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miércoles, 25 de febrero de 2015

Las ruedas de Santa Catalina







 Caravaggio
 (Milán 1571 - Porto Ercole, 1610) 

Santa Catalina de Alejandría 
(1597)

Óleo sobre tela 173 x 133 cm 
Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid


En este cuadro de Caravaggio (uno de los cinco que se conservan en España véase aquí) se representa a Santa Catalina de Alejandría, que ocupa casi todo el lienzo. Se muestran también los instrumentos de su martirio, especialmente la rueda, aunque la santa presenta una expresión serena y tranquila, con una ingenuidad algo rural en la mirada, que cautiva irremisiblemente al espectador. Esta pintura fue el precedente inmediato de las grandes obras que Caravaggio realizó para las iglesias romanas. 



Lluís Borrassà. Retablo de Santa Catalina y
Jesucristo. MNAC. Barcelona
Santa Catalina de Alejandría fue una mártir cristiana del s. IV, que fue muy venerada en la Edad Media. Suele representarse con la palma del martirio y la rueda con la que la martirizaron, que es su símbolo identitario.  

Según la hagiografía, Catalina era la hija de una familia noble de Alejandría, en Egipto. Era una devota cristiana, y una noche se le apareció Jesús, al que juró dedicarle su vida, convirtiéndose en su prometida. Esta idea del matrimonio místico era muy frecuente en el Mediterráneo Oriental y penetró con fuerza en el cristianismo. 

Poco después, el emperador Majencio (306-312) visitó Alejandría y presidió una fiesta en la que el pueblo debía realizar sacrificios a los dioses. Entre ellos también estaba el emperador. Los romanos eran muy tolerantes en cuestiones religiosas, pero el culto imperial era obligado, ya que suponía la aceptación del Estado Romano. No hacerlo suponía una clara insumisión. Catalina renunció a adorar al emperador y a los otros dioses del Estado, y en vez de eso hizo la señal de la cruz y retó a Majencio a un debate filosófico sobre el verdadero Dios. Catalina, de gran inteligencia y buena formación filosófica, argumentó tan bien en el debate que convenció a buena parte de sus oponentes. 

Pinturas murales de Santa Caterina (procedentes de la Seu d'Urgell) 
MNAC, Barcelona


Majencio montó en cólera y ordenó encarcelarla y flagelarla. Más tarde ordenó que la torturaran con una máquina provista de ruedas con afiladas cuchillas, pero al tocar el cuerpo de la santa, las ruedas se rompieron (por eso muchas veces la rueda con la que se representa a la mártir aparece partida). Finalmente, la santa fue decapitada. 


Lucas Cranach: Martirio de Santa Catalina. 


Las lesiones de tinea corporis - infección cutánea por hongos dermatofitos - presentan una forma circular semejante a una rueda. Por ese motivo en la Edad Media eran llamadas "Ruedas de Santa Catalina" y  - por la ley de la semejanza - se imploraba por su curación a la santa. Muchas veces su forma no es totalmente redonda, sino que se rompe, borrándose en algunos puntos y dando lugar a círculos incompletos, lo que aumenta más todavía su parecido con las ruedas rotas del martirio de Catalina de Alejandría. 

Lesión de tinea corporis, con un aspecto muy similar a una rueda.







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