Gustav Klimt Dánae (1907) Pintura al óleo y lienzo. (77 x 83 cm) Leopoldmuseum. Viena |
Uno de los objetivos de este blog es, como es sabido, buscar la interrelación entre arte y medicina. Y uno de los aspectos más interesantes es como el conocimiento científico ha influído en la obra de algunos artistas. El comentario de hoy me ha sido sugerido por el Dr. Dídac Miró, compañero de mi promoción de la Facultad de Medicina, que me ha revelado algunos aspectos muy interesantes sobre la obra de Gustav Klimt, y a quien agradezco desde aquí su colaboración y que sea uno de los más fieles lectores del blog "Un dermatólogo en el museo".
Gustav Klimt (1862 – 1918) fue un célebre pintor simbolista austríaco, uno de los más destacados del movimiento modernista de la Wiener Sezession. Su estilo, muy ornamentado se centra frecuentemente en la figura femenina, elaborando un complejo discurso entre la represión, la libertad, la feminidad y el erotismo, en la que puede entreverse la influencia del pensamiento de su conciudadano y coetáneo, el neurólogo y psicoanalista Sigmund Freud (1856-1939).
Uno de los más famosos cuadros de Klimt es Dánae, un tema mitológico que fue muy representado como símbolo entre el amor divino y la trascendencia. Artistas como Tiziano, Gentileschi y Rembrandt le dedicaron algunas de sus obras.
En la mitología, Dánae (en griego Δανάη, 'sedienta'), era la hija de Acrisio, rey de Argos. Un oráculo había advertido al monarca que moriría a manos del hijo de su hija. Intentando esquivar el fatal destino, Acrisio decidió encerrar a Dánae en una torre de bronce. Pero el lascivo Zeus, que deseaba a la hermosa joven, se transformó en una lluvia de oro para unirse a ella y fecundarla. En el cuadro de Klimt, este hecho es representado por el torrente de monedas y filigranas de oro que fluye entre las piernas de la muchacha, mientras la expresión de la cara con los ojos entornados y la boca entreabierta revela el intenso orgasmo que la cópula divina le produce.
El cuadro de Klimt es pues un canto a la fertilización. Dánae aparece sensualmente enroscada, retorcida de placer. La larga y provocativa cabellera pelirroja contribuye a aumentar todavía más la carga sensual de la escena. Los contornos distorsionados del cuerpo, con sus exuberantes muslos hacen que el observador pueda casi percibir el gemido de placer de la princesa. Pero la joven aparece encerrada en sí misma, disfrutando su placer ajena a todo lo que sucede a su alrededor. Es un placer personal, casi solitario, en el que el elemento masculino casi ni aparece, y se reduce a un pequeño rectángulo negro simbólico frente a su vulva, en medio de la desbocada corriente de oro. Karl Kraus, un especialista en Klimt, destaca:
"La lluvia dorada que se desliza en el cuerpo transformado de Dánae da a este antiguo motivo algo sagrado, como si hubiera trascendido este mundo. Consigue lo que una pareja masculina nunca podría hacer: transformar la carne en una obra de arte. El erotismo se convierte en un icono. La obra representa la feminidad completamente autónoma".
Merece la pena fijarnos en la postura de Dánae. Una posición que aumenta el fuerte erotismo que quiere transmitir la obra, pero que a la vez anticipa la postura fetal del fruto del mítico apareamiento, y evoca la gravidez producida por la lluvia de oro, el embarazo tan temido por Acrisio. Efectivamente Dánae quedó embarazada tras esta visita de Zeus y alumbró a Perseo. A pesar que Acrisio montó en cólera y los expulsó de palacio, Zeus los protegió y más tarde Perseo se convirtió en el héroe que decapitó a la Medusa y el que rescató a Andrómeda.
Por cierto que, años más tarde Acrisio asistió a unos juegos, en los que sin saberlo, participaba Perseo. Cuando éste último lanzaba el disco, un fuerte viento lo desvió golpeando accidentalmente a Acrisio en la cabeza y matándolo. El viejo rey murió pues por el disco que había lanzado su nieto. Nadie puede escapar de su destino, que siempre acaba cumpliéndose.
Pero volvamos a la obra de Klimt. Como hemos visto, el cuadro es un canto al erotismo y a la fecundación. El cuerpo curvilíneo de Dánae aparece medio envuelto en un velo de púrpura real símbolo de su linaje real, una tela estampada con unas formas redondeadas de color dorado. A primera vista, pueden pasar por elementos meramente decorativos, tan habituales en la pintura de Klimt, pero en realidad tienen un profundo significado biológico.
