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martes, 18 de julio de 2017

Lo que nos enseñan los dientes de los neanderthales





Mandíbulas de Homo neandartalensis 

Restos humanos
Institut Royal des Sciences Naturelles de Belgique
Bruselas



El hombre de Neanderthal corresponde al género Homo como los hombres actuales, con los que coexistió durante un cierto tiempo. Hizo su aparición en Eurasia hace unos 300.000 años y desapareció hace cerca de 30.000.

Recientemente se ha podido demostrar que los hombres de Neandertal cuidaban en cierto modo su dentadura y que ya realizaban manipulaciones sobre los dientes que con toda probabilidad presentaban procesos patológicos dolorosos. Las pruebas de estas prácticas "odontológicas" han sido publicadas en un reciente artículo publicado en la revista Bulletin of the International Association for Paleodontology 
el 28 de junio de 2017. 


Los autores de en este estudio son David Frayer, profesor emérito de antropología de la Universidad de Kansas, Joseph Gatti, un dentista de Pensilvania y Davorka Radovcic, conservadora del museo de Historia Natural de Croacia. El equipo de científicos analizó cuatro dientes de neandertales procedentes del yacimiento de Krapina (Croacia).  Los dientes estudiados procedían del lado izquierdo de la mandíbula de un individuo del que no se pudo determinar con seguridad el sexo. No disponían del hueso maxilar, por lo que tampoco pudieron determinar si el neanderthal sufría una infección en las encías. 

Las piezas dentarias fueron examinadas al microscopio para observar su desgaste, observando especialmente la dentina rayada y las fracturas del esmalte. 

Constataron así que el premolar y una muela del juicio habían sido desplazadas de su posición normal. También encontraron seis ranuras sobre estos dientes así como en los dos molares. Estas marcas sobre el esmalte dental indicaban que el neanderthal usaba algún objeto (como un palito, un fragmento de hueso o de raíz, usado a modo de mondadientes) para intentar aliviar sus molestias, probablemente causadas por la inclusión de una pieza dentaria. Es lo que haría un hombre moderno en la misma situación. El tipo de marcas sobre el premolar y la muela del juicio permiten suponer que este individuo intentaba extraer la pieza causante del dolor. Pudieron observar así la presencia de ranuras como consecuencia del uso de palillos usados como mondadientes, por lo que parece que los neandertales ya practicaban ciertos cuidados dentales. 

El mismo equipo de investigadores habían ya descubierto en el yacimiento de Krapina una factoría de fabricación de joyería. Ambos trabajos demuestran según el Prof. Frayer la capacidad de estos primos de los humanos desaparecidos hace 38.000 años para modificar su entorno usando instrumentos. Recientemente (abril de 2017) Francesco d'Errico paleontólogo de la Universidad de Burdeos encontró un hueso de pájaro grabado (antigüedad estimada de 40.000 años) lo que permite pensar que los neandertales tenían también sentido de la estética. 

Otro equipo de investigadores de la Universidad de Adelaida (Australia) examinó las piezas dentales de neanderthales procedentes de la cueva de El Sidrón (Asturias, España) y Spy (Bélgica). Los resultados del estudio se publicaron en la revista  Nature Los restos estaban datados entre 42.000 y 50.000 años. Un joven adulto de El Sidrón presentaba un absceso maxilar todavía visible.  El examen de su sarro demostró la presencia de Enterocytozoon bieneusi, un parásito intestinal que produce intensas diarreas. Este individuo se trataba comiendo yemas de sauce, que contiene salicina, metabolizada en el hígado en ácido salicílico, que es a lo que los hombres actuales llamamos Aspirina. En su sarro dental también se encontraron trazas del hongo Penicillium, productor natural de penicilina. 


Maxilar superior del neanderthal de la cueva del Sidrón


Así que al parecer los neanderthales conocían bien las virtudes curativas de algunas plantas y que recurrían a ellas para medicarse. Según un análisis de ADN publicado por la revista Naturwissenschaften se ha demostrado que tomaban por ejemplo manzanilla (Matricaria camomilla) o aquilea (Achillea millefolium) plantas de reputadas virtudes medicinales. El mismo estudio ha podido obtener el genoma casi completo de Methanobrevibacter oralis, germen que puede provocar parodontitis (inflamación de las encías y del tejido óseo). Hasta ahora no se había conseguido la secuenciación de un ADN tan antiguo (más de 48.000 años).

En cuanto a la alimentación parece ser que se componía fundamentalmente de setas, piñones, bayas y musgos, más que de caza, como corresponde a su entorno, ya que habitaban en los bosques. 





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