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miércoles, 20 de septiembre de 2017

El obispo desnudo y con mitra






Sepulcro de obispo (detalle)

Esculpido en piedra en un sepulcro
Catedral de Ourense  




La catedral de Ourense, dedicada a S. Martín, es una bella basílica construída en los s. XII y XIII. Además de su bella arquitectura y de sus tres puertas románicas (en perfecto estado de conservación) conserva en su interior tesoros artísticos de primera magnitud entre los que podríamos destacar el Pórtico del Paraíso (que reproduce en forma algo simplificada el programa escultórico del Pórtico de la Gloria compostelano y que conserva una envidiable policromía) o el fastuoso retablo del altar mayor, obra de Cornelis de Holanda (1520). 

El muro de la nave del lado de la epístola alberga diversos sepulcros episcopales. La identidad de los obispos allí enterrados todavía es motivo de discusión. El primero de ellos (viniendo desde el ábside) ha sido atribuido por algunos al obispo Don Lorenzo (+1248), aunque otros, atendiendo al estilo de la tumba se inclinan por creer que se trata de Don Pedro Yáñez de Noboa (+1308). El estilo de la sepultura - que algunos denominan "estilo ourensano", por ser bastante característico de esta ciudad - es monumental y geométrico, y las vestiduras de los personajes presentan una cierta rigidez.  



La figura yacente del prelado, con mitra y báculo, símbolos de su dignidad episcopal, apoya la cabeza en dos almohadas. Sobre él, la figura de la Virgen flanqueada por dos ángeles luminarios, que sostienen candelabros. Sobre esta figura, a modo de templete triangular, aparecen ángeles turiferarios, portando incensarios. En el vértice del triángulo dos ángeles sostienen un lienzo en el que transportan el alma desnuda del obispo difunto, llevándola al paraíso. 

La representación de pequeñas figuras desnudas representando el alma de los difuntos era bastante habitual durante la Edad Media. Pero en este caso un detalle nos ha llamado la atención: el alma del eclesiástico aparece mostrando la piel desnuda, como es habitual, para indicar que se ha desprendido de su cuerpo mortal, pero conserva la mitra en su cabeza. Sin duda, el artista debió querer subrayar la dignidad eclesiástica del fallecido, dejándole el más destacado atributo de los obispos. Quizás quería facilitar su identificación. O tal vez lo consideró como una carta de presentación para dirigirse al Juicio Final.  


Tablero de juego grabado en un banco. Catedral de Ourense. 
Por cierto que tras la tumba de este obispo y de otros prelados de la catedral, encontramos otro detalle curioso. Se trata de unos tableros de juego, incisos en el banco de piedra. Son tableros para juegos similares al "tres en raya" que fueron grabados por los fieles que asistían a las misas u otras celebraciones religiosas. Por lo visto, los sermones se les debían hacer muy largos y aburridos y buscaban en estos disimulados juegos una manera de hacer más pasable su estancia en el templo. Y es que, tanto antes como ahora, los hay que se las piensan todas. 


Tableros de juego. Catedral de Ourense.


martes, 19 de septiembre de 2017

El rechazo a la sífilis (s. XIX)




Anónimo

Las antiguas amigas 
rechazan al sifilítico 

Grabado (s. XIX) 




Este es un grabado decimonónico realizado con una clara intención moralizante. La moral puritana, que reforzaba el miedo al contagio, era el principal argumento usado para prevenir la expansión de la enfermedad. 

A pesar de la alta incidencia de la sífilis (Fournier calculaba una incidencia cercana al 15 % en las grandes ciudades a finales del s.XIX), la sífilis comportaba una carga de desprecio y marginación. El sifilítico era abandonado hasta por sus antiguos compañeros de francachelas y tenía que soportar, además de las molestias clínicas, el vilipendio social.  

Eso es lo que quiere precisamente representar esta escena. En la cama se ve a un enfermo demacrado y con mal aspecto. Dos mujeres con generosos escotes que dejan entrever que llevan una vida alegre (y que probablemente sean prostitutas que compartieron andanzas con el enfermo) se escandalizan ahora al verlo en este estado. Una de ellas lo señala con el dedo acusador, mientras hacen ademán de alejarse de su lado, buscando una nueva compañía masculina, que ya asoma tras la puerta. El enfermo, marginado ahora por las mismas que hasta ahora buscaban su compañía hace un gesto dramático de desesperación. 

Toda una explicación gráfica del desdén social que tenían que sufrir los afectos de las llamadas enfermedades vergonzosas, que se veían obligados a esconder su mal para evitar las maledicencias.

lunes, 18 de septiembre de 2017

Es peligrosa la tinta de los tatuajes?








Piel tatuada con barco, 
golondrinas y serpientes
(circa 1800)

Piel humana (pecho) 
Surgeons Hall Museum. Edimburgo 




Hemos hablado en diversas ocasiones de los tatuajes, ilustrando nuestro comentarios con representaciones pictóricas de los mismos o su permanencia en algunas momias antiguas. Hoy aportamos fragmentos de piel tatuada que se conservan en algunos museos del tatuaje como el de Amsterdam o en museos médicos como los de Edimburgo. Algunos tatuajes como los tatuajes tradicionales japoneses son muy grandes y elaborados. 

Aunque pueda resultar chocante, algunos tatuajes merecen la pena de ser conservados. Ciertos ejemplares pueden considerarse, sin lugar a dudas como arte en la piel. Al hablar de tatuajes recuerdo siempre una conversación que tuve, hace algunos años, con un tatuador: 
- Y tú por qué te hiciste tatuador? - le dije 
- Yo dibujo. Hago arte - me contestó - con un punto de orgullo en la mirada - Muchos pintores pintan sobre telas, otros en la pared, yo en la piel. 
Aunque era obvio que cuando hablaba de los pintores en la pared se refería a graffiteros, no pude dejar de evocar mis amados frescos románicos o los del Quattrocento italiano. Y también a Bansky, tal vez el más destacado artista de nuestro siglo. 


Norman Rockwell: La última novia (detalle)  
Lo cierto es que lo importante no es el formato. Los cuadros en tela y enmarcados no aparecen hasta el s. XVI y no sabemos cuanto tiempo durarán. Tal vez les espera un futuro similar al de los libros de papel, vencidos de forma irreversible por los formatos electrónicos...

Y es cierto que el tatuaje cobra nuevos adeptos cada día. Transformado ya en una marca gerneracional, se estima que alrededor de un 14% de la población adulta lleva algún tatuaje sobre la piel. Cerca de 100 millones de europeos lleva algún tipo de tatuaje. 


Tatuajes carcelarios polacos preservados en formol



Pero hoy os quería hablar de los tatuajes desde otro punto de vista. Recientemente ha aparecido un artículo en la revista científica  Scientific Reports (open access de Nature) que ha causado un cierto revuelo. Un grupo de científicos ha estudiado que pasa con la tinta de los tatuajes una vez que se ha incorporado a la dermis. Y para ello han realizado un estudio post-mortem en tatuados usando el sincrotón de Grenoble.  

El tatuaje consiste en introducir tinta con una aguja (de diferentes composiciones según su color) hasta la capa más profunda de la piel, la dermis. Allí las partículas de tinta son fagocitadas por las células y queda fijada de forma indeleble. Esta es la razón de la permanencia de los tatuajes. Pero en la dermis - a diferencia de la epidermis - transcurren los vasos sanguíneos y linfáticos. Así que una parte del pigmento es fagocitado por los macrófagos del sistema inmunitario y puese ser arrastrada hasta los ganglios linfáticos de la zona, lo que ha sido demostrado por este estudio. 




Pero ¿de que colorantes estamos hablando? Antes, cuando solamente se realizaban tatuajes en negro (que se veía azulado por el efecto Tyndall) el colorante era bien conocido: tinta china negra. Es decir, una suspensión de polvo de carbón en agua, hidrocarburos aromáticos policíclicos, un compuesto orgánico que puede ser cancerígeno. Baste recordar que el primer cáncer profesional descrito fue el cancer de escroto de los desollinadores, precisamente por absorción cutánea de este tipo de hidrocarburos.  

Además, la proliferación de tatuajes de color ha conllevado nuevos y muy variados colorantes. Más del 80% de los colorantes utilizados en los tatuajes son orgánicos y, de ellos, más del 60 por ciento son pigmentos azoicos que, en algunos casos, pueden liberar aminas aromáticas, sustancias que están vinculadas a la aparición de algunos tipos de cáncer como, por ejemplo, el de vejiga. Además los colorantes rojos y verdes pueden reaccionar con la luz del sol provocando fenómenos de fotoalergia. Es cierto que no le pasa a todo el mundo pero es un riesgo a considerar, especialmente si el tatuaje se realiza en zonas descubiertas.

Además de los colorantes también se introducen en la piel diversos aditivos. El dióxido de titanio, por ejemplo, usado para blanquear los colores, se encuentra en todos los tatuajes de color.  En forma de nanopartículas, el dióxido de titanio se encuentra en las cremas solares y en algunos aditivos alimentarios. 

Mediante los diversos métodos usados por los autores (espectroscopía infrarroja de Fourier, fluorescencia con rayos X...) los investigadores han podido localizar de forma muy precisa las micropartículas de dióxido de titanio (TiO2) en la piel y en los ganglios linfáticos. Un transporte de partículas por la linfa que plantea la cuestión de sus posibles efectos toxicológicos, aunque todavía no los conocemos con detalle. Aunque de momento no se ha podido demostrar que los individuos tatuados presenten más linfomas ganglionares que otros grupos de población, la presencia de óxido de titanio es un dato a tener en cuenta.


Museo del Tatuaje de Amsterdam


Y no sólo óxido de titanio. La panoplia de colorantes usados en la tinta de los tatuajes es cada vez más amplia. Hay diversas proporciones de metales: plomo, níquel, cobalto, aluminio, cromo, manganeso... Algunos de los más habituales son: 


  • El sulfato rojo de mercurio se utiliza como pigmento rojo en tatuajes. 
  • Los metales como níquel y cromo (Dicromato potásico) están en los tatuajes verdes. Riesgo de alergia.
  • El cadmio  en los tatuajes amarillos 
  • Sales de cobalto en tatuajes azules. 
  • En los tonos ocres se encuentra óxido de hierro. 
  • Los colores blanco y beige, llevan en su composición óxido de titanio y óxido de zinc. 
  • Otros pigmentos orgánicos, azoicos y derivados de plantas pueden causar alergia en ciertas personas.

Muchos de ellos conllevan la posibilidad de toxicidad y alergias. Atraídos por la posibilidad de conferir a la piel nuevos colores e irisaciones, cada vez se incorporan más sustancias y efectuar un listado de las mismas es ya casi imposible. Algunos tatuadores poco escrupulosos, intentando dar a sus creaciones un tinte especial recurren a fórmulas personalizadas, e introducen materiales raros no autorizados entre los que se encuentran productos vegetales o polímeros e incluso tinta de impresoras!    

En el momento actual no sabemos que interacciones pueden tener estas nanopartículas, ni como van a interaccionar en el interior del organismo, ni si pueden suponer un riesgo a largo plazo. En otras patologías como en la silicosis o la antracosis, las partículas de material inerte (sílice o carbón) que quedan englobadas en las células del pulmón son un claro predisponente para la aparición de carcinomas pulmonares. En los últimos años hemos visto el posible papel carcinógeno de otros minerales como el talco: la aplicación continuada de polvos de talco en la zona genital puede ocasionar carcinomas de ovario.  

Hay que considerar, sin embargo, algunos posibles efectos. En algunos pacientes tatuados se puede observar una hipertrofia benigna de los ganglios linfáticos. A veces esto puede dar falsos positivos en exploraciones como la del ganglio centinela para descartar un cáncer. Un ganglio grande puede confundirse con un ganglio canceroso. Sin embargo, la histopatología permite corregir el diagnóstico. Además es un fenómeno que comienza a ser ya conocido por los médicos, habida cuenta de la alta incidencia actual de personas tatuadas. 

El borrado de tatuajes con láser hace desaparecer el tatuaje visible, pero no elimina totalmente el pigmento del cuerpo. Al exponerse al láser las partículas grandes de pigmento de la piel se romperán en fragmentos más pequeños que viajarán más fácilmente por el cuerpo y serán transferidos al nódulo linfático. El láser además puede producir cambios químicos en estas partículas.


Bibliografía: 

Sierra X. Tatuajes. Un estudio antropológico y social. Piel, 2009, 24 (6): 314-324   
http://escuelasuperior.com.ar/instituto/wp-content/uploads/2015/10/tatuajes.pdf


De Miguel M. La tinta de los tatuajes afecta al sistema inmune. El Mundo, 13 sep 2017



El peligro de nuevas tintas de tatuajes





Tattoo ink lymph nodes: Study finds tattoo ink may affect immune system










domingo, 17 de septiembre de 2017

Unas uñas con surcos





Felipe Vigarny

Sepulcro del canónigo 
Gonzalo Díez de Lerma
(1524-1525)

Alabastro blanco
Capilla de la Presentación o de San José
Catedral de Burgos.  



No creo exagerar si afirmo que la capilla de la Presentación es una de las más hermosas de la catedral de Burgos. Construída en el s. XVI en estilo tardogótico, está iluminada por una airosa linterna coronada por una bóveda estrellada de centro calado que no tiene comparación con ninguna otra capilla, a excepción de la extraordinaria  capilla del Condestable de Castilla.  Las cuatro trompas que la sostienen llevan los símbolos de los cuatro evangelistas. 


La cúpula estrellada de la capilla de la Presentación. 
La capilla fue edificada por Juan de Matienzo por encargo del canónigo Gonzalo Díaz de Lerma. Está presidida por una Sagrada Familia obra del pintor veneciano Sebastiano del Piombo, que es considerada la pintura de más importancia de la catedral burgalesa. También alberga otras obras de interés como una Virgen de la Leche policromada.  


El sepulcro del canónigo, exento, ocupa el centro de la capilla. Fue labrado en alabastro blanco por uno de los más insignes escultores del renacimiento castellano, Felipe de Vigarny (1475-1542), también llamado Felipe de Borgoña. Se trata de un lecho funerario en cuyas paredes están esculpidos, dentro de medallones,  San Francisco, San Jerónimo y las cuatro virtudes teologales . A la cabecera, sostenido por dos angelotes, el escudo  del eclesiástico.


El sepulcro del canónigo Gonzalo Díaz de Lerma con la figura yacente
del eclesiástico, que está revestido con ornamentos litúrgicos y tocado con un birrete. 

La escultura yacente del canónigo es de una gran calidad, especialmente el rostro,  muy expresivo y realista, en el que se aprecia una clara influencia artística de Diego de Siloé. 

Al contemplarlo, me fijé en las manos, juntas en ademán orante. Me gusta contemplar las manos de las figuras yacentes. Muchas de ellas están cubiertas por guantes, pero en el caso de Gonzalo Díaz de Lerma están desnudas, por lo que pueden observarse las uñas. En este caso se aprecian unos leves surcos horizontales, especialmente en los dedos 3º y 5º. Tal vez penséis que corresponden al veteado natural del alabastro, o al proceso de envejecimiento de la escultura. Pero también es posible que sea un detalle reproducido por el escultor, reflejo de la realidad. 


Escudo del canónigo, a la cabecera del lecho sepulcral
Los surcos horizontales de las uñas son conocidos como surcos o líneas de Beau. Fueron descritos por el médico francés Joseph Honoré Simon Beau (1806-1865). Son el resultado de una detención temporal de la proliferación de la matriz ungueal proximal. Su etiología puede ser variada: fiebre alta, procesos infecciosos, y también causas psicológicas como estrés o incluso síndromes depresivos. A veces, los sucesivos y reiterados episodios de algunas de estas circunstancias pueden producir diversos surcos paralelos en uñas de manos y pies, que dan a la uña un aspecto ondulado. 

Estas causas producen una disminución de la onicogénesis, disminuyendo el grosor ungueal, lo que se refleja en estos surcos deprimidos transversales. En la clínica, el surco va avanzando hacia la parte distal de la uña, sin que se afecte el tejido ungueal.

En algunas ocasiones los surcos y acanalamientos horizontales de la uña también pueden deberse a infecciones por hongos. 

En el dedo meñique de la escultura también pueden verse unas discretas líneas longitudinales. En este caso es más claro que fueran reproducidas intencionadamente por el escultor. Se trata de un detalle fisiológico, que se acentúa con la edad, siendo más evidentes en edades avanzadas. 



Sepulcro de Gonzalo Díaz de Lerma, en la catedral de Burgos



Capilla de la Presentación. Catedral de Burgos:


Bibliografía
Zaun H. Patología ungueal. (Prólogo, traducción y notas X. Sierra) Doyma Barcelona, 1983

Andrés Ordax S. Guía de Burgos. Ediciones Lancia. León, 1991. ISBN 84-86205-50-6.
De Rivero, E. Rincones singulares de Burgos, tomo XI. Ciudad de Burgos. Caja de Burgos, 2007
Ibáñez Pérez AC; Payo Hernanz RJ: Del Gótico al Renacimiento. Artistas burgaleses entre 1450 y 1600. Burgos: Cajacírculo, 2008.