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jueves, 30 de agosto de 2018

La barbuda de Peñaranda (II): Referencias literarias





Sebastián de Covarrubias 

Emblemas morales en Roma 
(1610)

Libro impreso en papel
Biblioteca Nacional. Madrid. 



En otra entrada del blog comentábamos el caso de Doña Brígida del Río, la barbuda de Peñaranda que fue inmortalizada por los pinceles de Sánchez Cotán. 

Pero no es solamente la pintura la que se hizo eco del extraño caso de Brígida. También podemos encontrar algunas citas de su caso en la literatura. Así, en los Emblemas morales de Sebastián de Covarrubias (emblema 64): 

Soy hic, y hac, y hoc. Yo me declaro, 
Soy uarón, soy muger, soy un tercero, 
Que no es uno ni otro, ni está claro,
Qual destas cosas sea. Soy terrero
De los que como monstruo horrendo y raro
Me tienen por siniestro y mal agüero, 
Advierta cada qual que me ha mirado, 
Que es otro yo, si uiue afeminado. 
------------
Cventan las fabulas que Hermafrodito hijo
de Mercurio y de Venus, como lo insi-
nua su nombre, queriendose lauar en una fuente, 

cuya Deesa era vna ninfa dicha Salmacis, la 
qual enamorada de la hermosura del moço,

se arrojo en el agua, y se abraço con el tan a-
pretadamente, que no se pudo desasir della, y pi- 
diendo a los Diosos conservasse aquella laça-
da de los dos, lo alcanço dellos y se hizieron vn 
enxerto. Esta fabula tiene mucho de historia 
natural y moral, porque entre otras cosas pro-
digiosas notamos esta, que suele 
nacer vna criatura con ambos sexos, a la qual lla-
mamos Androgyno, que vale tanto como varón
y muger, desta materia tenemos dicho alguna 
cosa en el  tesoro de la lengua Castellana, y sacan-
do de aqui dotrina moral, digo con Ciceron li.
3. de sus Tusculanas: Non est turpius, aut nequius
efeminatis viro. Que es la sentencia con que ce-
rramos nuestra octaua. El mote esta toma-
do de Ouidio lib. 4 Metamorphoseos.
(...)
La figura es el retrato de la barbuda depe-
ñaranda (sic)
(Transcripción de Mª José Galé Moyano)

Brígida aparece también nombrada en un entremés de Agustín Moreto (El entremés de la bota, 1663):


BOTÍN:              - Es que yo soy arrojada 
CASTELLANO:  - Muy varonil parecéis 
BOTÍN:              - Tanto que me nacen barbas 
CASTELLANO:  - ¿Barbas? ¿Qué decís, señora? 
BOTÍN:              - Yo desciendo de la casa de la                                       Barbuda, vía recta 
CASTELLANO:  - Noble sangre

En nota al pie, el autor, que utiliza la expresión como elemento cómico, amplía la información: 
"La barbuda de Peñaranda, Brígida del Río, fue mujer célebre de la época por sus barbas. Fue a la corte en 1590 y Sánchez Cotán pintó su retrato que hoy conservamos"
También aparece citada en una nota al pie en la novela El donado hablador: vida y aventuras de Alonso, mozo de muchos amos de Jerónimo de Alcalá (1624) donde se dice:

"Tenía el rostro como el de María de Peñaranda, la barbuda" 
Así vemos que Brígida del Río era un personaje popular, que aparece en distintas referencias. Antes de ir a la corte también había realizado algún tipo de exhibición, ya que al parecer, en Valencia cobró doce reales por dejarse ver.

Estos testimonios nos reafirman en la consideración que la enfermedad o la anomalía tenía durante la época barroca: por una parte el coleccionismo, la exhibición, la curiosidad "biológica" y por otra el espectáculo, la burla y la interpretación jocosa, fruto de la extrañeza del público.   





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