Mikvéh (s. XII) Besalú (Catalunya) |
Las mikvéh son los baños rituales de la religión judía. Tienen una función más purificadora y simbólica que propiamente higiénica, aunque durante un tiempo también cumplieron esta función. Este tipo de construcciones aparecieron en el s. I a.C. (anteriormente las purificaciones se realizaban en espacios naturales). En Besalú (Catalunya) puede visitarse uno de los mikvéhs mejor conservados de la Península Ibérica, descubierto en 1964. También hay restos de mikvéhs en los calls o juderías de Girona y Barcelona.
El nombre de mikvéh (מִקְוֶה / מקווה), deriva etimológicamente del lugar donde se reúnen las aguas. En el libro del Génesis, antes de la creación del mundo, sólo existían las aguas en una especie de océano primigenio. El espíritu de Dios volaba sobre las aguas. Una de las primeras cosas que hace Dios en la Creación es separar las aguas de la tierra de las aguas del cielo, algo muy bien ilustrado, por ejemplo, en el Tapiz de la Creación del s. XI, conservado en la Catedral de Girona. Pues bien, el mikvéh es un regreso simbólico a este momento primigenio.
Mikvé. Speyer (Alemania) |
Se trata de unos contenedores de agua, a modo de pequeñas piscinas que en la época medieval solían estar en la parte inferior de las casas. Se descendía a este espacio mediante una escalera interior.
La mikvéh debe cumplir dos características: el agua tiene que ser corriente, no estancada, y renovarse continuamente. Además, la profundidad del estanque ha de ser suficiente como para cubrir completamente a una persona.
En la mikvéh se practica la teviláh, una serie de inmersiones. El agua debe rodear totalmente el cuerpo y la inmersión debe ser total. Durante este ritual, hay que intentar relajarse. Se suele decir una oración o bendición (berajá) tras la primera inmersión y se continúa con otras seis. Al salir del agua, mientras el devoto se cubre con una toalla, se pide por los hijos, por el hogar, por el marido, por los enfermos de la familia...
La mikvéh debe cumplir dos características: el agua tiene que ser corriente, no estancada, y renovarse continuamente. Además, la profundidad del estanque ha de ser suficiente como para cubrir completamente a una persona.
En la mikvéh se practica la teviláh, una serie de inmersiones. El agua debe rodear totalmente el cuerpo y la inmersión debe ser total. Durante este ritual, hay que intentar relajarse. Se suele decir una oración o bendición (berajá) tras la primera inmersión y se continúa con otras seis. Al salir del agua, mientras el devoto se cubre con una toalla, se pide por los hijos, por el hogar, por el marido, por los enfermos de la familia...
Arriba y abajo: Mikvéh de la casa de Isaac el Cec. Museu dels Jueus, Girona |
Abajo, dibujo del Mikvéh de Girona (Museu dels Jueus) y esquema de sus diferentes partes:
1) Puerta de acceso; 2) Vestíbulo; 3) Vestidor; 4) Piscina; 5) Umbral; 6) Rellano; 7) Patio
Patio de la casa de Isaac el Cec (Museu dels Jueus, Girona) |
La mikvéh solía ser utilizado tanto por hombres como por mujeres, aunque en la práctica era más usado por las mujeres, que tienen la obligación de efectuar un baño ritual en los 7 días después de la culminación de cada ciclo menstrual. La menstruación es una oportunidad perdida de fecundación, de transmisión de vida y por lo tanto es un flujo de vida perdida. Esta es la razón que justifica la purificación, y no como algunos creen por la idea de suciedad. También se realiza un baño purificador algunos días después del parto.
La inmersión en la mikveh se utiliza también como parte del ritual de conversión al judaísmo. También se practican baños rituales si se ha comido carne de un animal no sacrificado (muerte natural) o tras tocar un cadáver o antes de un funeral. Cuando se compran utensilios nuevos que van a ser usados para comer se purifican también lavándolos con el agua de este lugar.
Algunos hombres utilizan la mikvéh solamente en la víspera de Yom Kippur, el Día del Perdón. Los judíos jasídicos lo hacen a diario.
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