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jueves, 28 de octubre de 2021

La última comida del hombre de Tollund

versió catalana | versión española






Hombre de Tollund

(800 aC - s. I dC)
 
Restos humanos momificados

Museo de Silkeborg (Dinamarca) 


En las marismas de Escandinavia y de las Islas Británicas, se han encontrado desde el s. XVIII cuerpos humanos que datan de la Edad del Hierro (800 aC - s. I dC).  Se trata de cuerpos momificados de forma natural (bog bodies) y perfectamente conservados, preservándose incluso cabellos y vestidos. 

Los cuerpos han sido conservados en las torberas gracias a la composición física y bioquímica de la turba, un tipo de carbón producido por la fosilización de los vegetales con escaso contenido en oxígeno, y que ha sido explotado como combustible fósil. 

En 1950, fue encontrado uno de estos cuerpos momificados en "Tollund Fen" (Bjaedskovdal) en la península de Jutlandia. En este momento, la penuria energética que había ocasionado la Segunda Guerra Mundial había impelido a la población a acudir a la torbera en busca de turba para calentar las casas.  Así se encontró una de estas momias, que recibió el nombre del "hombre de Tollund".

El hombre parecía dormir plácidamente. Su indumentaria era sucinta: solamente un gorro y una banda de cuero a la cintura. Una cuerda anudada alrededor de su cuello indicaba que este varón de unos 40 años había sido ejecutado, como la mayoría de los cuerpos de las torberas que habían sufrido la pena de muerte como castigo o como sacrificio ritual: apuñalados, degollados, apaleados o ahorcados. En efecto, el escritor romano Tácito comentaba que 

"entre las tribus celtas existe la costumbre de inmolar en las marismas a los desertores o a los que no mostraban valor en el combate"
Los órganos internos del hombre de Tollund estaban totalmente preservados. Examinando su contenido intestinal al microscopio, los especialistas del museo de Silkeborg han podido estudiar que tipo de alimento había ingerido en su última comida, que dedujeron había tenido lugar entre 12 y 24 horas antes de su muerte. 



La momia del hombre de Tollund, expuesta actualmente
en el museo de Silkeborg. 


Su estudio fue tan detallado que casi podemos reconstruir la receta de lo que había comido. Se trataba de una sopa o papilla compuesta por un 85% de cebada (Hordeum vulgare) y avena (Avena sp.); un 9% de persicaria pálida (Persicaria lapathifolia), y un 5% de semillas de lino (Linum usitatissimum). También se encontró un 1% compuesto por trazas de semillas de numerosas plantas salvajes: camelina (Camelina sativa),  albohol (Fallopia convolvus), esparcilla (Spergula arvensis), rábano blanco (Brassica rapay pensamiento de los campos (Viola arvensis). La sopa contenía también grasa animal (probablemente pescado). 

Una cosa que llama la atención es la ausencia de frutos. Tal vez estas ejecuciones tenían lugar en invierno, época en la que no abunda la fruta. Desde el punto de vista dietético, la comida era bastante correcta, con un correcto equilibrio de grasas, proteínas y carbohidratos.

Los investigadores han encontrado costra alimentaria carbonizada, lo que indica que la comida era una papilla cocinada en un recipiente de arcilla. 



Reconstrucción de los ingredientes de la última comida del hombre de Tollund. 

También se han podido constatar algunos aspectos patológicos. El Hombre de Tollund estaba infestado por diversos parásitos intestinales: nematodos (Ascaris sp.), tricocéfalos (Trichuris trichiura), así como un platelminto (Tenia sp.). Este estudio revela que esta víctima de la Edad del Hierro padecía unas parasitosis, que probablemente eran bastante habituales en aquel tiempo y que se adquirían al beber agua contaminada o por consumir carne poco cocida.


  


 








El darrer àpat de l'home de Tollund 







Home de Tollund

(800 aC - s. I dC)
 
Restes humanes momificades

Museu de Silkeborg (Dinamarca) 


Als aiguamolls d'Escandinàvia i de les Illes Britàniques, des del s. XVIII s'han trobat cossos humans que daten de l'Edat del Ferro (800 aC - s. I dC). Es tracta de cossos momificats de forma natural (bog bodies) i perfectament conservats, preservant fins i tot cabells i vestits.

