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viernes, 18 de septiembre de 2020

El blog, en la radio

RAC1 - Últimes noticies, ràdio en directe i podcasts a la carta



El blog "Un dermatólogo en el museo" interesa también a la radio. Emma Aixalà, la conductora del programa de radio La primera pedra (RAC 1) se ha interesado por los contenidos del blog y ha incluído una sección fija en su programa, que se emitirá los  domingos de 6 a 7 h. 

Amb molt de gust (@gustRAC1) | টুইটার
Emma Aixalà


A  partir de ahora, colaboraré con ella cada domingo revisando temas de arte y medicina. Serán intervenciones cortas, de 7 min. aproximadamente, en las que en forma de diálogo con Emma, comentaré alguna de las entradas ya publicadas en el blog.

Como que el programa se emite en directo a una hora solo apta para madrugadores, quien no esté despierto a aquella hora y quiera oír la emisión puede recuperar el podcast en la web de RAC1. Y también en twitter, donde tanto Emma (@primerapedra) como yo (@xsierra4) facilitaremos el podcast del último domingo cada semana. 

Emprendemos con entusiasmo esta nueva vía de participación que es una nueva alternativa para quienes quieran seguirnos en las ondas. 


jueves, 17 de septiembre de 2020

La toxina de la medusa






 


Salvador Dalí

Cabeza de Medusa 
(1962)

Acuarela sobre papel, 50 x 64 cm. 
Colección particular






Salvador Dalí (1904-1989) realizó esta acuarela representando la cabeza de Medusa en 1962. En ella recurre a una curiosa hibridación. En el centro aparece la cara fantasmagórica del personaje mitológico cuyos ojos, similares a los de una calavera, no presagian nada bueno. Sus cabellos se tornan tentáculos, como los del animal marino homónimo, aunque a medida que se alejan del centro van tomando la forma de otro animal marino, un pulpo, como se puede intuir por las ventosas que van apareciendo en los tentáculos. Un monstruo terrorífico en uno de los rápidos esbozos del genial pintor. 

Según la mitología, de las Gorgonas, Esteno, Euriale y Medusa, esta última fue la más famosa. Su cabeza estaba llena de serpientes y tenía el poder de convertir en piedra a quien la mirase. Este mito, el de la maléfica Gorgona paralizante con cabellos de sierpes ponzoñosas, ha dado el nombre a unos animales cnidarios, las medusas marinas. 



Pelagia noctiluca


Las medusas de mar son, efectivamente malévolas y paralizantes, pero en este caso no por su mirada (entre otras cosas carecen de ojos) sino por el contacto con sus tentáculos tóxicos. Las medusas son unos animales de cuepo gelatinoso y acampanado, del que emergen unos filamentos dotados de células que liberan sustancias tóxicas (como las serpientes del mito griego).

Durante la última década, se han recibido infinidad de informes sobre playas invadidas por medusas en todo el mundo. Según el Observatorio de Medio Ambiente de Menorca, el número de ataques de medusas contra nadadores ha aumentado constantemente desde 2002.  Este fenómeno está favorecido por el cambio climático que está afectando a nuestros océanos. A medida que los humanos emiten más gases de efecto invernadero (dióxido de carbono en particular) a la atmósfera, la química de los océanos cambia. Sin embargo, las medusas pueden sobrevivir y, a menudo, multiplicarse rápidamente en un mar más cálido, más ácido y menos oxigenado. Por lo tanto, el aumento en la población de medusas nos dice que el cambio climático es real.


Chrysaora hyoscella

Las medusas son seguramente unos de los animales más primitivos de nuestro planeta. Surgieron en los océanos hace más de 600 millones de años y, desde entonces, sus características morfológicas apenas han cambiado. Su sencillez anatómica les ha permitido sobrevivir en la mayor parte de los hábitats marinos e incluso de los dulceacuícolas.

El éxito evolutivo de las medusas radica precisamente en unas células denominadas cnidocitos, una de las armas biológicas más eficaces del reino animal. Estas células llamadas cnidocitos, están dispuestas  en los tentáculos, y son específicas de todos los cnidarios. Los cnidocitos contienen el veneno que la medusa inocula a sus presas para paralizarlas antes de ingerirlas y que también puede usar como mecanismo de defensa contra los ataques de depredadores. Ante alguna de esas situaciones, en tan solo 3 milisegundos el cnidocito dispara un filamento que descarga el veneno. Se trata de uno de los procesos de exocitosis (expulsión de sustancias por parte de la célula) más rápidos conocidos hasta ahora. 



medusas
Modo de acción de los cnidocitos. A la izquierda, cnidocito con el filamento
en reposo. Al contactar con una presa o un depredador, el filamento se desenrrolla y
protruye al exterior en tan solo 3 milisegundos, descargando el veneno que contiene. 



