el puerto de Sevilla después de la primera circunnavegación del Mundo, el 8 de septiembre de 1522. En el cuadro aparece Juan Sebastián Elcano con los restos de su tripulación, descendiendo del barco con cirios encendidos en las manos dispuestos a asistir al acto de acción de gracias que tuvo lugar en las iglesias de Nuestra Señora de la Victoria y Nuestra Señora de la Antigua. Era la primera vez que se había logrado dar la vuelta completa al mundo. La escena que pintó Salaverría fue utilizada en el reverso de los billetes de curso legal de 500 ptas. en 1931.
En el rostro y en los brazos de los marineros se observan lesiones eritematosas y equimosis propias del escorbuto. Esta enfermedad está producida por la carencia de ácido ascórbico (vitamina C) y constituyó una verdadera plaga de los barcos en los s. XVI - XVIII. Los viajes intercontinentales eran largos y había cierta dificultad en transportar alimentos frescos. Los marinos comían algunos tasajos de carne seca, galleta, legumbres secas, y pescado en salazón. Las verduras o la fruta fresca eran inexistentes. El aporte en vitamina C era pues, casi nulo. La enfermedad era tan común en las largas travesías, que los marineros españoles se referían a ella como "peste de las naos" y los ingleses la llamaban "peste del mar".
El escorbuto se caracterizaba por una importante gingivitis con fácil sangrado de las encías, que podía dar lugar incluso a la pérdida de piezas dentarias. También podían presentarse epistaxis (hemorragias de la mucosa nasal) y en general, fenómenos hemorrágicos en cualquier zona. A nivel general, los afectos de escorbuto presentaban anemia, anorexia, cansancio y gran debilidad. A nivel cutáneo, foliculitis, hemorragias y equimosis. En los estadios avanzados podía sobrevenir la muerte por una hemorragia masiva. Hoy sabemos que la causa de este mal es una dieta con aporte insuficiente de vitamina C.
En el rostro y en los brazos de los marineros se observan lesiones eritematosas y equimosis propias del escorbuto. Esta enfermedad está producida por la carencia de ácido ascórbico (vitamina C) y constituyó una verdadera plaga de los barcos en los s. XVI - XVIII. Los viajes intercontinentales eran largos y había cierta dificultad en transportar alimentos frescos. Los marinos comían algunos tasajos de carne seca, galleta, legumbres secas, y pescado en salazón. Las verduras o la fruta fresca eran inexistentes. El aporte en vitamina C era pues, casi nulo. La enfermedad era tan común en las largas travesías, que los marineros españoles se referían a ella como "peste de las naos" y los ingleses la llamaban "peste del mar".
El escorbuto se caracterizaba por una importante gingivitis con fácil sangrado de las encías, que podía dar lugar incluso a la pérdida de piezas dentarias. También podían presentarse epistaxis (hemorragias de la mucosa nasal) y en general, fenómenos hemorrágicos en cualquier zona. A nivel general, los afectos de escorbuto presentaban anemia, anorexia, cansancio y gran debilidad. A nivel cutáneo, foliculitis, hemorragias y equimosis. En los estadios avanzados podía sobrevenir la muerte por una hemorragia masiva. Hoy sabemos que la causa de este mal es una dieta con aporte insuficiente de vitamina C.
Jacques Cartier, el descubridor del Canadá, cuya tripulación se vio muy afectada por el escorbuto. |
El escorbuto causó la muerte de cerca de un millón de hombres en un período de 200 años (1600-1800). Para hacernos una idea de la frecuencia con la que el escorbuto afectaba a la marinería, baste recordar algunos datos: Vasco de Gama en su viaje en 1498, perdió a 55 marineros. En 1558, sir Francis Drake perdió a 600 de sus 2300 marineros a causa del escorbuto. También vió afecta a casi toda su tripulación Jacques Cartier, descubridor del Canadá (1535). Por cierto que unos indígenas hurones le proporcionaron una cocción de yemas y hojas de un árbol (tal vez thuya, picea o pino atlántico) que contribuyó a su rápida mejoría (cosa lógica, puesto que las coníferas son ricas en vitamina C).