Els cossos han estat conservats a les torberes gràcies a la composició física i bioquímica de la torba, un tipus de carbó produït per la fossilització dels vegetals amb escàs contingut en oxigen, i que ha estat explotat com a combustible fòssil. 

El 1950 es va trobar un d'aquests cossos momificats a "Tollund Fen" (Bjaedskovdal) a la península de Jutlàndia. En aquest moment, la penúria energètica que havia provocat la Segona Guerra Mundial havia impel·lit a la població a anar a la torbera a la recerca de torba per escalfar les cases. Així es va trobar una d'aquestes mòmies, que va rebre el nom de l’"home de Tollund".

L'home semblava dormir plàcidament. La seva indumentària era succinta: només una gorra i una banda de pell a la cintura. Una corda nuada al voltant del seu coll indicava que aquest home d'uns 40 anys havia estat executat, com la majoria dels cossos de les torberes que havien patit la pena de mort com a càstig o com a sacrifici ritual: apunyalats, degollats, apallissats o penjats. En efecte, l'escriptor romà Tàcit comentava que

"Entre les tribus celtes hi ha el costum d'immolar a les maresmes als desertors o als que no mostraven valor en el combat"

Els òrgans interns de l'home de Tollund estaven totalment preservats. Examinant el seu contingut intestinal al microscopi, els especialistes del museu de Silkeborg han pogut estudiar quin tipus d'aliment havia ingerit en el seu darrer menjar, que van deduir havia tingut lloc entre 12 i 24 hores abans de la seva mort.



La mòmia del home de Tollund, exposada actualment
al museu de Silkeborg. 

El seu estudi va ser tan detallat que gairebé podem reconstruir la recepta del que havia menjat. Es tractava d'una sopa o farinetes composta per un 85% d'ordi (Hordeum vulgare) i civada (Avena sp.); un 9% de persicària pàl·lida (Persicaria lapathifolia), i un 5% de llavors de lli (Linum usitatissimum). També es va trobar un 1% compost per traces de llavors de nombroses plantes salvatges: camelina (Camelina sativa), albohol (Fallopia convolvus), esparcilla (Spergula arvensis), rave blanc (Brassica rapa) i pensament dels camps (Viola arvensis). La sopa també contenia greix animal (probablement peix).

Una cosa que crida l'atenció és l'absència de fruits. Potser aquestes execucions tenien lloc a l'hivern, època en la qual no abunda la fruita. Des del punt de vista dietètic, el menjar era bastant correcte, amb un equilibri adient de greixos, proteïnes i carbohidrats.

Els investigadors han trobat crosta alimentària carbonitzada, el que indica que el menjar consistia en unes farinetes cuinades en un recipient d'argila.



Reconstrucció dels ingredients de la darrera ingesta de l'home de Tollund. 


També s'han pogut constatar alguns aspectes patològics. L'Home de Tollund estava infestat per diversos paràsits intestinals: nematodes (Ascaris sp.), tricocèfals (Trichuris trichiura), així com un platelmint (Tenia sp.). L’estudi revela que aquesta víctima de l'Edat del Ferro presentava diverses parasitosis, que probablement eren bastant habituals en aquell temps i que s'adquirien al beure aigua contaminada o per consumir carn poc cuita.



miércoles, 27 de octubre de 2021

El ojo tuerto de la Celestina, de Picasso

versió catalana | versión española






Pablo Picasso

La Celestina
(1904) 

Óleo sobre tela 70x 56 cm
Musée Picasso. París.  


Pablo Ruiz Picasso (1881-1973), más conocido como Pablo Picasso, fue tal vez el artista más excepcional del s. XX, debido a la inmensa actividad creadora que revolucionó las artes plásticas en diversas vertientes: pintura (en numerosos estilos distintos), escultura neofigurativa, grabado, aguafuerte, cerámica artesanal y escenografía para ballets.

