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viernes, 19 de agosto de 2016

El hombre tatuado de Burma






 El hombre tatuado de Burma 


Litografía incluída en la obra de Hebra y Kaposi 
Lehrbuch der Hautkrankheiten. 1878.

Josephinum. Viena. 




Alrededor de 1870 aparecieron algunos artículos en la prensa médica sobre Georgius Constantine, llamado "el hombre tatuado de Burma" un individuo que había aparecido en Viena y que había suscitado el interés de algunos antropólogos europeos, por presentar el cuerpo casi totalmente cubierto de tatuajes. 

Constantine decía que era albanés, descendiente de griegos. Había sido pirata y mercenario en Asia hasta que fue capturado en Burma. Según él, lo habían torturado como castigo con continuas sesiones de tatuaje durante tres meses. Un proceso que él recordaba como extremadamente doloroso y afirmaba que algunos de los prisioneros que eran torturados con este método habían incluso llegado a morir. 

El origen burmés de los tatuajes fue confirmado por Max Muller, un famoso orientalista. Los tatuajes eran muy barrocos y complicados, e incluían animales (loros, pavos reales, cisnes, panteras, leones, salamandras, cocodrilos, gacelas, peces, elefantes); plantas (flores, frutos, hojas); seres míticos (esfinges, dragones); seres humanos (hombres y mujeres con vestidos) aparte de un sinfín de símbolos geométricos de todo tipo. El tatuaje era usado como castigo por los ingleses en algunos penales de las colonias, pero un tatuaje tan bello y rico no debía ser usado como castigo, sino como ornamentación. 

Sea como fuere, los tatuajes de Constantine causaron un vivo interés en toda Europa. Hay que recordar que los tatuajes no abundaban en los países mediterráneos, donde eran mal vistos por la cultura grecorromana, los judíos y católicos, reservándose solamente a personas marginadas. Y aunque sí se practicaban en Escandinavia y el Norte de Europa, no solían llegar a tal profusión y belleza. Las fotografías y grabados del "hombre tatuado de Burma" circularon tanto que incluso se incluyeron en algunos tratados de Dermatología. 

Hoy en día los tatuajes de Constantine no llamarían en absoluto la atención. La moda del tatuaje se ha impuesto en Occidente desde la última década del s. XX y se calcula que actualmente cerca de 20 millones de personas están tatuadas en todo el mundo, y es un hábito en franco ascenso. Un gran número de personas presentan el cuerpo totalmente cubierto de tatuajes. 

Recientemente la práctica de los tatuajes ha sido motivo de debate en el Euroscience Open Forum de Manchester (julio 2016), donde ha sido analizado por un grupo de estudio heterogéneo: un tatuador sueco, una química que trabaja para el Servicio de Seguridad del Consumidor alemán, un inspector británico de los productos e instalaciones de tatuaje, una fármaco-toxicóloga española miembro del Comité de Investigación de la Comisión Europea, y un dermatólogo danés, especializado en las complicaciones de los tatuajes. 

Este equipo ha alertado sobre la gran proliferación de pigmentos usados en los tatuajes. La toxicóloga Maria Pilar Aguar Fernández comenta que los pigmentos usados en las tintas de tatuajes son las mismas que para los tintes textiles o para las impresoras de ordenador y que no hay ningún tipo de control ni limitación. 

En efecto, la legislación es muy somera en este sentido. La única limitación son los pigmentos prohibidos en los cosméticos. Pero en el caso de los tatuajes los pigmentos no se depositan sobre la piel sino que se inoculan en las capas profundas de la dermis. El riesgo es diferente. Pueden darse reacciones alérgicas  a los colorantes y metales utilizados, un aspecto que no suele advertirse por los tatuadores:

  • El sulfato rojo de mercurio se utiliza como pigmento rojo en tatuajes. 
  • Los metales como níquel y cromo (Dicromato potásico) están en los tatuajes verdes
  • El cadmio  en los tatuajes amarillos 
  • Sales de cobalto en tatuajes azules. 
  • En los tonos ocres se encuentra óxido de hierro. 
  • Los colores blanco y beige, llevan en su composición óxido de titanio y óxido de zinc. 
  • Otros pigmentos orgánicos, azoicos y derivados de plantas dan alergia en ciertas personas.