La composición de la toxina de los cnidocitos varía de una especie de medusa a otra. La intensidad de la picadura en los humanos depende, de la toxicidad del veneno producido por cada especie, pero también de la cantidad de tóxico inoculado. 

Algunas medusas del Mediterráneo, como Pelagia noctiluca,  Chrysaora hyoscellaRhizostoma pulmo o Carybdea marsupialis, están catalogadas como especies de toxicidad media-alta. En algunas zonas de la costa española, más de la mitad de las asistencias médicas solicitadas se deben a picaduras de medusa.



Rhizostoma pulmo

A pesar de la dificultad que tiene la extracción del veneno en las medusas, los científicos han conseguido aislar ciertas sustancias de las medusas, comprobando que alguna de las especies estudiadas pueden llegar a tener más de 10 tipos diferentes de veneno, las cuales a abrirse los filamentos de los cnidocitos se inyectan en la piel de la víctima, y pueden combinarse produciendo una acción sinérgica, es decir forman un cóctel tóxico que puede llegar a matar a peces de su tamaño en menos de un minuto. Algunas especies de gran tamaño, como la carabela portuguesa (Physalia phisalis) con tentáculos de cerca de dos metros, son especialmente tóxicas  y pueden matar a un humano en menos de una hora.

Portuguese Man-O-War (Physalia physalis).jpg
Carabela portuguesa (Physalia phisalis) una de las especies más peligrosas de medusa
Los tóxicos más frecuentes de las medusas son: 

  • HIPNOCINA

Es una enzima proteica que actúa paralizando a la presa.  Se extiende progresivamente por la sangre, y en presas pequeñas se propaga por todo el cuerpo paralizándolo muscularmente e incluso imposibilitando los movimientos de la respiración. En humanos produce un efecto de parestesia (la sensación de zona "dormida").


Lesiones en dedos por contacto con filamentos de Pelagia noctiluca


  • THALASSINA

Otra de las sustancias tóxicas es la denominada thalassina, que se encuentra con frecuencia en la mayoría de medusas,  tanto en las más mortales, como de aquellas que no lo son. Inyectado en pequeñas cantidades puede producir urticaria,  pero si el contacto con los tentáculos es continuado, y por lo tanto la dosis que se recibe de thalassina es mucho mayor, puede paralizar rápidamente todos los miembros del cuerpo, y lo que es más grave aún, provocar un paro cardíaco que lleve a la muerte.

  • CONGESTINA

Tras ser picadas por una medusa, muchas personas sienten  una serie de problemas digestivos. Estos son causados por una enzima llamada congestina, que puede provocar sensación de náuseas o incluso vómitos. A veces se provocan dolores abdominales, que en ocasiones son tan intensos que dificultan estar de pie. Ocasionalmente también se han descrito diarreas. 

Caribdea marsupialis
Evidentemente todos estos síntomas solo se producen en casos de picaduras de medusas de gran tamaño, de muchas medusas a un tiempo o de especies muy tóxicas. En la mayoría de los casos la sintomatología no es grave y se limita a la piel. Comienzan con prurito local y dolor intenso y muy agudo, urente (similar a una quemadura) con lesiones dispuestas típicamente en líneas (según el contacto de los filamentos). En las zonas afectadas se observa eritema, edema, y a veces petequias, vesículas y ampollas. Es poco frecuente que produzcan sintomatología sistémica como la que hemos descrito antes, que solamente se producen en los casos de picaduras masivas o en pacientes previamente sensibilizados por picaduras anteriores. Pueden quedar cicatrices o discromías persistentes en la zona afectada.
Tras una picadura de medusa, se debe evitar frotar la zona con la toalla o con arena, y se deben extraer con cuidado los restos de tentáculos adheridos a la piel. A continuación lo mejor es aplicar vinagre o una solución de amoníaco con agua de mar al 50% (nunca con agua dulce, y también deben evitarse los lavados con agua dulce en la zona). Puede aplicarse una bolsa con hielo en la zona durante 15 minutos (igualmente evitar el contacto directo con el hielo a menos que sea hielo de agua de mar). Si se observa mal estado general, dificultad respiratoria o alteraciones del ritmo cardíaco, se llevará a la víctima al hospital. 
En días sucesivos, si la piel se mantiene íntegra, sin erosiones, se puede aplicar localmente una crema de corticoides o una asociación de antibiótico y corticoide. Si se observan erosiones o efracciones cutáneas, es recomendable la aplicación de un antiséptico. 