El «período azul» de la pintura de Picasso (1901-1904) es un estilo figurativo, que recibe este nombre por el predominio del color azul. Este monocromatismo traslada al espectador el sentimiento pesimista y patético que estaba atravesando el artista. Tras el suicidio de su amigo y confidente Casagemas (1901) Picasso atraviesa una gran depresión, a causa de cierto sentimiento de culpa por haber iniciado una relación sentimental con la chica de la que estaba enamorado su amigo. Además su situación económica era bastante comprometida, lo que no contribuía a salir de su visión negativa del mundo. A sus 20 años, Picasso refleja en su pintura una serie de personajes marginales, dolientes y desesperanzados como él. Nos muestra un mundo protagonizado por mendigos, indigentes, prostitutas o artistas pobres, aislados de la sociedad, en una visión desolada y catastrofista. 

Uno de los cuadros más representativos de la época azul de Picasso es esta figura de una mujer de edad avanzada, que mira de forma inquietante al espectador con su único ojo sano. El otro ojo aparece glauco, velado y opaco. 

El cuadro formaba parte de la colección del autor y fue exhibido por primera vez en 1932, en la galería Georges Petit, y generó muchas incógnitas. ¿Quién era? ¿Se trataba de la representación ideal de la protagonista de la Tragicomedia de Calisto y Melibea atribuida a Fernando de Rojas (1468-1541), o es el retrato de una alcahueta de burdel conocida por el artista en su etapa barcelonesa?

La obra parece estar inspirada en un personaje real, cuyo nombre y dirección figuraban al dorso del lienzo, hoy reentelado:

«Carlota Valdivia / calle conde Asalto, 12 / 4º, 1ª escalera interior, marzo 1904». 

Aunque se ha sostenido que la obra fue realizada en 1903, parece más probable que sea, como indica la inscripción, de marzo de 1904, época que señalaría el final del período azul. La dirección citada en la inscripción es la del Edén Concert, establecimiento barcelonés frecuentado por el artista. La escalera interior debía ser el domicilio de la mujer. Picasso la debió de conocer en 1904 y le pareció adecuada para pintarla, lo que hizo al final de su estancia en Barcelona, antes de instalarse en París. 



Joaquín Sorolla: Trata de blancas (1894). Museo Sorolla de Madrid.
La escena representa cuatro prostitutas jóvenes en un compartimento
de un vagón ferroviario. La alcahueta, vestida de negro, lleva un
tocado similar al de La Celestina de Picasso. 

La alcahueta aparece, como muchas de las figuras de esa época, envuelta en su chal, que no deja ver los brazos, y cubierta con un pañuelo en forma de capucha. Algunos analistas han señalado que la capucha puede tener relación con el gorro que utilizaban las prostitutas enfermas de sífilis que había visto Picasso en 1901 en el hospital de mujeres de Saint-Lazare, probablemente para ocultar su alopecia sifilítica. Sea como fuere, la capucha o un pañuelo cubriendo la cabeza, era muy habitual en las representaciones de celestinas, que vestían habitualmente así. Encontramos este complemento en las representaciones de alcahuetas de Goya (Capricho 17). También lo vemos en el cuadro de Sorolla "Trata de blancas" (1894).  La última limpieza de la obra ha permitido descubrir los encajes del forro de la capucha, pintados de modo suelto, que matizan los juegos de los azules más oscuros de la capa y la capucha sobre el fondo más luminoso. 

Picasso nos muestra a una Celestina tuerta. De hecho, al cuadro también se le conoció por este nombre durante un cierto tiempo. Picasso representa en esta época a personajes ciegos y con problemas de visión. Sabemos que tenía un gran temor personal a quedarse ciego, una terrible invalidez para un pintor. 


Detalle del ojo opaco de La Celestina de Picasso 


Entre las causas de opacidad corneal congénita  podemos distinguir las causas primarias y las secundarias. 

Las distrofias estromales hereditarias congénitas, cursan con edema corneal difuso bilateral manifiesto poco después del nacimiento, limbo a limbo, con opacidades flake-like estromales, sin vascularización ni tinción y que con cierta frecuencia, asocian estrabismo o glaucoma primario de ángulo abierto.  