En otros casos, no hay reacción alérgica, pero sí una irritación de las fibras neurosensitivas: se produce entonces quemazón y prurito intenso. Y por supuesto, complicaciones debidas a la aguja de inoculación, e infecciones causadas por falta de condiciones de esterilidad. Incluso, según comenta el dermatólogo Jørgen Serup,  se desconoce a ciencia cierta si algunos pigmentos usados en cantidades importantes pudieran contribuír a desencadenar un cánceraunque de momento este extremo no ha sido probado

En general, se ha concluído que se necesita una reglamentación clara y homogénea sobre los tatuajes, a nivel europeo. Hace un par de años, los tatuajes de colores estuvieron a punto de ser prohibidos en Francia (por el alto riesgo de alergias de algunos colorantes), pero el rumor de la prohibición hizo que aumentara su demanda y que muchos recurrieran a tatuarse en colores en algunos países cercanos. Al final la prohibición no fue aplicada. 

Según Jens Bergström, artista tatuador, el mayor riesgo se deriva de la clandestinidad. Actualmente es muy fácil adquirir imitaciones de tintas de tatuaje de marca a bajo precio en Internet. Cualquiera puede hacerlo sin control alguno y realizar tatuajes a domicilio. Elegir bien el tatuador es pues una decisión crucial. Para ello el gobierno alemán realiza campañas de prevención en la que participan los tatuadores locales acreditados. Se trata de explicar a los adolescentes y jóvenes adultos la importancia del uso de guantes, de cápsulas de tinta desechables y de una correcta desinfección de la piel. 

En algunos casos, se desea borrar el tatuaje. También en estos casos de debe de acudir a un dermatólogo y realizarlo con láser. Nunca se debe recurrir a métodos artesanales como fricciones con ácido láctico u otros alfa-hidroxiácidos que - aparte de ser muy poco eficaces - pueden provocar quemaduras y cicatrices



Bibliografía: 

Sierra X. Tatuajes. Un estudio antropológico y social. Piel, 2009, 24 (6): 314-324   
doi: 10.1016/S0213-9251(09)71649-1 
http://www.docfoc.com/sierra-valenti-tatuajes-un-estudio-antropologico-y-social


El hombre más tatuado del mundo se maquilla: 
































































jueves, 18 de agosto de 2016

Un cáncer de 2 millones de años





  Cráneo de 
Australopithecus sediba 

Restos humanos. 
Reserva Natural de Malapa. 
Johannnesburg (Sudáfrica) 



Un día de agosto de 2008, el paleoantropólogo Lee Berger exploraba con su hijo Matthew, de 9 años, las colinas dolomíticas de la Reserva Natural de Malapa. De repente, el niño tropezó con una extraña piedra, y decidió enseñar aquel raro bloque a su padre. El atónito Lee Berger no podía creer lo que estaba viendo: ante sus ojos, una clavícula humana fosilizada. Y al girar el bloque, una mandíbula con un canino prominente. Era parte de un esqueleto fósil humano de 1'27 m. El cráneo fue descubierto por el equipo de Berger poco después. 



Matthew, el niño que encontró 
el fósil de Australopithecus sediba 
El fósil fue clasificado como Australopithecus sediba, una especie transicional entre A. africanus y Homo habilis, que evolucionaría más tarde a Homo erectus

Mediante paleomagnetismo y otras técnicas se pudo datar a este homínido en cerca de 2.000.000 de años. Los científicos no se han puesto de acuerdo todavía sobre si este homínido es un ancestro directo de Homo sapiens o es una rama colateral, y la discusión sigue abierta.


                          
           
Localización del osteoma osteoide 
en la vértebra del fósil de Malapa
Recientemente, un equipo de investigadores internacionales integrado por anatomistas, paleontólogos y radiólogos sudafricanos han publicado en la revista South African Journal of Science  el descubrimiento de un tumor óseo en este homínido. Se trata de un osteoma osteoide o de un osteoblastoma, un tumor benigno que afecta la 6ª vértebra torácica de un niño de 12 o 13 años, cosa muy poco habitual, ya que este tipo de tumor afecta más frecuentemente a los huesos largos. 

Hace apenas un mes y medio este mismo equipo publicaba en la misma revista, Souh African Journal of Science lo que podría ser el cáncer más antiguo que se conoce en un homínido, esta vez del yacimiento de Swartkrans, cerca de Malapa. En este caso era un osteosarcoma, descubierto en un metatarsiano del 5º dedo del pie izquierdo. Se trata de una masa tumoral fosilizada, de 5'2 x 4'7 mm, vegetante, en forma de coliflor. Su portador era un homínido adulto, en el que no se pudo determinar la causa de la muerte, datado de 1,8-1,6 millones de años de antigüedad. 



