Instrumental quirúrgico usado en la intervención de fístula anal de Luis XIV. Arriba el bisturí real. Abajo el separador. |
Charles-François Felix Bisturí real y separador Instrumental quirúrgico. Acero y plata. Musée d'Histoire de la Médecine. Paris. |
¿Que tienen en común el ano de Luis XIV de Francia, el himno nacional inglés y la enseñanza de la Cirugía en Francia? Aparentemente son cosas bastante dispares. No obstante, la historia depara sorpresas e impensadas relaciones, como veremos a continuación.
Probablemente Luis XIV ha sido uno de los reyes más poderosos de la Historia, hasta el punto de que se le conocía con el título del "Rey Sol". Pero incluso un monarca tan absoluto tuvo un lado oculto, un aspecto oscuro.
A principios de 1686, el rey (que tenía 48 años) comenzó a quejarse de un pequeño tumor entre el ano y los testículos, que le causaba molestias, hasta el punto de obligarle a guardar cama. Los médicos y cirujanos reales, tras abrirlo con una lanceta, le aplicaron empastos, clisterios y enemas. Pero las molestias son cada vez más intensas y en el mes de mayo se exploró con una sonda y se descubrió que se trataba de una fístula anal, probablemente agravada por la acción de los numerosos laxantes que el soberano tomaba asiduamente.
Sus médicos intentaron todo antes que recurrir a la cirugía. Incluso se plantearon intentos de investigación comparativa. Algunos enfermos aquejados de dolencias semejantes fueron enviados a diversas estaciones termales. Durante un año, cuatro pacientes estuvieron tomando agua sulfurosa del balneario de Barèges, mientras otros cuatro, también fistulosos tomaban aguas salinas en Bourbonne-les-Bains. Lamentablemente, los resultados de este estudio se demostraron poco demostrativos.
Luis XIV de Francia, el Rey Sol |
El médico real quiso probar entonces los efectos de un ungüento ideado por un monje que ni siquiera era médico. Tampoco este remedio tuvo efecto alguno.
Sólo quedaba la cirugía. En principio se planteaban tres posibilidades: la cauterización, la ligadura o la incisión. Charles-François Félix, el cirujano real, no había operado una fístula en su vida. Lo primero que hizo fue entrenarse con los enfermos de los hospitales de París, donde intervino más de 70 casos. Y para ello ideó un bisturí de plata (que más tarde recibiría el nombre de bisturí real).
El 18 de noviembre de 1686, a las siete de la mañana, tuvo lugar la intervención quirúrgica en la habitación del rey en Versalles. Las únicas personas presentes eran Mme de Maintenon; Louvois, ministro de la Guerra; el confesor real, Padre Lachaise y los médicos Daquin, Fagon y Besnières, así como cuatro boticarios que se dedicaban a sedar y a sujetar al paciente. Todos los gestos del cirujano se consignaron por escrito:
Félix introdujo la sonda hasta el intestino, abriendo la fístula con facilidad. Hizo dos incisiones con bisturí y ocho incisiones con unas tijeras, cortando las bridas. La intervención duró unas tres horas, sin anestesia alguna. El rey no se quejó en ningún momento, ni pronunció palabra alguna. Según la detallada crónica, ni siquiera se alteró el ritmo de su respiración. Sin embargo, tal vez esta afirmación estaba guiada por el temor de que el rey pudiera leer el documento más tarde, y lo mejor era dejar constancia de su sublime heroísmo.
"El rey fue situado en el borde de la cama, con una almohada bajo el vientre para elevar las nalgas, que estaban expuestas a la ventana, con las piernas separadas y sujetas por dos boticarios"
Félix introdujo la sonda hasta el intestino, abriendo la fístula con facilidad. Hizo dos incisiones con bisturí y ocho incisiones con unas tijeras, cortando las bridas. La intervención duró unas tres horas, sin anestesia alguna. El rey no se quejó en ningún momento, ni pronunció palabra alguna. Según la detallada crónica, ni siquiera se alteró el ritmo de su respiración. Sin embargo, tal vez esta afirmación estaba guiada por el temor de que el rey pudiera leer el documento más tarde, y lo mejor era dejar constancia de su sublime heroísmo.
La habitación real, usada por Luis XIV, el el palacio de Versalles. |
Una hora después de la intervención, el rey fue sometido a una sangría, lo que nos da indicios del estado real del monarca. A Luis XIV no le gustaban las sangrías, y poco antes había rehusado someterse a ellas cuando se había dislocado un hombro.