Bibliografía
Taberner R. Dermapixel (blog) Las medusas, mejor con vinagre. https://www.dermapixel.com/2011/06/las-medusas-mejor-con-vinagre.html
Toxicidad del veneno de las medusas https://medusas.wiki/toxicidad-del-veneno-de-las-medusas/
Ballesteros A. La picadura de una medusa. Investigación y Ciencia. Sept 2017. https://www.investigacionyciencia.es/revistas/investigacion-y-ciencia/la-red-de-la-memoria-712/la-picadura-de-una-medusa-15550
Big Nano. El mensaje de las medusas. Investigación y ciencia. Octubre 2018. https://www.investigacionyciencia.es/blogs/fisica-y-quimica/57/posts/el-mensaje-de-las-medusas-16798


Como nacen las medusas? 



Las medusas, animales con mala fama





miércoles, 16 de septiembre de 2020

La morgue






Andrés Serrano

The morgue (Infectious pneumonia) 

(1992)

Prueba Cibachrome en marco del artista. 
Museo Colección Berardo. Lisboa




El Museo Colección Berardo fue fundada por el magnate y coleccionista de arte portugués José Manuel Berardo, que durante varias décadas hizo fortuna en Sudáfrica gracias a la extracción de oro, hasta que regresó a Portugal en los años 80 convertido en uno de los empresarios más ricos del país. Desde muy joven sintió interés por el arte y se dedicó a recopilar diversas obras hasta reunir una colección de más de 40.000 piezas. La primera vez que su colección abrió sus puertas al público fue en 1997, donde algunas de sus obras fueron expuestas en el antiguo casino de Sintra.


Visitando esta interesante colección de arte contemporáneo me encontré con esta obra, del fotógrafo estadounidense Andrés Serrano (1950), de reconocido prestigio internacional. Serrano tiene una clara voluntad transgresora y provocativa, y destaca por sus trabajos sobre cadáveres, miembros del Ku-Klux-Klan, torturas y víctimas quemadas. También ha realizado algunas series satíricas sobre el presidente Donald Trump.

La obra de Serrano como fotógrafo suele ser en forma de ampliaciones de 0.5 por 0.8 m, producidas con técnicas fotográficas convencionales (sin manipulación digital). Muchas de las fotografías de Serrano contienen fluidos corporales, tales como sangre (a veces del ciclo menstrual); semen, como por ejemplo, "Blood and Semen II" (1990) o leche materna. Dentro de esta serie hay numerosos trabajos de objetos sumergidos en estos fluidos. El más famoso de ellos es Piss Christ (1987) un crucifijo de plástico inmerso de un recipiente de orina. Esta fotografía causó una gran polémica la primera vez que fue expuesta, y llegó a ser denunciada por dos senadores estadounidenses. 

La integridad de la obra The Morgue

En la obra The Morgue, el fotógrafo nos transporta a un depósito de cadáveres, en el que capta imágenes de la cara (parcialmente cubierta) y del pie izquierdo. Destaca el color céreo de la piel, inerme, sobre la que todavía se dibujan algunas venas. En la cara se aprecian pequeñas arrugas cutáneas en la piel laxa e inánime. Una herida incisa del dorso del pie certifica que  se trata de un cuerpo sin vida. La sangre, en efecto, no mana de la herida, como sería el caso de un cuerpo vivo. El título nos aporta también la causa de la muerte: una neumonía infecciosa. Conocer este diagnóstico concreto aumenta el realismo y hace que el espectador sienta todavía más próxima la muerte. 

Por morgue se conoce el depósito de cadáveres (generalmente en un hospital) donde se almacenan los cadáveres para su estudio o en espera de ciertas pruebas como la autopsia o ciertos trámites policiales o jurídicos. Para la conservación de los cadáveres se suele recurrir a cámaras refrigeradas. 


La época en la que ir a la morgue era una atracción pública
Morgue de París. 

La palabra morgue es un término tomado del francés que significa "para ser mirado solemnemente". Fue utilizado inicialmente para describir el lugar de las cárceles en donde los prisioneros nuevos eran llevados para ser reconocidos en el futuro por los guardianes.

Adquirió su significado moderno en París, en el siglo XV, donde se usaba para describir el lugar del Grand Châtelet, una construcción del tiempo de Luis VI en  donde se resguardaban los cuerpos hallados en las calles o en el cercano Sena (también en revueltas sociales como más tarde sucedió) para que fueran reconocidos por sus familiares. 