Metatarsiano del homínido de Swartkrans, con una masa ósea hemisférica
localizada en la cara proximo-ventral del hueso

Al principio, el equipo de científicos lo interpretó como un tumor  benigno, pero las imágenes de la microtomografía con rayos X y la reconstrucción en 2D y 3D evidenció que se trataba de un osteosarcoma

Con anterioridad se habían descrito osteosarcomas en restos humanos medievales y premoderna en Hawai, en la República Checa y en los Andes peruanos, pero nunca se había descrito ninguno de tanta antigüedad. 

Uno de los autores de la publicación, Edward Odes, de la Universidad de Witwatersrand señaló:


"La Medicina moderna tiende a asumir que los cánceres y los tumores en humanos están causados por el estilo de vida y por el entorno, pero nuestros estudios demuestran que estas enfermedades ya existían en nuestros ancestros de hace millones de años, mucho antes de que existieran las modernas sociedades industriales"

La evidencia de este tumor en homínidos de hace dos millones de años demuestra que el cáncer es un tipo de enfermedad que precede a la aparición de nuestra especie y que ya estaba presente durante las etapas evolutivas de la humanización. 




miércoles, 17 de agosto de 2016

El mar en la piel







  Sergi Margalef

Exposición "Sal a l'ADN"

Fotografía. Exposición temporal. 
Museu Marítim. Barcelona.  


"The old man was thin and gaunt with deep wrinkles in the back of his neck. The brown blotches of the benevolent skin cancer the sun brings from its reflection on the tropic sea were on his cheeks. The blotches ran well down the sides of his face and his hands had the deep-creased scars from handling heavy fish on the cords. But none of these scars were fresh. They were as old as erosions in a fishless desert" 

"El viejo era flaco y desgarbado, con arrugas profundas en la parte posterior del cuello. Las pardas manchas del benigno cáncer de la piel que el sol produce con sus reflejos en el mar tropical estaban en sus mejillas. Esas pecas corrían por los lados de su cara hasta bastante abajo y sus manos tenían las hondas cicatrices que causa la manipulación de las cuerdas cuando sujetan los grandes peces. Pero ninguna de estas cicatrices era reciente. Eran tan viejas como las erosiones de un árido desierto" 

                                                                      Ernest Hemingway: El viejo y el mar. 




En el Museu Marítim de Barcelona tiene lugar una exposición temporal de fotografías de Sergi Margalef, con el título genérico de Sal a l'ADN. Son 14 retratos de pescadores, desnudos ante la cámara. Un reportaje sobre la piel de un grupo de pescadores de Cambrils nacidos antes de 1933, año en el que se construyó el puerto de su pueblo. Las fotografías - de un gran valor artístico - tienen también un importante valor como fotografía documental. 

Reflejan muy bien el daño solar de las partes habitualmente descubiertas de estos lobos de mar. Una piel curtida, que ha trabajado de sol a sol tantos años, una piel en la que se observa los efectos del fotoenvejecimiento. La continua exposicion a los rayos ultravioleta les ha causado una elastosis de la dermis, que se traduce en una piel laxa, con arrugas marcadas, de color cetrino, surcado en algunos lugares de finas telangiectasias. En la piel de la cabeza y cara, y también en algunos casos en la zona esternal se pueden ver queratosis actínicas, algo más oscuras, que probablemente son algo rasposas al tacto. Algunos ya han presentado algunas lesiones de mayor importancia, a juzgar por algunas cicatrices, recuerdo de algunas extirpaciones quirúrgicas. 

Las alteraciones producidas por el sol no son igualmente intensas en todos los casos. Puede que algunos de esos marinos hayan trabajado más que otros, o que haya una ligera diferencia de edad. Pero sobre todo hay diferencias en el color de la piel, en la coloración de sus ojos. Las personas con piel y ojos más claros, de fototipo menor, están menos preparadas para exponerse continuamente a la radiación ultravioleta. En definitiva, hay pieles más protegidas que otras frente a las inclemencias del sol. Así, el color de los ojos a veces ayuda a fijar el fototipo. Y también revela la experiencia en el oficio, la mirada tranquila de quien está acostumbrado a mirar al azul del mar escudriñando los más mínimos detalles, los secretos escondidos de la masa de agua azul. 