John D. Bullock, en la reunión de la «Cogan Ophthamic history Society» (2009), postuló el glaucoma congénito como posible origen de la opacidad corneal de la Celestina del óleo. Se trata de una patología uni o bilateral, con edema corneal difuso, aumento del tamaño corneal y rotura de la membrana Descemet. El argumento principal de Bullock es que según sus mediciones el diámetro del ojo exotrópico es 25-33% más grande que el contralateral. 



Juan de Azúa Suárez (1858-1922) 

Otra posible causa de opacidad corneal en el adulto puede ser un estafiloma anterior en el contexto de una enfermedad escleral crónica no tratada. Otra posibilidad, tal vez una de las patologías más frecuentes es que el ojo aparezca velado por una catarata. 

Pero teniendo en cuenta el oficio de la Celestina (las alcahuetas eran generalmente prostitutas retiradas) y considerando los escasos medios sanitarios de la época, creemos que una infección pudo ser una causa potencial de esa opacidad corneal (como la producida por una gonococia, por ejemplo, o una uveítis sifilítica). Recordemos que el ilustre dermatólogo Juan de Azúa (1858-1922) perdió un ojo precisamente al salpicarse de pus gonocócico durante una exploración de un paciente venéreo, motivo por el cual aparece en sus retratos siempre de perfil. Otras enfermedades pueden causar la pérdida de la visión de un ojo (rubeola congénita, herpes simple u otras infecciones bacterianas). 

Cabe señalar también una causa bastante frecuente: un traumatismo, que en mi opinión es muy probable que fuera la causa de dejar tuerta a la mujer pintada por Picasso. En la obra de Fernando de Rojas La tragicomedia de Calisto y Melibea, más conocida como La Celestina, en la que evidentemente Picasso se inspiró, se describe el personaje de la alcahueta, además de vieja y barbuda (hirsutismo) con una notable cicatriz facial que nos permite reconocerla. Esta alusión a una cuchillada se repite en el texto de Rojas, y por otra parte, las cicatrices de cuchilladas en la cara eran comunes entre las prostitutas. 

Sea cual fuere la etiología oftálmica de la Celestina de Picasso, lo cierto es que la vieja alcahueta nos seguirá mirando fijamente, de forma inquisitiva, con su único ojo, desde una pintura magistral e inolvidable.   


Bibliografía

Díaz Barreda MD, Boned Murillo A, López Sangros I, Díaz Barreda A, Marco Monzón S, Núñez Benito E, Ascaso Puyuelo FJ. La mirada de la celestina tuerta de Picasso. Rev Esp Historia Humanidades en Oftalmol 2020 (2): 1-8

https://www.oftalmoseo.com/documentacion/hh/revista_2/N2-05-mirada_celestina.pdf




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L'ull borni de la Celestina, de Picasso






Pablo Picasso

La Celestina
(1904) 

Óleo sobre tela 70x 56 cm
Musée Picasso. París.  


Pablo Ruiz Picasso (1881-1973), més conegut com Pablo Picasso, va ser possiblement l'artista més excepcional del segle XX, per la seva immensa activitat creadora que va revolucionar les arts plàstiques en diverses vessants: pintura (en nombrosos estils diferents), escultura neofigurativa, gravat, aiguafort, ceràmica artesanal i escenografia per a ballets.

El «període blau» de la pintura de Picasso (1901-1904) és un estil figuratiu, que rep aquest nom pel predomini del color blau. Aquest monocromatisme trasllada a l'espectador el sentiment pessimista i patètic en el que estava immers l'artista. Després del suïcidi del seu amic i confident Casagemas (1901) Picasso travessa una gran depressió, a causa de cert sentiment de culpa per haver iniciat una relació sentimental amb la noia de qui estava enamorat el seu amic. A més, la seva situació econòmica era bastant compromesa, fet que no contribuïa a sortir de la seva visió negativa del món. Als 20 anys, Picasso reflecteix en la seva pintura una sèrie de personatges marginals, dolguts i desesperançats com ell. Ens mostra un món protagonitzat per captaires, indigents, prostitutes o artistes pobres, aïllats de la societat, en una visió desolada i catastrofista.

