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lunes, 20 de abril de 2020

La epidemia provocada por mantas contaminadas






Joseph Blackburn

Sir Jeffrey Amsherst
(1758)

Óleo sobre lienzo 
Mead Gallery
Coventry (Reino Unido)




La guerra biológica no és un invento actual. Se ha practicado desde tiempos remotos. Flechas envenenadas con líquidos fermentados, cadáveres con enfermedades contagiosas catapultadas por encima de las murallas, la Historia nos proporciona muchos ejemplos de ello. Hoy comentaremos uno de estos ejemplos. Una historia del siglo XVIII, cuando ingleses y franceses luchaban contra las tribus indígenas intentando la colonización de lo que hoy es el actual Canadá. 

La imagen con la que hoy comenzamos esta entrada del blog es la de Sir Jeffery Amsherst (1717-1797), un destacado militar británico, que lideraba las tropas británicas en aquella región norteamericana. Como podemos ver en este retrato, presentaba una notoria rosácea, probablemente empeorada con la exposición solar. Pero este no es hoy el tema que comentaremos sino su responsabilidad en la propagación de una enfermedad. 

La actuación militar de Amsherst en los territorios de América del Norte se vio coronada por el éxito, lo que le fue reconocido con todo tipo de honores, siendo incluso ennoblecido como Primer Barón de Amsherst y Caballero de la Orden del Baño. Sin embargo, este éxito fue obtenido con viles tretas y estratagemas, entre las que figuraba provocar una devastadora epidemia entre sus enemigos.  


John Mix Stanley: Retrato de Pontiac, jefe de la tribu 
indígena Ottawa 

Hacia 1760 el jefe de los indígenas de la tribu Ottawa Bwon-Diac (1720-1769), que por una mala transcripción ha pasado a la historia como Pontiac, declaró la guerra a los invasores franceses e ingleses que ocupaban la región de los Grandes Lagos y el Mediooeste norteamericano. Pontiac finalmente consiguió un armisticio con los franceses con los que acordó una alianza estratégica en 1763.

Pero persistían los abusos de las fuerzas británicas, que estaban bajo el mando de Sir Jeffery Amsherst. El 27 de abril de 1760, Pontiac logró una coalición de doce tribus, de las que las más relevantes eran los Ottawa, Chippewas, Shawnee, Mingo y Delaware. Conjuntamente decidieron asediar los asentamientos británicos. En la segunda quincena de mayo, nueve de los once fuertes británicos habían caído, manteniéndose sitiados los fuertes Pitt y Detroit. 

El Fuerte Pitt estaba situado en la confluencia de los ríos Allergheny y Monongahela, y se encontraba bajo el mando del capitán Simeón Ecuyer, quien informaba de su situación al Coronel Henry Bouquet en Filadelfia. Éste a su vez informaba al General Amherst. 


Retrato de Sir Jeffery Amherst, primer Barón de Amherst. National Portrait Gallery.


La resistencia era eficaz pero hacia el 16 de junio un brote de viruela se había declarado entre los soldados británicos. En un mensaje no fechado Sir Jeffery Amherst, preguntó al coronel Bouquet, 
- "¿Podríamos pensar como enviar la viruela a esas tribus de indios descontentos?". 
La respuesta de Bouquet, con fecha de 13 de julio fue: 
- "Voy a intentar contagiarlos con algunas mantas que caigan en su poder, teniendo cuidado de no contraer yo mismo la enfermedad". 
El 16 de julio Amherst le contestó: 
- "Hará bien con tratar de contagiar a los indios por medio de mantas, así como también trate de utilizar cualquier otro método que pueda servir para extirpar esa aborrecible raza"



Amherst and Smallpox
Fragmento de una de las cartas de Sir Jeffery Amherst

A esas alturas, el 24 de junio Bouquet había parlamentado con dos representantes Delaware: los jefes Corazón de Tortuga y Mamaltee, que instaron a los ingleses a abandonar el Fuerte Pitt, a lo que éstos se negaron. 


Los indios solicitaron entonces pertrechos para su viaje de retorno, lo que aprovechó Bouquet para darles dos mantas y un pañuelo de seda impregnados de pus y secreciones de los soldados enfermos obtenidos del dispensario de enfermos con viruela. 

En su Diario, William Trent, un subalterno que estaba al corriente de la maniobra escribía: 
"Esperamos que produzcan el efecto deseado
En opinión de algunos historiadores, el ejercito británico practicó sistemáticamente la propagación de la viruela entre los indios desde 1755, causando el brote que diezmó en 1757 a los Potawatomis, que eran aliados de los franceses, adversarios de los ingleses en la colonización de Norteamérica, lo que explicaría la actuación del coronel Bouquet y de Sir Jeffery Amherst.




Pontiac; Rogers, Robert
El jefe Ottawa Pontiac fumando la pipa de la paz con los soldados franceses.
James Wimer, Events in Indian History (1841). 
Library of Congress, Washington, D.C.


En los años siguientes al incidente, la epidemia de viruela se propagó entre las tribus indígenas cercanas al Fuerte Pitt. En abril de 1764, Gershom Hicks, un explorador que fue capturado por los Shawnee y Delaware un año antes, relataba tras su cautiverio: 
 "...la viruela ha afectado de forma furiosa y generalizada a los indios desde la primavera pasada y que treinta o cuarenta Mingos, Delaware y algún Shawneese han muerto de viruela desde entonces, ya que este mal todavía sigue entre ellos"
La epidemia se extendió hasta finales de 1765; esta cronología coincide exactamente con la distribución de ropa infectada por los colonos ingleses del Fuerte Pitt.

Una de las páginas más negras de las tretas militares innobles y para ganar batallas de manera aviesa y desleal a base de difundir enfermedades entre los enemigos. Una forma de guerra biológica, a la que dedicaremos otras entradas de este blog. 



Bibliografía

Fenn E A. Biological warfare in eighteenth-century North America: Beyond Jeffery Amherst. J Am Hist 2000; 1552-80. 

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