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lunes, 19 de noviembre de 2018

Vauban: La cicatriz de un culatazo





 Hyacinthe Rigaud 
(Jacint Rigau, Perpignan 1659 - París, 1743)

Retrato de Sébastien 
Le Prestre de Vauban

Pastel sobre papel. 49,8 x 32,5 cm
Ecomusée Morvan. Maison Vauban. 
Saint-Léger-Vauban (Borgoña)



El pintor Jacint Rigau i Ros, era un catalán nacido en Perpignan en 1659 (poco antes de la anexión de esta ciudad a la corona francesa por el Tratado de los Pirineos), se instaló en París, afrancesando su nombre por el de Hyacinthe Rigaud. En esta ciudad alcanzó gran fama tras realizar el retrato de Luis XIV con vestido real. Tras esta obra fue muy solicitado como retratista de la corte, pintando a muchos personajes importantes, ataviados con la indumentaria e insignias propias de su rango. 

Entre estos retratos realizó el retrato de Sébastien Le Prestre de Vauban (1633-1707), un famoso ingeniero militar, que llegó a ser Mariscal de Francia. Su carrera, por méritos propios, fue meteórica hasta llegar a Teniente General, grado que le valió el ansiado título de marqués de Vauban, que recuperó de sus antepasados. Sébastien Le Preste se distinguió luchando con las tropas de Luis XIV en varios sitios: Lille, Besançon, Valenciennes… y se convirtió en el ingeniero militar con más talento. En 1678 fue nombrado Comisario General de Fortificaciones y Luis XIV le ordenó la protección de las fronteras. A partir de entonces, se dedicó a recorrer el país, construyendo ciento treinta plazas fuertes y ciudades fortificadas en las fronteras de Francia, las más famosas con la forma de polígono estrellado, y tomó parte en más de cincuenta asedios, el más renombrado el de Maastricht, en el que inventó un sistema de acercamiento a la fortificación de trincheras. Más tarde introduciría el minado para abrir brecha en los muros. Vauban fue sobre todo un gran teórico matemático, estratega y en la ejecución de técnicas de asedio. Las teorías militares de Vauban se convirtieron en clásicas y estuvieron vigentes durante mucho tiempo, hasta la II Guerra Mundial. Además de su carrera militar, desarrolló una faceta intelectual. Escribió monografías sobre política monetaria, navegación, silvicultura, agricultura y colonización.


Un ejemplo de las fortificaciones en estrella de Vauban.

En este retrato puede verse una mancha oscura en la mejilla izquierda del mariscal, que podría confundirse con un nevus de gran tamaño o en una "mouche", los lunares postizos que estaban de moda en aquel tiempo. Sin embargo en realidad se trata de una cicatriz pigmentada, debida a un culatazo de mosquetón que recibió en 1667 en el sitio de Douai. Las cicatrices en zonas descubiertas, especialmente si se exponen al sol de forma inmoderada tienden a pigmentarse. Los pintores que retrataron a Vauban no quisieron disimular esta cicatriz, sino que más bien la realzaron, para enfatizar el arrojo y valentía del personaje.


Bibliografía

Toudouze GG. Monsieur de Vauban. Berger-Levraut, 1954, p. 47

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