Un dels quadres més representatius de l'època blava de Picasso és aquesta figura d'una dona d'edat avançada, que mira de forma inquietant a l'espectador amb el seu únic ull sa. L'altre ull apareix glauc, amb un vel i opac.

El quadre formava part de la col·lecció de l'autor i va ser exhibit per primera vegada el 1932, a la galeria Georges Petit, i va generar moltes incògnites. Qui era? Es tractava de la representació ideal de la protagonista de la Tragicomèdia de Calisto i Melibea atribuïda a Fernando de Rojas (1468-1541), o és el retrat d'una alcavota de bordell coneguda per l'artista en la seva etapa barcelonina?

L'obra sembla estar inspirada en un personatge real, el nom i direcció figuraven al dors de la tela, avui reentelat:

«Carlota Valdivia / carrer comte Assalt, 12 / 4t, 1a escala interior, març 1904».

Encara que s'ha sostingut que l'obra es va realitzar el 1903, sembla més probable que sigui, tal com s’indica a la inscripció, de març de 1904, època que assenyalaria la fi del període blau. La direcció esmentada a la inscripció és la de l'Edèn Concert, establiment barceloní freqüentat per l'artista. L'escala interior havia de ser el domicili de la dona. Picasso la devia conèixer el 1904 i li va semblar adequada per pintar-la, la qual cosa va fer al final de la seva estada a Barcelona, abans d'instal·lar-se a París.



Joaquim Sorolla: Tracte de blanques (1894). Museu Sorolla de Madrid.
L'escena representa quatre prostitutes joves en un compartiment d'un
vagó ferroviari. L’alcavota, vestida de negre, porta els cabells arreglats
de manera semblant al de La Celestina de Picasso.


L’alcavota apareix, com moltes de les figures d'aquesta època, embolicada en el seu xal, que no deixa veure els braços, i coberta amb un mocador en forma de caputxa. Alguns analistes han assenyalat que la caputxa pot tenir relació amb la gorra que utilitzaven les prostitutes malaltes de sífilis que havia vist Picasso el 1901 a l'hospital de dones de Saint-Lazare, probablement per ocultar la seva alopècia sifilítica. Sigui com sigui, la caputxa o un mocador cobrint el cap, era molt habitual en les representacions de celestines, que vestien habitualment així. Trobem aquest complement a les representacions d’alcavotes de Goya (Capritx 17). També ho veiem en el quadre de Sorolla "Tracte de blanques" (1894). L'última neteja de l'obra ha permès descobrir les puntes del folre de la caputxa, pintades a part, que matisen els jocs dels blaus més foscos de la capa i la caputxa sobre el fons més lluminós.

Picasso ens mostra a una Celestina bòrnia. De fet, el quadre també se’l va conèixer amb aquest nom durant un temps. Picasso representa en aquesta època a personatges cecs i amb problemes de visió. Sabem que tenia un gran temor personal a quedar-se cec, una terrible invalidesa per a un pintor.



Detall de l'ull opac de La Celestina de Picasso 

Entre les causes d'opacitat corneal congènita podem distingir les causes primàries i les secundàries.

Les distròfies estromals hereditàries congènites, cursen amb edema corneal difús bilateral manifest poc després del naixement, llimbs a llimbs, amb opacitats flake-like estromals, sense vascularització ni tinció i que amb certa freqüència, associen estrabisme o glaucoma primari d'angle obert.

John D. Bullock, a la reunió de la «Cogan Ophthamic history Society» (2009), va postular el glaucoma congènit com a possible origen de l'opacitat corneal de la Celestina de l'oli. Es tracta d'una patologia uni o bilateral, amb edema corneal difús, augment de la mida corneal i trencament de la membrana Descemet. L'argument principal de Bullock és que segons els seus mesuraments el diàmetre de l'ull exotròpic és 25-33% més gran que el contralateral.



