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viernes, 25 de enero de 2019

Fernando VII (V): Segundas nupcias





Bernardo López Piquer

Isabel de Braganza, como fundadora del Museo del Prado
(1829)

Óleo sobre lienzo 258 x 174 cm
Museo del Prado. Madrid. 




Tras enviudar de su primera esposa, María Antonia de Borbón Dos Sicilias, Fernando se casó en segundas nupcias con su sobrina, Isabel de Braganza (1797-1818), una princesa portuguesa que no era demasiado agraciada. El ácido humor del pueblo de Madrid enseguida sacó la copla: 
"Fea, pobre y portuguesa: Chúpate esa!" 
La nueva esposa intentaba por todos los medios complacer sexualmente al monarca, pero éste ya había comenzado a frecuentar los prostíbulos madrileños, y no encontraba demasiado interesantes sus encuentros con la reina. 
Isabel, que cada vez se encontraba más olvidada y humillada, por lo un día que decidió  a vestirse y peinarse como las prostitutas de los burdeles de Madrid. A la hora que el rey solía volver a Palacio, lo esperó en las escaleras ataviada como una ramera, con dos claveles en el moño. Tuvo que esperar allí cerca de dos horas. Cuando Fernando vio a su mujer de esta guisa, se abalanzó hacia ella, la rodeó con sus brazos y a pesar del desgaste que había tenido aquella noche, cumplió con su esposa allí mismo. Sin embargo, la estratagema pudo repetirse pocas veces, pues a los dos años la reina falleció.

José Ginés: Busto de mármol de la
reina Mª Isabel de Braganza.
Real Academisa de Bellas Artes
de S. Fernando. Madrid. 
Tampoco tuvo suerte el soberano con su segunda esposa en lo que concierne a la reproducción. Mª Isabel de Braganza había tenido una hija en 1817  (María Isabel Luisa de Borbón, fallecida con poco más de cuatro meses). 

En 1818 tuvo un segundo parto. El alumbramiento fue extremadamente laborioso; y la reina perdió el conocimiento  y los médicos la creyeron muerta. Decidieron practicarle una cesárea para extraerle el bebé. Pero durante la operación la reina profirió un gran grito, por lo que se vio que todavía estaba viva, aunque murió al cabo de poco a consecuencia de la intervención quirúrgica. La niña tampoco se salvó. 

Según el cronista Villaurrutia: 
«al extraer la niña que llevaba en su seno y que nació sin vida, lanzó la madre tal grito, que manifestaba que no había muerto aún, como creían los médicos, los cuales hicieron de ella una espantosa carnicería». 
También comenta el suceso Modesto Lafuente: 
«hallándose en avanzado estado de gestación y suponiéndola muerta, los médicos procedieron a extraer el feto, momento en el que la infortunada madre profirió un agudo grito de dolor que demostraba que todavía estaba viva». 
Así pues, la sucesión al trono seguía sin estar garantizada.   

Isabel de Braganza es considerada como la reina que contribuyó a crear el Museo del Prado. Sin embargo es probable que el supuesto papel de fundadora de esta reina gris y anodina fuera bastante escaso. Casi todo se debe al legado de Fernando VII que donó su colección de pintura que constituyó el primer germen del museo.  


Fernando VII

I. El "Deseado"

II. El rey felón

III. El gran pene del rey

IV. La primera noche de bodas

V. Segundas nupcias

VI. La peor noche de bodas del rey


VII. Copular con una almohadilla

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