Grupo de personajes manifestando su duelo. Plafones de la tumba del caballero Sancho Saiz Carrillo. MNAC. |
Plafones del sepulcro del caballero Sancho Saiz Carrillo
(1262-1286 circa)
Procedente de S. Andrés de Mahamud
MNAC, Barcelona |
Estos plafones góticos del sepulcro de Sancho Saiz Carrillo presentan un gran interés. En ellos pueden verse representados un séquito de duelo con caballeros, damas y plañideras exteriorizando su dolor por la muerte de un caballero.
En la Edad Media, el dolor por la muerte de algún próximo se exteriorizaba mesándose los cabellos o las barbas. En este punto hemos de precisar el significado de la palabra mesar, ya que en la actualidad muchos lo usan como sinónimo de acariciar o juguetear con el pelo. Veamos que dice el diccionario al respecto:
Por lo tanto, la señal de luto consistía en agarrarse fuerte de los pelos (de la cabeza o de la barba) dándose tirones y arrancándose mechones. Algo así como lo de "tirarse de los pelos". Algunos también se rascaban o se infligían golpes o heridas. Así lo vemos en una disposición de las Cortes de Castilla, a mediados del s. XIII:
También encontramos testimonio de esta práctica en la literatura. En el Calila e Dimna encontramos:
En la Edad Media, el dolor por la muerte de algún próximo se exteriorizaba mesándose los cabellos o las barbas. En este punto hemos de precisar el significado de la palabra mesar, ya que en la actualidad muchos lo usan como sinónimo de acariciar o juguetear con el pelo. Veamos que dice el diccionario al respecto:
Mesar (Del lat. vulg. messāre, der. de metĕre, segar, cercenar).1. tr. Arrancar los cabellos o barbas con las manos. U. m. c. prnl.
Plañidera tirándose de los cabellos. Sepulcro del obispo Berenguer de Anglesola. Catedral de Girona |
«Manda que ningún cavallero non llanga nin se rasque sinon fuere por señor, e que ninguno non traya pannos de duelo por otro sinon fuere un par, sinon por señor o mugier por su marido que lo traya quanto quisiere» (Cortes de León y Castilla, 1258, 1.25)
También encontramos testimonio de esta práctica en la literatura. En el Calila e Dimna encontramos:
«Et después entró, et falló al niño bivo et sano et al culebro muerto et despedaçado, et entendió que lo avía muerto el can. Començóse a mesar, et a llorar, et a carpirse, et a dezir: —¡Mandase Dios que este niño non fuese nasçido, et yo non oviese fecho este pecado et esta traiçión!»
Detalle del sarcófago del caballero Sancho Sáinz Carrillo MNAC, Barcelona |
No sólo se mesaban el cabello sino que los varones también se mesaban la barba. En Cuento muy fermoso de Otes de Roma (s. XIV) hallamos:
«E veýa alos grandes omes dela tierra carpir sus fazes e mesar sus barvas. E ante las andas traýan el buen cavallo Bondifer. Entonçe entendió el su mortal dapño e el su pesar».
La costumbre debía perdurar mucho tiempo, ya que la hallamos también en la Historia verdadera de la conquista de Nueva España (1575):
«[…] pocos días habían le habían traído nuevas de que el adelantado, su marido, le habían muerto […], y como le trajeron tan tristes nuevas, ella se mesó los cabellos y lloró mucho y se rasguñó su cara y por más sentimiento mandó que todas las paredes de su casa se parasen negras con una tinta y betún negro».
La costumbre de mesarse la barba o el cabello también se practicaba en las despedidas largas, antes de viajes peligrosos, como cuando algún caballero partía a las Cruzadas.
El diccionario recoge también en la actualidad, como segunda acepción que mesarse puede ser sinónimo de atusar o alisar el pelo. Pero la acepción histórica, que ha dado lugar a iconografías como la que mostramos hoy, nos explica las costumbres de los funerales de antaño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario