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jueves, 25 de mayo de 2017

Lorry: Un erudito, precursor de la Dermatología.




A. de Saint Aubin

Retrato de Anne-Charles Lorry
(1777) 

Grabado (a partir de un dibujo de C.N. Cochin) 

Bibliothèque Henry Feulard 
Hôpital de Saint-Louis. Paris



Hombre mundano y elegante, frecuentador de salones y de fiestas, y de gran experiencia clínica, Anne-Charles Lorry (1762-1783), discípulo de Astruc, fue el médico predilecto de la aristocracia parisina. Autor de diversas monografías médicas sobre dietética y psiquiatría, entre su obra destaca el Tractatus de morbis cutaneis, publicado en 1777 en latín, aunque fue posteriormente traducido al alemán. 

La obra de Lorry es una obra muy documentada, culta y erudita. Tal vez excesivamente erudita, lo que en opinión de Kaposi la alejó de sus posibles lectores: 



     "A pesar de los materiales considerables y del carácter clásico del tratado, la obra de Lorry ha favorecido poco el progreso de la dermatología en el gran público médico, para el que el libro era demasiado sabio y su lectura muy penosa"


En su libro, Lorry considera la piel como un órgano más del cuerpo, interrelacionándose con los demás órganos, por lo que acepta que el origen de las enfermedades puede ser alguna causa interna. Al estudiar una enfermedad cutánea, considera innumerables factores que pueden influir en ella. La digestión, las relaciones sexuales, el estado anímico, la alimentación, los aires, el clima, la exposición al sol, son otros tantos factores a tener presente entre un sinfín de otras influencias, de gran importancia para el bienestar general. Subrayó la posibilidad de toxemias, originando el concepto de dermatosis tóxicas, mostrando así la posibilidad de etiologías no humorales. Destacó que las enfermedades generales pueden ocasionar enfermedades de la piel: en este sentido fue el primero de señalar la gota como causa de enfermedad cutánea. Fue el iniciador del concepto de artritismo, que tanto eco encontraría en la escuela francesa de dermatología. 


El libro de  A.Ch. Lorry, De morbis cutaneis fue uno de los últimos textos médicos escritos en latín, y uno de los primeros tratados de Dermatología




Como consecuencia de estas ideas adopta una clasificación etiológica, de tradición hipocrática. Según ella, las enfermedades se dividen en las producidas por un vicio interno y las que se originan en la propia piel. Cada uno de estos grupos se subdivide después en la forma galénica habitual, es decir, las enfermedades que abarcan toda la piel y las que sólo afectan una parte. Las subdivisiones que propone a partir de aquí son ya mucho más aleatorias y no responden a un orden preestablecido. 

En definitiva, la obra de Lorry destaca por su erudición, reflejada ya en el hecho de tratarse de la última gran obra escrita en latín. Aunque algo posterior en su publicación a la obra de Plenck, la de Lorry no introduce innovaciones conceptuales, sino que es un completo compendio de los conceptos clásicos. En este sentido, más parece ser la última obra barroca que corresponder a la época ilustrada. Desde el punto de vista doctrinal, desarrolla y compendia las ideas de la medicina griega, en la más estricta ortodoxia clásica, aportando más sabiduría libresca que experiencia vivida. Así lo entendió Alibert, que al comentar la obra de Lorry, opinó acertadamente:

       "No le falta a este hombre, digno de todos nuestros elogios, más que encontrarse como nosotros en el teatro de los hechos y de las observaciones"

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