Juan de Azúa Suárez (1858-1922) 

Una altra possible causa d'opacitat corneal en l'adult pot ser un estafiloma anterior en el context d'una malaltia escleral crònica no tractada. Una altra possibilitat, potser una de les patologies més freqüents, és que l'ull aparegui amb un vel degut a una cataracta.

Però tenint en compte l'ofici de la Celestina (les alcavotes eren generalment prostitutes retirades) i considerant els escassos mitjans sanitaris de l'època, creiem que una infecció va poder ser una causa potencial d'aquesta opacitat corneal (com la produïda per una gonocòccia, per exemple, o una uveïtis sifilítica). Recordem que l'il·lustre dermatòleg Joan de Azúa (1858-1922) va perdre un ull precisament a l'esquitxar-se de pus gonocòccic en una exploració d'un pacient veneri, motiu pel qual sempre apareix de perfil en els seus retrats. Altres malalties poden provocar la pèrdua de la visió d'un ull (rubèola congènita, herpes simple o altres infeccions bacterianes). 

Cal assenyalar també una causa bastant freqüent: un traumatisme, que al meu entendre és molt probable que fos la causa de deixar bòrnia la dona pintada per Picasso. A l'obra de Fernando de Rojas La tragicomèdia de Calisto i Melibea, més coneguda com La Celestina, en què evidentment Picasso es va inspirar, es descriu el personatge de l'alcavota, a més de vella i barbuda (hirsutisme) amb una notable cicatriu facial que ens permet reconèixer-la. Aquesta al·lusió a una ganivetada es repeteix en el text de Rojas, i d'altra banda, les cicatrius de ganivetades a la cara eren comuns entre les prostitutes.

Sigui quina sigui l’etiologia oftàlmica de la Celestina de Picasso, la veritat és que la vella alcavota ens seguirà mirant fixament, de manera inquisitiva, amb el seu únic ull, des d'una pintura magistral i inoblidable.


Bibliografia

Díaz Barreda MD, Boned Murillo A, López Sangros I, Díaz Barreda A, Marco Monzón S, Núñez Benito E, Ascaso Puyuelo FJ. La mirada de la celestina tuerta de Picasso. Rev Esp Historia Humanidades en Oftalmol 2020 (2): 1-8

https://www.oftalmoseo.com/documentacion/hh/revista_2/N2-05-mirada_celestina.pdf


lunes, 25 de octubre de 2021

Un monje con juanetes

versió catalana | versión española







Ignacio Zuloaga

Monje en éxtasis 

(1907)

Óleo sobre lienzo 188 x 115 cm
Museo d'Orsay
París



Es quizá en esta pintura de Zuloaga, en la que el pintor vasco muestra una mayor influencia del Greco. La figura alargada desmesuradamente, la cara transportada, el cielo revuelto en nubes sobre un inquietante paisaje árido y desolado. Zuloaga admiraba no solamente el estilo del pintor de Toledo, sino que todo el Siglo de Oro de Castilla era una constante referencia. En su pintura es fácil encontrar ecos de la de Zurbarán, Ribera o el propio Doménikos Theotocopoulos. 

La escena es de un gran misticismo, y se refiere a un solo personaje. Su actitud, ausente, revela que el ascético monje, de una delgadez rayana en la emaciación, está en pleno éxtasis, con su mirada perdida en un incierto paraíso. O tal vez su éxtasis es más mundano, explicable por la sinrazón de quien ha perdido el juicio. En todo caso, un aire de enajenación flota en un ambiente inquietante. 

El asceta, como decimos, muestra sus famélicos miembros en pura piel y huesos. El holgado hábito mitiga un poco su escuálida y estricta figura. Su faz, huesuda y cubierta de una cerrada barba, se vuelve al cielo, en donde su perdida mirada, bajo unas enarcadas y sorprendidas cejas, busca algo que no ha hallado en la tierra. 



A la izquierda, San Bernardino de Siena, por El Greco. A la derecha,
Monje en éxtasis de Ignacio Zuloaga. El paralelismo es evidente.  


Las huesudas manos del monje solitario se entrelazan en un gesto paciente, como esperando algún oculto suceso. 