Estas formas más o menos esféricas toman la forma de un blastocisto, el estado temprano del desarrollo embrionario de los mamíferos. Después de que el espermatozoide ha fecundado el óvulo se forma el zigoto y empieza la división celular dando lugar al blastocisto. Un blastocisto es un embrión de 5 o 6 días de desarrollo tras la fecundación. Se trata de un estadio del desarrollo del embrión previo a su implantación en el útero. En la fase de blastocisto, el embrión presenta una estructura celular compleja formada por aproximadamente 200 células; lo forman las células del trofoectodermo, que formarán la placenta, y las células de masa celular interna que formarán el feto. Además, presenta una cavidad central llena de un líquido denominado blastocele, y todo el conjunto descansa sobre una capa protectora llamada zona pelúcida.
Adjuntamos una imagen comparativa entre los blastocistos y las formas alusivas pintadas por Klimt.
Detalle de las decoraciones del manto de Dánae en la obra de Klimt (arriba). Compárese con el esquema de un blastocisto (abajo). |
Sin embargo, no es así. En el fin de siècle Viena se había convertido en un hervidero de científicos, literatos y artistas, y los intercambios intelectuales eran frecuentes. Gustav Klimt asistía con frecuencia al famoso Salón literario de Bertha Szeps-Zuckerkandl
(1864–1945), una activa crítica de arte, escritora y periodista. En las tertulias que organizaba en su casa se daba cita con frecuencia la élite artística y científica del país, con destacadas personalidades, como el arquitecto Otto Wagner (1841-1918), el escultor Auguste Rodin (1840-1917), o el compositor Gustav Mahler (1860-1911). El marido de Bertha era Emil Zuckerkandl (1849-1910) catedrático de Anatomía. Gustav Klimt sugirió a Emil que impartiera una serie de conferencias sobre biología y anatomía al grupo de amigos artistas, en las que cautivó a la audiencia al mostrar proyecciones con imágenes de secciones microscópicas de vasos sanguíneos, piel, células cerebrales y otros tejidos.
Otro habitual de estas reuniones era el famoso embriólogo Hans Leo Przibram (1874-1944), fundador y director del Instituto de investigaciones biológicas Vivarium en el Prater Park de Viena, una de las instituciones más avanzadas en biología experimental en la Europa de la primera mitad del s. XX. Przibram fue uno de los primeros embriólogos en incorporar la química, las matemáticas y la biomecánica en sus explicaciones. Además era un notable escritor y artista. Sus dibujos se expusieron en la Sezession y colaboró con Ver Sacrum, la revista oficial del movimiento secesionista.
La amistad de Klimt con Przibram y Zuckerkandl y las largas conversaciones y comentarios con ambos científicos introdujeron al pintor en el apasionante mundo de la biología, revelándole muchos aspectos del desarrollo embrionario. Klimt, que quería representar en su obra la fertilidad, aprovechó estos conocimientos para añadirle el elemento simbólico por antonomasia, la imagen del primitivo estadio embrionario.
Por otra parte, el flujo de oro que corre por entre los muslos de Dánae es una alusión muy evidente a una eyaculación, con el torrente de espermatozoides de cabeza redondeada (monedas) y largo flagelo (las formas de cadenitas de oro alargadas, que algunos han interpretado también como cromosomas)
Podemos decir así que en la pintura Dánae se representa el encuentro de Zeus y Dánae, por una parte, pero también la unión de ciencia y arte en la Viena de la Sezession.
Puede ser que los conocimientos de embriología también hayan sido insinuados por Klimt en otras de sus obras. Según nos comenta el Dr. Dídac Miró, muchos críticos también han interpretado en clave biológica las decoraciones presentes en otras pinturas del artista. En la que tal vez es su obras más emblemática, El beso, el vestido de la mujer está lleno de formas redondeadas que pudieran aludir a los óvulos. Un símbolo femenino que también repite, como un leit-motiv en otras obras como Serpientes de agua. En contraste, el cuerpo del varón estaría recubierto por rectángulos alargados que tal vez puedan representar espermatozoides de forma esquemática y simbólica. Si aceptamos esta interpretación, tal vez cobra un mayor sentido el pequeño rectángulo negro que hemos destacado ya en el cuadro de Dánae.
Dibujo esquemático de un corte de un óvulo humano y de células de la corona radiada post ovulación. Anatomía de Gray (1911) |
Detalle de los círculos concéntricos y rectángulos alargados en El Beso. Aluden a óvulos y espermatozoides? |
Agradezco la colaboración, comentarios y búsqueda bibliográfica de esta entrada al Dr. Dídac Miró.
Bibliografía
Ariño H. Gustav Klimt y el desarrollo embrionario. Bioillustra (blog). https://bioillustra.com/2018/06/10/gustav-klimt-y-el-desarrollo-embrionario/
Florman, L. Gustav Klimt and the Precedent of Ancient Greece. Art Bulletin 72, 310–326 (1990). (cit. por Gilbert y Brauckmann)
Gilbert SF, Brauckmann S. (2011). Fertilization Narratives In The Art Of Gustav Klimt, Diego
Rivera And Frida Kahlo: Repression, Domination And Eros Among Cells. Leonardo. Volume 44, Issue 3.
221-227.
https://works.swarthmore.edu/fac-biology/158
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