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martes, 14 de marzo de 2017

Historia del ácaro de la sarna (y IV): Renucci, la evidencia definitiva






Jules Meresz

La demostración de Renucci 
25 de agosto de 1834

Dibujo al carboncillo 



Simon François Renucci era un joven estudiante corso que se había licenciado en letras en la Academia de París y estudiaba Medicina en el Hôtel-Dieu de esta ciudad. Estaba atónito por la absurda polémica que se mantenía por aquel entonces referente al ácaro y por el escaso conocimiento que sobre la sarna mantenían los dermatólogos oficiales. Renucci había visto multitud de veces a las mujeres de su país extraer el ácaro productor de la sarna. Y él mismo lo había hecho muchas veces. Pero el ácaro no debía buscarse en las vesículas, sino en el borde de los surcos. Éste era el fallo. 


Sarna pústulo-ampollosa. Lámina de  J.E. Olavide. Dermatología General y Atlas de la clínica iconográfica de enfermedades de la piel o dermatosis. Madrid 1871-1881 


Renucci se convirtió en uno de los alumnos más asiduos de las clases de Alibert, y convenció a su maestro de que podía extraer el ácaro con total garantía de éxito. Alibert accedió a suspender sus vacaciones y el 13 de agosto de 1834 tuvo lugar por fin el histórico suceso. Renucci nos lo relata así:
 "Después de haber asistido a una lección de Monsieur Alibert, tuve la ocasión de demostrar al profesor la existencia de este animalillo maravilloso, tantas veces buscado vanamente al microscopio, objeto de tantas controversias y contradicciones, y las dudas que él me manifestó sobre la posibilidad de encontrarlo hicieron que yo tomara partido proporcionándole pruebas irrefutables. Así que cuando el 13 de agosto de 1834, acudió a la consulta una joven cuyas manos presentaban numerosas vesículas de sarna y que no había realizado ningún tratamiento, anuncié a todos los médicos y alumnos que estaban allí que iban a ver el insecto fabuloso. En efecto, hice la extracción con la ayuda de una aguja; el ácaro caminó sobre mi uña y todos pudieron verlo a simple vista. El nutrido grupo de asistentes me pidió que repitiera la misma operación en otro sarnoso, y al cabo de poco tiempo se pudo repetir el resultado. En seguida, el profesor Alibert hizo levantar un acta, que tras ser firmada por todos fue enviada a la Facultad"
En efecto, el 16 de agosto, la noticia apareció en la Gazette des Hôpitaux, aunque fue acogida con un escepticismo general. La experiencia se repitió públicamente el 20 de agosto. Uno de los más firmes detractores de la existencia del ácaro, el Dr. Lugol comentó, burlándose: 
"Alibert ha interrumpido sus vacaciones, que creo que las necesitaba de verdad. Es muy valiente: atreverse a volver otra vez al combate, estando ya al final de su carrera, y tras sus repetidas derrotas" 
Y desafiante, añadió: 
"Yo renuevo mi oferta de 300 francos para el estudiante que encuentre el sarcoptes"

Tesis de Simon François Renucci (1935)
Así que una nueva reunión se programó para el 25 de agosto a las 9 de la mañana. Se anunció adecuadamente en la Gazette des Hôpitaux, en un lugar neutral para ambos bandos, la clínica de Edouard Émery. Entre los numerosos asistentes estaban figuras destacadas y reconocidas de la medicina: Sabatier, Pinel, Legros, Emery, Lugol, Alibert, Raspail... A las 10 de la mañana Renucci, con la ayuda de una aguja, extrajo ante todos un ácaro y lo puso bajo el objetivo de un microscopio. El más imparcial de los asistentes, el anfitrión Émery repitió la experiencia con facilidad. Raspail constató la similitud del ácaro con las planchas de De Geer. Lugol no tuvo más remedio que aceptar su derrota. Renucci había demostrado plenamente la existencia del ácaro y ya no fue puesta en duda nunca más. 

Renucci publicó poco después su descubrimiento en su tesis "De la découverte de l'insecte qui produit la contagion de la gale, du prurigo et du phylacia" (Sobre el descubrimiento del insecto que produce el contagio de la sarna, del prurigo y de la phlyzacia" (6 de abril de 1835). En ella dejó claro que el ácaro de la sarna no se encuentra nunca en las vesículas. Renucci fue recibido triunfalmente en la Charité por Rayer, en el Hôpital des Vénériens por Ricord, y en la Facultad por Cloquet. Lo que no sabemos es si Renucci llegó a cobrar los 300 francos que había ofrecido Lugol. De hecho, Lugol desapareció y no se volvió a saber nada de él. 





Bibliografía

Beeson BB. Acarus scabiei. Study of its history. Arch Dermatol Syphilogr 1927;16:294-307.

Crissey JT, Parish LC The Dermatology and Syphilology of the Nineteenth Century. New York: Praeger, 1981. 

Díaz R, Vidauzárraga C. Historia del ácaro de la sarna. Piel 2003; 18 (9): 471-3

Galvañ Pérez del Pulgar JI, Piel 2004;19:533-7 - DOI: 10.1016/S0213-9251(04)72909-

Janier M. Histoire du sarcopte de la gale. Histoire des sciences médicales, Tome XXVIII, 4, 1994. http://www.biusante.parisdescartes.fr/sfhm/hsm/HSMx1994x028x004/HSMx1994x028x004x0365.pdf


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