Lo único que le une al mundo terrenal son los pies. Los pies desnudos en contacto con la tierra áspera y carente de toda vegetación. Una tierra yerma y estéril, como la tierra castellana, que empujó a sus hijos a la mística, a buscar en el cielo lo que no hallaban en su solar baldío. 

Y es en esos pies del monje, que encontramos algunas alteraciones. Unos manifiestos juanetes (Hallux valgus) que deforman el primer dedo. Y también unos dedos en martillo. Alteraciones frecuentes en las articulaciones de los pies, acaso lo único que el místico asceta tiene en común con los demás mortales. 



Aspecto de un juanete (Hallux valgus)


Los juanetes, nombre vulgar de Hallux valgus, son protuberancias óseas que se forman en la articulación de la base del dedo gordo del pie. Es debida a que algunos de los huesos se han salido de su lugar. Entonces, la punta del dedo gordo del pie apunta hacia los dedos más pequeños y hace que la articulación de la base forme un ángulo evidente, sobresaliendo del perfil del pie. La piel del juanete puede estar enrojecida y dolorida.



Aspecto de un dedo en martillo.

Por su parte, el dedo en martillo presenta sus articulaciones deformadas, y presenta una curva anormal en el medio de la articulación del dedo del pie. 

  

  


 

Un monjo amb galindons






Ignacio Zuloaga

Monjo en èxtasi 

(1907)

Oli sobre tela 188 x 115 cm
Museo d'Orsay
París



Aquesta pintura de Zuloaga és possiblement l’obra del pintor basc en la qual hi trobem una major influència del Greco. La figura desmesuradament allargada, la cara transportada i el cel regirat en núvols sobre un inquietant paisatge àrid i desolat. Zuloaga no només admirava l'estil del pintor de Toledo, sinó que tot el Segle d'Or de Castella era una referència constant. En la seva pintura és fàcil trobar-hi ressons de l’obra de Zurbarán, Ribera o el mateix Doménikos Theotocopoulos.

L'escena és d'un gran misticisme, i es refereix a un sol personatge. La seva actitud, absent, revela que l'ascètic monjo, d’una flaquesa que ratlla l’emaciació, està en ple èxtasi, amb la mirada perduda en un paradís incert. O potser el seu èxtasi és més mundà, explicable per la desraó de qui ha perdut la raó. En tot cas, un aire d'alienació flota en un ambient inquietant.

L’asceta, com diem, mostra els seus membres famèlics en pura pell i ossos. L'hàbit, balder, mitiga una mica la seva figura escanyolida. La cara, ossuda i coberta d'una barba espessa, s’inclina cap al cel, on la seva pèrdua mirada busca alguna cosa que no ha trobat a la terra, sota unes celles enarcades i sorpreses.



A l'esquerra, Sant Bernardí de Siena, del Greco. A la dreta,
Monjo en èxtasi d'Ignacio Zuloaga. El paral·lelisme és evident.  


Les mans ossudes del monjo solitari s'entrellacen en un gest pacient, com esperant algun succés ocult. L'única cosa que l'uneix al món terrenal són els peus. Els peus nus en contacte amb la terra aspra i mancada de tota vegetació. Una terra erma i estèril, com la terra castellana, que va empènyer els seus fills a la mística, a buscar al cel el que no trobaven en el seu solar erm.

Als peus del monjo hi trobem algunes alteracions. Uns manifestos galindons (Hallux valgus) que deformen el primer dit. I també uns dits en martell. Alteracions freqüents en les articulacions dels peus, potser l'únic que el místic asceta té en comú amb els altres mortals.



Aspecte d'un galindó (Hallux valgus)


Els galindons, nom vulgar de Hallux valgus, són protuberàncies òssies que es formen a l'articulació de la base del dit gros del peu. Es deuen al fet que alguns dels ossos han sortit del seu lloc. La punta del dit gros del peu apunta cap als dits més petits i fa que l'articulació de la base formi un angle evident, sobresortint del perfil del peu. La pell del galindó pot estar envermellida i adolorida.



Aspecte d'un dit en martell.


Per la seva banda, el dit en martell presenta articulacions deformades, i una corba anormal al mig de l'articulació del dit del peu.