El dermatólogo alemán Paul Gerson Unna (1850-1929) que trabajaba en Hamburgo, ciudad de gran tradición marinera, ya describió esta piel típica de los marineros como Seemans Haut (piel de marino). Ni más ni menos que lo que podemos ver en estas veteranas pieles de estos hombres del mar, en la curtida piel de los pescadores de Cambrils. 



    





     














martes, 16 de agosto de 2016

Mosquitos, los pequeños enemigos voladores





Suzuki Harunobu 鈴木春信

  Escena de dormitorio con mosquitera 
  (1766)

Lámina. 110'5 x 135 cm. 
Museum of Fine Arts. Boston.


En verano es casi obligado hablar de los mosquitos. Los mosquitos preocupan y con razón. Además de sus molestas picaduras, que pueden ser de importancia como las del mosquito tigre (Aedes albopictus), los mosquitos actúan de vectores de numerosas enfermedades (paludismo, leismaniosis, zika, chikunguya, dengue...) muchas de las cuales pueden ser mortales o tener infaustas consecuencias. En este sentido, el mosquito es - a pesar de su pequeñez - el animal que más muertes de humanos ocasiona en todo el mundo. Como dice el adagio: "No hay enemigo pequeño". Además, según algunos estudios realizados en las zonas endémicas de dengue, los mosquitos que no están infectados por el virus tienden a picar a personas enfermas y una vez que han adquirido el virus, buscan a personas sanas, contribuyendo así a la eficaz propagación de la enfermedad. 

Tal vez por su pequeñez, los mosquitos no han tenido una gran presencia en las obras de arte. Aunque sí algunos de los sistemas que se han ideado para evitar sus picaduras, como las mosquiteras, que encontramos en obras ukiyo-e de artistas japoneses del s. XVIII, (que tanta información nos proporcionan sobre los detalles de la vida cotidiana). Es el caso de Suzuki Harunobu y sus escenas de alcoba, en las que la mosquitera de cortina es siempre un elemento presente. O algunas pinturas de John Singer Sergent, en las que las mosquiteras aparecen más pequeñas y transportables, ajustándolas a la cabeza y zonas descubiertas del cuerpo. También hay un monumento al mosquito (sic) en Komarno, Canadá. 


John Singer Sergent. La mosquitera. 57.5 × 72.4 cm. White House. 


Sobre las picaduras de mosquito hay que señalar que los insectos que pican son solamente las hembras. Al parecer necesitan un suplemento de hierro, que obtienen en la sangre de sus huéspedes, durante el período reproductivo. Los machos solamente se alimentan de sustancias vegetales. 

En la lucha contra los mosquitos, una cuestión crucial es la de conocer porqué los mosquitos pican más a unas personas que a otras. Una fantasiosa leyenda popular lo atribuye a que algunas personas tienen la sangre dulce, pero esto es totalmente falso: los mosquitos no detectan el contenido en azúcares de la sangre ni pican más a los diabéticos. La mayoría de los mosquitos dispone de un doble mecanismo para la detección de sus presas: uno de larga distancia y otro de proximidad. Los mosquitos se sienten atraídos de lejos por las emanaciones de CO2 de sus posibles presas, que pueden detectar a una distancia respetable, si bien hay que señalar que los mosquitos se mueven dentro de un territorio limitado y no recorren más de 200 m. en el curso de su vida. Pero cuando el mosquito se encuentra ya próximo a su víctima, se guiará por otro tipo de señales, como el calor que desprende el huésped o todavía más por sus efluvios olorosos. Los mosquitos son en efecto muy sensibles a los aromas. Pueden distinguir cerca de 150 tipos de olores desprendidos bien directamente por el cuerpo humano o también por los procesos de fermentación que sobre la piel producen las bacterias o los hongos microscópicos. Y esto es un factor determinante.

Por este motivo, para evitar en lo posible las picaduras de mosquitos debe evitarse en lo posible el uso de perfumes, ya que podría aumentar el atractivo para estos insectos. Del mismo modo, debe evitarse usar prendas de cuero, ya que sus emanaciones odoríferas podrían también atraerlos. Se han efectuado algunos estudios que parecen probar que los mosquitos se sienten más atraídos por las personas que beben cerveza que por las que beben agua, probablemente debido a la eliminación cutánea de ciertos aromas presentes en la cerveza. 