Un emisario especial fue enviado al Delfín, que como solía estaba en una partida de caza. El príncipe heredero regresó a Versalles y penetró en la habitación real "mudo de emoción". En las iglesias de París se hicieron rogativas por la salud del rey.
Al día siguiente el rey presidió un breve Consejo y permitió ser visitado por algunos embajadores. Sin embargo, al cabo de quince días las cosas se complicaron. La fístula no se había eliminado por completo y la cicatriz complicaba de nuevo la situación. El 7, 8 y 9 de diciembre se realizaron nuevas intervenciones, desbridando a fondo la fístula con ayuda de numerosas incisiones. Esta vez el post-operatorio fue más estricto y el rey guardó estricto reposo. El 11 de enero de 1687 el rey pudo salir por su propio pie de sus aposentos y dar un largo paseo por la Orangerie.
Durante su convalescencia, Luis XIV visitó el claustro de Saint Cyr. Para celebrar la visita real, las monjas hicieron componer a Jean Baptiste Lully una cantata para la ocasión, titulada "Gran Dios, salva al Rey". Entre los asistentes se encontraba un espectador inglés, a quien le gustó tanto la letra y la música que tomó buena nota. Cuando volvió a Inglaterra, tradujo el texto que con ligeras variantes se ha conocido después como "God save the King" y que se convirtió en el conocido himno del Reino Unido. Al menos así lo cuenta en su libro de recuerdos la marquesa de Créquy, aunque no todos conceden pleno crédito a esta versión.
En cuanto al Cirujano Real, Félix, el rey quiso mostrarle su agradecimiento con honores. También le concedió 120.000 luises de oro, que le permitieron comprar una finca, el señorío de Tassy. Félix de Tassy legó una gran parte de su fortuna a la cofradía de cirujanos, para que se crease una linstitución para la enseñanza de la Cirugía, que permitiera el mejor conocimiento de técnicas y procedimientos. Nació así la Real Academia de Cirugía, que fue inaugurada en 1731 por el nieto del Rey Sol, Luis XV. En un lugar destacado, se colocó un retrato de Charles-François Felix de Tassy con la leyenda: El primer cirujano de Luis XIV.
La fistule anale de Louis XIV:
Un emisario especial fue enviado al Delfín, que como solía estaba en una partida de caza. El príncipe heredero regresó a Versalles y penetró en la habitación real "mudo de emoción". En las iglesias de París se hicieron rogativas por la salud del rey.
Al día siguiente el rey presidió un breve Consejo y permitió ser visitado por algunos embajadores. Sin embargo, al cabo de quince días las cosas se complicaron. La fístula no se había eliminado por completo y la cicatriz complicaba de nuevo la situación. El 7, 8 y 9 de diciembre se realizaron nuevas intervenciones, desbridando a fondo la fístula con ayuda de numerosas incisiones. Esta vez el post-operatorio fue más estricto y el rey guardó estricto reposo. El 11 de enero de 1687 el rey pudo salir por su propio pie de sus aposentos y dar un largo paseo por la Orangerie.
Durante su convalescencia, Luis XIV visitó el claustro de Saint Cyr. Para celebrar la visita real, las monjas hicieron componer a Jean Baptiste Lully una cantata para la ocasión, titulada "Gran Dios, salva al Rey". Entre los asistentes se encontraba un espectador inglés, a quien le gustó tanto la letra y la música que tomó buena nota. Cuando volvió a Inglaterra, tradujo el texto que con ligeras variantes se ha conocido después como "God save the King" y que se convirtió en el conocido himno del Reino Unido. Al menos así lo cuenta en su libro de recuerdos la marquesa de Créquy, aunque no todos conceden pleno crédito a esta versión.
El primer médico del rey Charles-François Felix de Tassy (1635-1703) |
En cuanto al Cirujano Real, Félix, el rey quiso mostrarle su agradecimiento con honores. También le concedió 120.000 luises de oro, que le permitieron comprar una finca, el señorío de Tassy. Félix de Tassy legó una gran parte de su fortuna a la cofradía de cirujanos, para que se crease una linstitución para la enseñanza de la Cirugía, que permitiera el mejor conocimiento de técnicas y procedimientos. Nació así la Real Academia de Cirugía, que fue inaugurada en 1731 por el nieto del Rey Sol, Luis XV. En un lugar destacado, se colocó un retrato de Charles-François Felix de Tassy con la leyenda: El primer cirujano de Luis XIV.
La fistule anale de Louis XIV:
Excelente
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