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jueves, 1 de agosto de 2019

La fiebre del radio: (III) Las chicas del radio






Agonía de una de las antiguas 
trabajadoras de la fábrica United 
States Radium Corporation 
(1925-1930)
 
Fotografía en B&N

Colección particular




En anteriores entradas hemos visto la gran cantidad de productos radiactivos que se fabricó durante el primer cuarto del s. XX y los problemas que comenzaron a surgir en las chicas que habían trabajado para una empresa que fabricaba relojes con pintura radiactiva que se veía en la oscuridad. Nadie había realizado un diagnóstico correcto de todos estos misteriosos males El problema continuó hasta la llegada a Nueva Jersey de Harrison Martland, un patólogo que tardó poco tiempo en darse cuenta de que había un único factor en todos los casos: todas estas mujeres habían trabajado en la planta de United States Radium Corporation, por lo que llegó a la conclusión de que probablemente se debía a un caso de envenenamiento por radio 



Recortes de artículos de prensa
de la época sobre el caso de las
chicas del radio

























Grace decidió entonces interponer una querella contra su antigua empresa. Se encontró con la negativa de muchos abogados, que no querían emprender acciones legales contra una empresa tan potente. Pero tras dos años de infructuosos intentos, al final pudo c
ontratar a Raymond Barry, un abogado que aceptó el caso, y juntos buscaron al resto de trabajadoras de la empresa para, de forma conjunta, llevar a U.S. Radium Corporation a los tribunales. De las 70 trabajadoras que tenía la empresa, la gran mayoría había fallecido por problemas derivados de la exposición de radiación y otras estaban en fases avanzadas de enfermedades causadas por la radiación.
Pero lograron reunir a cinco mujeres (Gràcia Fryer, Edna Hussman, Katherine Schaub y las hermanas Quinta McDonald y Albina Larice), que interpusieron la denuncia  y llevaron a juicio a United States Radium Corporation. Pronto los medios de comunicación se refirieron a ellas como "las chicas del radio". El proceso se hizo famoso en la prensa. La misma Mme. Curie les envió una carta brindándoles su ayuda, aunque les comunicaba que era imposible eliminar el radio del cuerpo. 



El proceso de "las chicas del radio" alcanzó una
gran repercusión en la prensa

El proceso legal no resultó nada fácil ya que la empresa tenía contactos privilegiados con mucha influencia en la judicatura. Pero aunque consiguieron poner muchas trabas y retrasar bastante el juicio (14 años) finalmente en el año 1928 la empresa fue condenada a pagar 10.000$ a cada trabajadora (unos 122.660€ aproximadamente) y una pensión anual vitalicia de 600$ con todos los gastos médicos pagados por la compañía. 

Pocas de estas indemnizaciones se llegaron a cobrar. En 1933 murió Grace Frayer, la última de las Chicas del Radio. No se sabe cuántas más mujeres murieron como consecuencia de la exposición a la radiación, pero sabiendo que la empresa contrató a más de 4.000 personas y a día de hoy las instalaciones siguen sin estar descontaminadas, podemos imaginar que su número debió ser altísimo.

Tras estos sucesos en el Congreso de los EEUU se votó  una resolución a favor donde se establecieron los derechos de los empleados que contraen enfermedades laborales y se creó la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (Occupational Safety and Health Administration, OSHA).  


La historia de "las chicas del radio" como se las conocía, supuso la evidencia pública de los peligros de la radiactividad, Tuvo mucha repercusión en la prensa y posteriormente ha sido motivo de libros, publicaciones, películas etc. Lo cierto es que la historia de estas trabajadoras frenó la llamada “fiebre del radio” en la sociedad americana y motivó la legislación sobre medidas de seguridad en la manipulación de sustancias potencialmente peligrosas. 



Tumor articular en una de las chicas del radio

Este episodio histórico constituye también un ejemplo de algunas modas absurdas que prometen curarlo todo (o casi todo) sin suficiente base científica y que pueden resultar  muy peligrosas.

Hoy en día algunos tratamientos terapéuticos sin base racional también prometen maravillas como las que prometían los productos a base de radio. No sabemos si tendrán efectos secundarios pero lo que sí es cierto es su ineficacia. Solamente los productos comprobados científicamente pueden ayudar a curar las enfermedades. Y entre los más eficaces e inocuos destacan las vacunas. Por eso los movimientos anti vacunas carecen de toda base. Como carecían de ella en su día las imaginarias cualidades de las supuestas panaceas radiactivas. 


Bibliografía

Moore K. Las chicas del radio. Captain Swing. 2018. 

Clark, C. Radium Girls: Women and Industrial Health Reform1910-1935 Univ North Carolina Press, 1997.

Deborah, B.The Poisoner's Handbook: Murder and the Birth of Forensic Medicine in Jazz Age New York. New York: Penguin Press, 2010.

Mullner, R. Deadly Glow: The Radium Dial Worker Tragedy. Washington. Am Public Health Ass, 1999.

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