Algunos mosquitos como Anopheles antropophilus pueden llegar a modificar sus hábitos para adaptarse a las costumbres humanas. Así esta especie de mosquito, que tenía hábitos preferentemente nocturnos, ha aprendido en algunas zonas a picar de día para evitar las mosquiteras impregnadas de sustancias repelentes usadas por las noches por la mayoría de la población. 

Monumento al mosquito gigante.
Komarno, Canadá.

El mosquito tigre (Aedes albopictus) es una especie asiática que ya se ha aposentado hace algunos años en muchas zonas de nuestro país, como es el caso de la zona en donde vivo y trabajo. Como dermatólogo he tenido ocasión de atender a algunos pacientes con picaduras de este insecto, mucho más aparatosas que las picaduras de los mosquitos comunes, con gran dolor e inflamación. Pero, cómo reconocer al autor de las picaduras?. 

Generalmente suele decirse que se puede reconocer al mosquito tigre por las rayas blancas y negras de su abdomen. Sin duda éste es el mejor distintivo... si es que gozáis de muy buena vista, ya que el tamaño del mosquito es de menos de 5mm!! Claro, este dato es de gran utilidad para identificar al mosquito ya muerto, cosa que ya no suele ser tan útil, a efectos preventivos. En el caso - poco probable - que lo podáis observar inmóvil sí que podréis constatar que se trata de un insecto muy negro, con rayas blancas en el abdomen y en las patas (y por lo tanto, mucho más parecido a una cebra que a un tigre)

El vuelo de Aedes albopictus es mucho más lento que el de otras especies, por lo que es relativamente fácil poderlo aplastar. 

Sus hábitos son predominantemente diurnos, con picos de mayor actividad al alba y al crepúsculo. O sea, que si por la noche os sentís acosados por el zumbido de un mosquito por la noche cuando estéis ya acostados, en la cama, podéis consolaros pensando que las probabilidades de que se trate de un mosquito tigre son ínfimas. Tal vez eso ayude a calmar la exasperación que probablemente os provoque tal situación. 



El mosquito tigre procede de Asia y se ha aclimatado muy bien en muchas de nuestras zonas urbanas y periurbanas. Especialmente en las ciudades más densamente pobladas. Tal vez por eso, a diferencia de otras especies, el mosquito tigre es poco sensible a las emanaciones de CO2, ya que de por sí los ambientes urbanos están muy saturados.  Se trata de una de las 10 especies más invasivas y en el momento actual ya se ha detectado su presencia en más de 60 países.



Sabes como pica un mosquito Aedes aegypti ?








Qué ocurre dentro de tu cuerpo cuando te pica un mosquito? 



lunes, 15 de agosto de 2016

Ataque de tiburón





John Singleton Copley

  Watson y el tiburón 
  (1778)

Óleo sobre lienzo. 182 x 229 cm. 
National Gallery of Art. Washington.




El pintor norteamericano John Singleton Copley (1738-1815) acostumbraba a dar informaciones reales sobre la vida de quienes representaba en sus cuadros, por lo que su pintura puede considerarse, en cierto modo, con un gran valor documental. Cuando se trasladó a Londres, conoció al comerciante británico Brook Watson, que había tenido una vida aventurera, realizando muchas navegaciones y que era cojo de un pie. Un día le comentó lo que le había sucedido el día que perdió el pie, cuando era un grumete de catorce años de edad. 

El barco en el que viajaba Watson acababa de atracar en el puerto de La Habana. Hacía calor y el joven grumete decidió darse un baño. Pero fue atacado por un tiburón de los que abundan en el Caribe, que le arrancó de cuajo el pie derecho. 

John Singleton Copley, impresionado por el relato decidió pintar un cuadro representando el suceso. El cuadro muestra el momento en el que Watson es rescatado por sus compañeros, justo cuando el escualo vuelve al ataque. La pierna herida de Watson queda bajo el agua, por lo que no se ve la terrible herida del muchacho, que sin embargo puede intuírse por la mancha de sangre. Al fondo puede verse la ciudad de La Habana. 

Es evidente que Copley no tenía una gran idea de zoología marina, o que por lo menos no había visto nunca tiburones vivos, ya que representa a este animal de forma fantasiosa y muy poco creíble. Para dar un ambiente más épico al relato, uno de los marineros de la barca intenta arponear al tiburón, mientras que Watson mira a su atacante aterrorizado. 


