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jueves, 27 de agosto de 2015

Una cabellera de penes (I)






Mercurio polifálico
(s. I d.n.e.) 

Amuleto de bronce
Museo Archeologico Nazionale, Nápoles




En el Museo Archeologico Nazionale de Nápoles hay una sala especial, el Gabinetto Segreto, donde se exhiben una multitud de obras de arte romano procedentes de Pompeya y Herculano con escenas de sexo explícito. Una colección muy interesante para comprender los usos y costumbres eróticas en el Imperio Romano. 

Una de ellas es el llamado Mercurio Polifálico. Se trata de un amuleto de pequeño tamaño, en bronce que representa al dios del comercio. 

Mercurio era, entre los romanos el equivalente al dios griego Hermes, y era el dios del comercio, de los banqueros y de los ladrones. Una curiosa asociación, ¿no?. Era además un dios astuto y hacía las funciones de mensajero de los dioses (por eso suele representarse con alas en los pies y también en el petaso, un sombrero alado que es uno de sus atributos). El nombre del dios Mercurio originó la palabra mercado y también dió nombre al metal con el que se trabajaba el oro, imprescindible para dar pureza y limpiar los metales nobles. Lleva por ello el dios una bolsa, que significa el dinero. 

Además de sus atributos más habituales, en esta figurilla presenta los cabellos transformados en falos o penes erectos. Además también luce él mismo un enorme falo, muy destacado. Estos atributos simbolizan la fertilidad y las riquezas. En efecto, los falos entre los romanos eran un emblema de buena suerte y frecuentemente los encontramos representados en la puerta de las casas o de las ciudades, cosa que no nos ha de hacer pensar que eran burdeles. Los falos en las casas eran amuletos de la suerte y frecuentemente eran tocados con reverencia por los que entraban. Cerca de la puerta de las murallas romanas de Empúries hay un bajorrelieve con un gran falo, propiciatorio de suerte y felicidad a la ciudad. 





























Hermas. A la izquierda, herma arcaica (Museo Arqueológico de Atenas). 
A la derecha, Herma clásica (Museo Arqueológico de Estambul) 


El antecesor griego de Mercurio, entre los griegos, era Hermes; al que igualmente se le comenzó representando en origen por una pilastra de sección cuadrada con un gran falo en su centro (llamadas Herma); pedestales que se colocaban en los campos para que hubiera grandes cosechas. Posteriormente estas pilastras se complementaron con el busto del dios en la parte superior y más tarde fueron ya sustituídas por estatuas de bulto redondo. Tras ello, pasó a ser Hermes la deidad de las riquezas (agrarias) y con ello el dios del comercio (que se identificó luego en Roma con el Metal que trabajaba el patrón oro: Mercurio).

Por cuanto hemos expuesto, ya es nos fácil comprender como Hermes-Mercurio, el dios del comercio y de la riqueza, fue representado en Pompeya con la cabellera de falos; cuyo símbolo no es otro más que el de la fecundidad y las riquezas. Recordemos que el cabello suelto conserva el simbolismo de la fecundidad, aún en nuestros días.



Cuernos de la abundancia en forma de falos de terracota.
Museu Arqueològic de Catalunya (Empúries). 


Los penes erectos, por otro lado, pueden recordarnos enormemente a los cuernos; ello debido a que igualmente el cuerno era tenido por imagen del dinero, ya que significaba la pecunia (el ganado, que se medía en cabezas y se contaba por cuernas). De ahí se deriva el concepto de cuerno de la abundancia o cornucopia. El asta o el cuerno era el símbolo de la masculinidad y de la virilidad (por su parecido con el falo y con las armas, pero sobre todo porque originariamente y hasta la expansión completa del Hierro -hacia el siglo VIII a.n.e., los campesinos solían labrar la tierra con una dura asta). Por lo que ese cuerno que se ponía en el extremo del arado es el verdadero origen del cuerno de la abundancia, tanto como un símbolo muy cercano al del pene erecto, que traía la fecundidad (las riquezas y el bien) como por la creencia de que combatía la mala suerte: El Mal de Ojo. 

De este modo, el arado era entendido como un pene, la semilla como el semen y la tierra como el útero materno. Por eso un falo erecto, o una vagina, eran los atributos de la felicidad, la prosperidad y de la riqueza. Su significado es todo lo contrario del mal: La esterilidad, la impotencia, la pobreza, la infelicidad, el mal, la pena.... Y por lo tanto de la desgracia y del Mal de Ojo.


Mercurio en el arte: 



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