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viernes, 19 de agosto de 2016

El hombre tatuado de Burma






 El hombre tatuado de Burma 


Litografía incluída en la obra de Hebra y Kaposi 
Lehrbuch der Hautkrankheiten. 1878.

Josephinum. Viena. 




Alrededor de 1870 aparecieron algunos artículos en la prensa médica sobre Georgius Constantine, llamado "el hombre tatuado de Burma" un individuo que había aparecido en Viena y que había suscitado el interés de algunos antropólogos europeos, por presentar el cuerpo casi totalmente cubierto de tatuajes. 

Constantine decía que era albanés, descendiente de griegos. Había sido pirata y mercenario en Asia hasta que fue capturado en Burma. Según él, lo habían torturado como castigo con continuas sesiones de tatuaje durante tres meses. Un proceso que él recordaba como extremadamente doloroso y afirmaba que algunos de los prisioneros que eran torturados con este método habían incluso llegado a morir. 

El origen burmés de los tatuajes fue confirmado por Max Muller, un famoso orientalista. Los tatuajes eran muy barrocos y complicados, e incluían animales (loros, pavos reales, cisnes, panteras, leones, salamandras, cocodrilos, gacelas, peces, elefantes); plantas (flores, frutos, hojas); seres míticos (esfinges, dragones); seres humanos (hombres y mujeres con vestidos) aparte de un sinfín de símbolos geométricos de todo tipo. El tatuaje era usado como castigo por los ingleses en algunos penales de las colonias, pero un tatuaje tan bello y rico no debía ser usado como castigo, sino como ornamentación. 

Sea como fuere, los tatuajes de Constantine causaron un vivo interés en toda Europa. Hay que recordar que los tatuajes no abundaban en los países mediterráneos, donde eran mal vistos por la cultura grecorromana, los judíos y católicos, reservándose solamente a personas marginadas. Y aunque sí se practicaban en Escandinavia y el Norte de Europa, no solían llegar a tal profusión y belleza. Las fotografías y grabados del "hombre tatuado de Burma" circularon tanto que incluso se incluyeron en algunos tratados de Dermatología. 

Hoy en día los tatuajes de Constantine no llamarían en absoluto la atención. La moda del tatuaje se ha impuesto en Occidente desde la última década del s. XX y se calcula que actualmente cerca de 20 millones de personas están tatuadas en todo el mundo, y es un hábito en franco ascenso. Un gran número de personas presentan el cuerpo totalmente cubierto de tatuajes. 

Recientemente la práctica de los tatuajes ha sido motivo de debate en el Euroscience Open Forum de Manchester (julio 2016), donde ha sido analizado por un grupo de estudio heterogéneo: un tatuador sueco, una química que trabaja para el Servicio de Seguridad del Consumidor alemán, un inspector británico de los productos e instalaciones de tatuaje, una fármaco-toxicóloga española miembro del Comité de Investigación de la Comisión Europea, y un dermatólogo danés, especializado en las complicaciones de los tatuajes. 

Este equipo ha alertado sobre la gran proliferación de pigmentos usados en los tatuajes. La toxicóloga Maria Pilar Aguar Fernández comenta que los pigmentos usados en las tintas de tatuajes son las mismas que para los tintes textiles o para las impresoras de ordenador y que no hay ningún tipo de control ni limitación. 

En efecto, la legislación es muy somera en este sentido. La única limitación son los pigmentos prohibidos en los cosméticos. Pero en el caso de los tatuajes los pigmentos no se depositan sobre la piel sino que se inoculan en las capas profundas de la dermis. El riesgo es diferente. Pueden darse reacciones alérgicas  a los colorantes y metales utilizados, un aspecto que no suele advertirse por los tatuadores:

  • El sulfato rojo de mercurio se utiliza como pigmento rojo en tatuajes. 
  • Los metales como níquel y cromo (Dicromato potásico) están en los tatuajes verdes
  • El cadmio  en los tatuajes amarillos 
  • Sales de cobalto en tatuajes azules. 
  • En los tonos ocres se encuentra óxido de hierro. 
  • Los colores blanco y beige, llevan en su composición óxido de titanio y óxido de zinc. 
  • Otros pigmentos orgánicos, azoicos y derivados de plantas dan alergia en ciertas personas.

En otros casos, no hay reacción alérgica, pero sí una irritación de las fibras neurosensitivas: se produce entonces quemazón y prurito intenso. Y por supuesto, complicaciones debidas a la aguja de inoculación, e infecciones causadas por falta de condiciones de esterilidad. Incluso, según comenta el dermatólogo Jørgen Serup,  se desconoce a ciencia cierta si algunos pigmentos usados en cantidades importantes pudieran contribuír a desencadenar un cánceraunque de momento este extremo no ha sido probado

En general, se ha concluído que se necesita una reglamentación clara y homogénea sobre los tatuajes, a nivel europeo. Hace un par de años, los tatuajes de colores estuvieron a punto de ser prohibidos en Francia (por el alto riesgo de alergias de algunos colorantes), pero el rumor de la prohibición hizo que aumentara su demanda y que muchos recurrieran a tatuarse en colores en algunos países cercanos. Al final la prohibición no fue aplicada. 

Según Jens Bergström, artista tatuador, el mayor riesgo se deriva de la clandestinidad. Actualmente es muy fácil adquirir imitaciones de tintas de tatuaje de marca a bajo precio en Internet. Cualquiera puede hacerlo sin control alguno y realizar tatuajes a domicilio. Elegir bien el tatuador es pues una decisión crucial. Para ello el gobierno alemán realiza campañas de prevención en la que participan los tatuadores locales acreditados. Se trata de explicar a los adolescentes y jóvenes adultos la importancia del uso de guantes, de cápsulas de tinta desechables y de una correcta desinfección de la piel. 

En algunos casos, se desea borrar el tatuaje. También en estos casos de debe de acudir a un dermatólogo y realizarlo con láser. Nunca se debe recurrir a métodos artesanales como fricciones con ácido láctico u otros alfa-hidroxiácidos que - aparte de ser muy poco eficaces - pueden provocar quemaduras y cicatrices



Bibliografía: 

Sierra X. Tatuajes. Un estudio antropológico y social. Piel, 2009, 24 (6): 314-324   
doi: 10.1016/S0213-9251(09)71649-1 
http://www.docfoc.com/sierra-valenti-tatuajes-un-estudio-antropologico-y-social


El hombre más tatuado del mundo se maquilla: 
































































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