Le Grand-Châtelet de París, alrededor de 1800

En 1718 el Dictionnaire de l'Académie definía a la morgue como:

Un lugar en le Châtelet donde los cadáveres que se han encontrado están expuestos y a la vista del público para que sean reconocidos. 

Los cuerpos procedentes en su mayoría de accidentes, asesinatos o suicidios eran llevados al sótano a donde los familiares identificaban a sus muertos a través de una rejilla; a este sitio se le denominaba Basse-geôle. Sin embargo, no se trataba de un espacio cerrado, medicalizado y de estricto acceso como es en la actualidad, sino un lugar muchas de las veces insalubre, descuidado, medio descubierto y de entrada libre, como si de una atracción pública se tratara.

Paris, La Morgue - Marlet JeanHenri en reproducción impresa o copia al óleo  sobre lienzo.
Jean Henri Marlet. La Morgue de París. 

En 1808, el Grand Châtelet fue destruido por orden de Napoleón en 1808, y en su lugar se construyó la Plaza del Châtelet y el Teatro del Châtelet. La Morgue, ya denominada oficialmente así, se trasladó al Quai du Marché Neuf y Pont St. Michel, en una área cercana al cuartel de policía, el juzgado y la facultad de medicina de La Sorbona. La Morgue ya no fue un lúgubre y mal ventilado sótano sino un mausoleo tipo griego en donde los cadáveres eran exhibidos en una sala especialmente diseñada para ello, con ventanas de vidrio y mucha luz natural, así que la gente se congregaba para mirar los cuerpos que eran colocados en losas de mármol inclinadas. Esta Morgue fue a su vez demolida en 1864. 


lunes, 14 de septiembre de 2020

Retrato de Pietro Manna, médico de Cremona


Resultado de imagen de Lucía Anguissola. Retrato del Dr. Pietro María de Cremona. Museo del Prado






Lucía Anguissola

Retrato de Pietro Manna, 
médico de Cremona 
(1557)

Óleo sobre lienzo, 96 x 76 cm. 
Museo del Prado. Madrid. 




Lucía Anguissola (1536-1565) fue una artista de Cremona, tercera hermana de la también pintora Sofonisba Anguissola. Si bien la obra de Sofonisba es bien conocida, la de Lucía, que murió joven y que dejó una escasa producción, ha alcanzado una notoriedad mucho menor. 

En esta obra, Lucía nos presenta el retrato de un caballero calvo, con una abundante barba. Una alopecia androgenética, de patrón hipocrático, sin duda. El personaje está sentado en una silla de brazos, y se vuelve ligeramente para mirar al espectador con cierta curiosidad. Viste un ropón de mangas largas, con puños de piel, probablemente de marta. 

Sostiene con su mano izquierda una vara con la serpiente enroscada, el símbolo de Esculapio, atestiguando su profesión médica. Tras él unos libros descansan sobre una mesa, creando la sensación de espacio. 

Esta composición de Lucía es la misma que encontramos en el retrato de Castellano Cotta y de Bernardino Campi (1553) poniendo de relieve la repetición compositiva. El cuadro destaca por la viveza de algunos detalles, como la escamosa piel de la serpiente, y la expresividad de la cara del médico, que enarca suavemente la ceja en un cierto ademán inquisitivo.  

Aunque Vasari se refiere al personaje de esta obra como Pietro María, su auténtica identidad fue desvelada por Rossana Sacchi en 1994. Sacchi pudo documentar la persona del médico Pietro Manna, miembro de una notable familia de la ciudad, qfallecido el 17 de agosto de 1560. Señaló además el parecido de este retrato con el de Manna de la medalla anónima acuñada en 1550. Es posible que una transcripción de las Vite de Vasari confundiesen el nombre de Manna por María, lo que habría causado la confusión.  

En todo caso el retrato de Pietro Manna es un testimonio de la importancia social que habían adquirido algunos médicos de la época. 


Bibliografía

Enciclopedia Museo del Prado. 
https://www.museodelprado.es/aprende/enciclopedia/voz/anguissola-lucia/04b20966-8768-4338-a010-dcb7276b7501

Caroli, Flavio, Sofonisba Anguissola e le sue sorelle, Milán, Mondadori, 1987.

Ruiz Gómez, L. Lucía Anguissola. PietroManna, médico de Cremona. En: Historia de dos pintoras. Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana. Museo Nacionaldel Prado. Madrid, 2019, 17: 124-125.