Atribuído a Michelangelo Merisi "Caravaggio"
Judith y Holofernes(1907)
Óleo sobre tela 137x139 cm
Toulouse
Atribuído a Michelangelo Merisi "Caravaggio"
Judith y Holofernes
(1907)
Óleo sobre tela 137x139 cm
Toulouse
Toulouse
En 2014, en una casa situada en las afueras de Tolouse se produjo una avería, una fuga de agua. Parecía que la fuga venía de la parte alta, por lo que los propietarios de la casa accedieron al desván, un cuartucho del que ni siquiera tenían las llaves. Se encontraron entonces con esta pintura, de la que no tenían conocimiento y que estaba en un magnífico estado de conservación.
La pintura llegó a la casa de la mano de un familiar de los propietarios que había sido oficial de Napoleón, probablemente procedente de España. Las similitudes entre esta pintura recién descubierta y la de Judith y Holofernes de Caravaggio conservada en la Galleria Barberini de Roma (pintada en 1599), llamó enseguida la atención de sus dueños, que enseguida contactaron con la casa de subastas Marc Labarde para tasar la pieza. Pero cuando Labarde vio el cuadro, prefirió solicitar un estudio más exhaustivo a Eric Turquin, un especialista en Caravaggio que había organizado algunas exposiciones retrospectivas. Ambos coincidieron en que se trataba de una pintura original de Caravaggio. Aunque hay que decir que no hay total unanimidad entre los expertos. Mina Gregori ha aventurado que podría ser del maestro, pero algunos de sus compañeros italianos –Gianni Papi y Giuseppe Porzio, entre ellos– se muestran más cautos y escépticos con respecto a la paternidad de la obra. En todo caso la obra es una obra maestra. La vivacidad de los colores que confiere una gran fuerza a la escena y la sabia dosificación del claroscuro son, desde luego, típicos de la pintura de Michelangelo Merisi.
Realizadas las oportunas pesquisas, se constató que el propio Caravaggio comentaba esta obra en una carta a un amigo. Probablemente la obra de Toulouse fue realizada en 1607, y es posterior a la pintura de la Galleria Barberini (1599). Anteriormente, la pintura actual solo se conocía a través de una copia muy fiel atribuida a Louis Finson, un pintor y comerciante de arte franco-flamenco que fue contemporáneo de Caravaggio y que una vez tuvo el original perdido. La copia de Finson (óleo sobre lienzo, 1,40 x 1,60 m) pertenece a la colección de la Banca Intesa Sanpaolo en Nápoles y fue objeto de una publicación detallada en 2013 antes del descubrimiento de la pintura en Toulouse.
La otra versión de Judith y Holofernes de Caravaggio (1599), que forma parte de la colección de Galleria Barberini de Roma |
La pintura representa una escena bíblica, extraída del Libro de Judith del Antiguo Testamento, que había sido rechazado por los protestantes pero que los papas católicos Sixto V y Clemente VIII habían conservado entre los textos bíblicos. Por tanto es una obra que se encuadra plenamente en la Contrarreforma. A grandes rasgos podemos sintetizar así la leyenda : la heroína, Judith, una joven viuda de Betulia, decide liberar a su pueblo de la invasión asiria, y para ello seduce al general asirio Holofernes, a quien emborracha. Aprovechando el sopor etílico del general, entra en su tienda y ayudada por su fiel sirvienta Abra, procede a decapitarlo. La escena es de una violencia inusitada, semejante a obras de la misma temática, como la pintada por Artemisia Gentilleschi y algunos años antes por el propio Caravaggio.
Detalle de la sirvienta en Judit y Holofernes (Toulouse) de Caravaggio. Se aprecia bien el notable bocio multinodular. |
En esta obra, la sirvienta Abra, una mujer de edad avanzada, con unas espectaculares arrugas, presenta unos importantes bultos en la cara anterior del cuello, que llaman poderosamente la atención del espectador. Sin duda se trata de un bocio multinodular.
El bocio multinodular es una alteración del tiroides en que la glándula crece de forma irregular a causa de un estímulo anormal de una hormona hipofisaria (TSH), formando múltiples nódulos y produciendo habitualmente un aumento visible del diámetro del cuello. Es una enfermedad que predomina más en mujeres y tiene una incidencia variable dentro de un mismo territorio.
Puede llegar a dar problemas respiratorios, especialmente si la glándula tiroides crece hacia el estrecho torácico superior. Al flexionar el cuello o al levantar el brazo se puede incrementar la dificultad respiratoria. Si se realizan pruebas de función respiratoria se pueden detectar anomalías sugestivas de obstrucción alta del flujo aéreo.
No siempre el bocio multinodular se corresponde con alteraciones funcionales. Muchas veces, los análisis practicados evidencian un perfil tiroideo normal, y solamente en un 10% de los casos cursan con hipertiroidismo. En estos casos puede haber alteraciones del ritmo cardíaco (arritmia), aumento del apetito o insomnio.
Al cabo de varios años de evolución de un bocio multinodular puede aparecer un cáncer de tiroides. Suele observarse entonces un rápido crecimiento de la glándula que puede llegar a comprimir el esófago, produciendo dificultad al tragar (disfagia).
El bocio multinodular puede estar causado en la mayoría de casos por una deficiencia de yodo. Menos frecuente es la presencia de quistes tiroideos o una tiroiditis.
En otras obras de esta época se encuentran muchos casos de bocio, que debía ser frecuente en Europa, debido a una dieta pobre en yodo. Basta recordar el Descendimiento de la Cruz de Van der Weyden, la Virgen con el Niño dormido de Mantegna, y la Madonna del Parto de Piero della Francesca , todas de ellas de la segunda mitad del s. XV.
Un nuevo Caravaggio?
La increíble historia de la Judith y Holofernes de Toulouse.
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