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martes, 6 de febrero de 2018

La paraneoplasia de Bazex







R. B. Baron

Homenaje al Prof. André Bazex
(1981)

Medalla conmemorativa de bronce 
7 cm diámetro
Acuñada en Toulouse
Colección Dr. Xavier Sierra




El artículo de hoy está dedicado a un gran profesor de Dermatología, a quien tuve el gusto de conocer y tratar personalmente. Por eso mis recuerdos personales se entremezclan con el reconocimiento de sus contribuciones al progreso de la especialidad. 

Recuerdo su amabilidad, su exquisita educación y el trato deferente y cordial que siempre tuvo conmigo. Tuve el honor de asistir en diversas ocasiones a las recepciones que organizaba en su casa de Toulouse, en las que invitaba a algunos dermatólogos extranjeros cuando asistíamos a las reuniones de la Societé Française de Dermatologie en aquella ciudad occitana. Y recuerdo también diversas conferencias en las que exponía de forma didáctica y amena conceptos clínicos de gran interés. 

André Bazex
André Bazex (1911-1988) nació  en Montestruc, Sur Gers, Francia. Su padre era un médico rural que murió cuando André solamente contaba 14 años. Determinado a seguir los pasos de su padre estudió Medicina en Toulouse y allí comenzó su formación como dermatólogo con el famoso profesor André Nanta. 

Debido a las heridas de guerra de Nanta, que le dificultaban muchas tareas, Bazex pronto asumió gran parte de la responsabilidad del Servicio de Dermatología. Desde 1941 dirigió el departamento de Venereología. Su carrera profesional continuó hasta que en sucedió definitivamente a Nanta en 1954 en la cátedra de Dermatología en la Universidad de Toulouse. 

Bazex dió a la escuela tolosana, ya prestigiosa desde la época de Nanta una importante proyección internacional. Organizó reuniones a las que asistían numerosos profesores extranjeros, procedentes de España, Bélgica, Italia, Inglaterra y Suiza. Destacaron especialmente las fraternales relaciones con la escuela catalana de Dermatología, dirigida primero por Xavier Vilanova, y más tarde por Joaquim Piñol. Algunos de los discípulos de Vilanova como Josep Cabré y J.M. Mascaró así como los que entonces éramos sus colaboradores asistíamos asiduamente a estos encuentros. Eran reuniones sencillas, nada ostentosas, pero en las que se aportaban interesantes comunicaciones de gran nivel.  La recepción de los visitantes no se realizaba en un hotel o en una sala lujosa, sino que tenía lugar en el propio domicilio de Bazex. En conjunto era algo casero, entrañable y muy humano. 

Bazex realizó numerosas publicaciones sobre diversas observaciones dermatológicas. Pero la más relevante fue la que hizo en 1965, cuando describió una nueva enfermedad, la acroqueratosis paraneoplásica psoriasiforme, a la que desde entonces también se conoce como síndrome de Bazex. Se caracteriza por la aparición de placas eritematosas y descamativas, similares a las que aparecen en la psoriasis, y que afectan especialmente a las partes más distales del cuerpo: manos, pies, nariz y orejas. Lo más interesante es que en una gran parte de los casos  se asocia a la presencia de un carcinoma epidermoide de las partes más altas del tubo digestivo o bien a metástasis de los ganglios linfáticos cervicales por algún tumor de origen desconocido. Por este motivo, la acroqueratosis de Bazex puede alertarnos sobre la presencia de un cáncer que en muchos casos todavía no está diagnosticado. Por eso se dice de ella que es una enfermedad paraneoplásica (que acompaña a un cáncer).


La Sala de Consultas de La Grave transformada en improvisado comedor
durante las Jornadas Dermatológicas de Toulouse.
De izquierda a derecha: A.Dupré, L. Texier, A. Bazex, J. Thivolet y R. Salvador






















Un año más tarde, en 1966, describió el síndrome Bazex-Dupré-Christol, que cursaba con atrofoderma folicular, proliferación basocelular e hipotricosis, de la que se ha descubierto ya el gen responsable.

El descubrimiento de la acroqueratosis aumentó considerablemente la fama de André Bazex. Fue presidente de la Societé Française de Dermatologie y miembro honorario de muchas sociedades dermatológicas de otros países. Aunque no fue esta la única aportación de Bazex. Sus conocimientos sobre clínica e histopatología cutánea le granjearon un merecido reconocimiento internacional. Dermatólogos de todo el mundo acudimos a su clínica de Toulouse para enriquecer y ampliar nuestros conocimientos sobre las enfermedades de la piel. Aunque esto no envaneció a Bazex. Siguió siendo modesto, reservado, disciplinado en su trabajo cotidiano. 


Reverso de la medalla conmemorativa de André Bazex (1981), 
con la cruz heráldica de Occitania y el símbolo de la Medicina  
entrelazados. También está presente el Agnus Dei sosteniendo 
una bandera, otro símbolo de la ciudad de Toulouse
Cuando se jubiló, en 1980 le gustaba tomar parte en grupos de discusión filosófica y en el estudio intensivo de la historia de la II Guerra Mundial. Murió en 1988 y fue sucedido en la cátedra de Dermatología por su hijo, el Prof. Jacques Bazex, que me honra con su amistad. La Societé Française de Dermatologie acuñó una medalla en homenaje en 1981, que es la que encabeza estas líneas y que guardo entre mis preciados recuerdos de mi trayectoria dermatológica. 

Tengo muy buenos recuerdos de juventud del Prof. André Bazex, un hombre a quien la fama y los honores no le hicieron perder su modestia y su exquisita educación. 


Bibliografía

Bazex A, Salvador R, Dupré A, Christol B. Syndrome paranéoplasique à type d’hyperkératose des extremités. Guérison après le traitement de l’épithelioma laryngé. Bull Soc Fr Dermatol Syphiligr 1965;72: 182.

Boissu X, Bazex J. Historia de la Dermatología en Toulouse. En: Wallach D y Tilles G. La Dermatología en Francia. Ed. Privat. Tolouse, 2002 (trad. española X. Sierra)

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