Las lesiones del bañista atacado por un tiburón en Elche 
(de la prensa)
Hace unos días leí en la prensa que un bañista en la playa de los Arenales del Sol, en Elche, había sido mordido en la mano por un tiburón, probablemente una tintorera. La herida, aunque no era grave, era lo bastante profunda para causar una hemorragia de cierta consideración.

También hace pocos días otra nota de prensa comentaba un avistamiento de un tiburón blanco en las costas cercanas a Formentera. Al parecer, los tiburones blancos (de cerca de 5 metros) pasan al Mediterráneo por el canal de Suez y se acercan a Sicilia y en ocasiones a las Baleares, saliendo al Atlántico por el estrecho de Gibraltar. A pesar de no ser propio de la fauna del Mediterráneo no es del todo infrecuente encontrarlos. Además, en las costas mediterráneas son habituales las tintoreras, unos tiburones mucho más pequeños que suelen romper las redes de los pescadores para robarles las presas. Aunque no suelen atacar a los humanos, en determinadas circunstancias pueden hacerlo, como le sucedió al bañista de Elche. Habrá que tenerlo presente, por si acaso.


Tiburón blanco  (Carcharodon carcharias).


Por cierto que no todas las especies de tiburones tienen el mismo tipo de dentición, ya que las piezas dentarias se adaptan para hacer más eficaz la captura de sus presas más habituales. Sin embargo, a diferencia de los mamíferos, no siempre la forma de las piezas revela fácilmente su función. Al menos a esta conclusión han llegado los autores de un trabajo publicado el pasado 10 de agosto de 2016 en la revista Royal Society open Science. Según los autores de este artículo todavía no hay estudios en profundidad sobre el mecanismo de actuación de los dientes de los tiburones. En su opinión, en los escualos que atacan a grandes presas, sus aceradas piezas dentarias tienen una función parecida a una sierra, provocando grandes desgarros y desprendiendo trozos de carne. Por ese motivo, los tiburones de estas especies suelen atacar una y otra vez a la víctima, moviendo al tiempo la cabeza para provocarle grandes heridas. Los científicos han realizado experimentos acoplando una sierra mecánica a la mandíbula de un tiburón para demostrar su teoría. 

Pero no es esa la única revelación científica reciente sobre tiburones. Otro artículo de la revista Science (11 de agosto de 2016) ha demostrado que los tiburones de Groenlandia (Somniosus microcephalus) pueden vivir hasta 400 años, con lo que serían los vertebrados más longevos del planeta, aventajando con mucho a las tortugas de las Islas Galápagos (que pueden vivir hasta 150-200 años) o a las ballenas (que alcanzan más de 200 años). En realidad, la longevidad de los tiburones de Groenlandia solamente sería superada por un molusco bivalvo, la almeja grabada de Islandia (Arctica islandica) que puede alcanzar hasta 500 años de vida.


Tiburón de Groenlandia  (Somniosus microcephalus


Los científicos llegaron a la conclusión de la longeva vida del tiburón de Groenlandia tras realizar el estudio con carbono 14 de los cristalinos de 28 ejemplares pescados accidentalmente. Dos de las hembras estudiadas (de cerca de 5 m. de longitud) tenían una edad estimada de 335 y 392 años. Es decir que estos ejemplares habían nacido en pleno s. XVII,  en los tiempos del pintor Velázquez, del dramaturgo Molière o del médico William Harvey. Y también, claro está, cuando el pintor John Singleton Copley intentaba imaginar la escena del ataque del escualo al pobre Watson.  La esperanza de vida media de estos tiburones se calcula en 270 años. Claro que su vida transcurre con cierta lentitud, crecen solamente un centímetro por año y no alcanzan la madurez sexual hasta los 150 años de edad. 


Tiburón muerde a un bañista en Alicante: 




Bibliografía


Nielsen J, Hedeholm RB, Heinemeier J, Bushnell PG, Christianse JS, Olsen J, Ramsey CB, Brill RW, Simon M, Steffensen KF, Steffensen JF. 
Eye lens radiocarbon reveals centuries of longevity in the Greenland shark (Somniosus microcephalus
Science  12 Aug 2016: Vol. 353, Issue 6300, pp. 702-704 DOI: 10.1126/science.aaf1703


Corn KA, Farina SC, Brash J, Summers AP. 

Modelling tooth-prey interactions in sharks: the importance of dynamic testing. 
Royal Society open Science. Published 10 August 2016. DOI: 10.1098/rsos. 160141