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Por aquel entonces se desconocía por completo la existencia de las vitaminas, que no se descubrieron hasta principios del s. XX (Kazimierz Funk, 1911). En los s. XVI y XVII se creía que el escorbuto estaba causado por el frío de los mares o a los efluvios de las maderas verdes de los barcos. Y no menos imaginativos eran los remedios que se intentaban: desde la administración de sal, mostaza o café hasta cosas tan peregrinas como comer luciérnagas. Naturalmente, ninguno de estos remedios daba resultado.
Pronto este tratamiento se popularizó y comenzó a aplicarse en algunos barcos. El almirante Nelson, por ejemplo, siempre procuraba llevar un buen cargamento de cítricos en sus naves.
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Más tarde, en 1937, el científico húngaro Albert Szent-György recibía el premio Nobel por el descubrimiento de la vitamina C y los efectos que suponía la carencia de esta en el organismo, siendo a partir de entonces cuando el escorbuto dejó de ser una epidemia.
Afortunadamente, en la actualidad el escorbuto no es una enfermedad frecuente, si bien todavía se ven algunos casos dispersos en personas con una alimentación escasa o descuidada. Pero conservamos el recuerdo de cuando constituía una plaga y uno de los mayores peligros que acechaban a los marinos, descubridores y conquistadores de ultramar.
Scurvy:
Afortunadamente, en la actualidad el escorbuto no es una enfermedad frecuente, si bien todavía se ven algunos casos dispersos en personas con una alimentación escasa o descuidada. Pero conservamos el recuerdo de cuando constituía una plaga y uno de los mayores peligros que acechaban a los marinos, descubridores y conquistadores de ultramar.
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Scurvy and other diseases:
Escorbut: La pesta de les naus
Elías Salaverría Inchaurrandieta El desembarcament d'Elcano a Sevilla (1919) Oli sobre tela 254 x 239 cm Museo Naval. Madrid |
Elías Salaverría Inchaurrandieta (1883-1952) va ser un pintor basc que va cultivar el realisme fins als més mínims detalls, fet pel qual se li van encarregar molts retrats de personatges de l'època. També va realitzar moltes obres de temàtica basca i escenes històriques.
El 1922, la Diputació de Guipúscoa li va encarregar un quadre per commemorar la volta al món de Juan Sebastian Elcano. L’obra es va titular El desembarcament d'Elcano a Sevilla i en va realitzar dues còpies. Una d'elles es troba a la Diputació de Guipúscoa i l'altra va ser donada per la seva filla al Museu Naval de Madrid el 1971.
L'obra representa el desembarcament de la Nau Victòria al port de Sevilla després de la primera circumnavegació del Món, el 8 de setembre de 1522. En el quadre apareix Juan Sebastián Elcano amb les restes de la seva tripulació, que baixen del vaixell amb ciris encesos a les mans, per dirigir-se a l'acte d'acció de gràcies que va tenir lloc a les esglésies de la Virgen de la Victoria i Nuestra Señora de Antigua. Era la primera vegada que s'havia aconseguit donar la volta completa al món. L'escena que va pintar Salaverría va ser utilitzada en el revers dels bitllets de curs legal de 500 pessetes el 1931.
Bitllets de 500 ptes (emissió de 1931) en homenatge a la primera circumnavegació del Món. A dalt: Anvers, efígie de Juan Salvador Elcano.
A baix: Reproducció del quadre d'Elías Salaverría, El desembarcament d'Elcano a Sevilla.
A la cara i als braços dels mariners s'observen lesions eritematoses i algunes equimosis pròpies de l'escorbut. Aquesta malaltia està produïda per la manca d'àcid ascòrbic (vitamina C) i va constituir una veritable plaga dels vaixells en els segles XVI - XVIII. Els viatges intercontinentals eren llargs i hi havia certa dificultat en transportar aliments frescos. Els marins menjaven carn seca, galeta, llegums secs, i peix en salaó. Les verdures o la fruita fresca eren inexistents. L'aportació en vitamina C era doncs, gairebé nul·la. La malaltia era tan comú en les llargues travessies, que els mariners espanyols es referien a ella com "pesta de les naus" i els anglesos l'anomenaven "pesta de la mar".
L’escorbut es caracteritzava per una important gingivitis amb fàcil sagnat de les genives, que podia donar lloc fins i tot a la pèrdua de peces dentàries. També podien presentar epistaxis (hemorràgies de la mucosa nasal) i en general, fenòmens hemorràgics a qualsevol zona. A nivell general, els símptomes d'escorbut eren anèmia, anorèxia, cansament i gran debilitat. A nivell cutani, fol·liculitis, hemorràgies i equimosis. En els estadis avançats podia arribar la mort per una hemorràgia massiva. Avui sabem que la causa d'aquest mal és una dieta amb aportació insuficient de vitamina C.
Jacques Cartier, el descobridor del Canadà. A la seva tripulació hi van haver molts casos d'escorbut. |
L’escorbut va causar la mort de prop d'un milió d'homes en un període de 200 anys (1600-1800). Per fer-nos una idea de la freqüència en què l'escorbut afectava la marineria, només cal recordar algunes dades: Vasco de Gama en el seu viatge el 1498, va perdre 55 mariners. En 1558, Sir Francis Drake va perdre 600 dels 2.300 mariners a causa de l'escorbut. També va veure afectada gairebé tota la seva tripulació Jacques Cartier, descobridor del Canadà (1535). Per cert que uns indígenes li van proporcionar una cocció de gemmes i fulles d'un arbre (potser thuya, picea o pi atlàntic) que va contribuir a la seva ràpida millora (cosa lògica, ja que les coníferes són riques en vitamina C).
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En aquell temps es desconeixia l'existència de les vitamines, que no es van descobrir fins a principis del segle XX (Kazimierz Funk, 1911). En els s. XVI i XVII es creia que l'escorbut estava causat pel fred dels mars o pels efluvis de les fustes verdes dels vaixells. I no menys imaginatius eren els remeis que s'intentaven: des de l'administració de sal, mostassa o cafè fins a coses tan estranyes com menjar cuques de llum. Naturalment, cap d'aquests remeis donava resultat.
El primer que va adonar-se d'un possible tractament efectiu va ser el metge militar de l'Armada Britànica, l'escocès James Lind (1716-1794), qui el 1747, que quan viatjava a bord del Salisbury va realitzar un curiós experiment. Va agrupar els mariners amb escorbut de dos en dos i els va fer seguir diferents dietes de prova a cada un d'aquests grups. A un d'aquests doblets, els va recomanar "una dieta de dues taronges i una llimona diaris", i va aconseguir la seva curació en poc menys d'una setmana. En canvi, els altres mariners que no van realitzar aquesta dieta van morir de la malaltia. A la tornada del viatge, Lind va presentar els seus resultats als seus superiors.
Aviat aquest tractament es va popularitzar i va començar a aplicar-se en alguns vaixells. L'almirall Nelson, per exemple, sempre procurava portar un bon carregament de cítrics a les seves naus.
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Més tard, el 1937, el científic hongarès Albert Szent-György rebia el premi Nobel pel descobriment de la vitamina C i els efectes que suposava la seva absència a la dieta, i des de llavors l'escorbut va deixar de ser una epidèmia.
Afortunadament, actualment l'escorbut no és una malaltia freqüent, si bé encara es veuen alguns casos dispersos a persones amb una alimentació escassa o descurada. Però conservem el record de quan constituïa una plaga i un dels majors perills que aguaitaven als marins, descobridors i conqueridors d'ultramar.
Scurvy:
Scurvy and other diseases:
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