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lunes, 2 de marzo de 2015

El niño de la espina







 Autor desconocido 

Espinario 
(s. I a.C) 

Escultura en bronce  73 cm 
Musei Capitolini, Roma



El espinario o niño de la espina es una escultura romana en bronce, datada en el s. I a.C., que probablemente reproduce una escultura anterior de la época helenística. Representa a un muchacho sentado sobre una roca mientras intenta sacarse una espina clavada en su pie izquierdo. Una de las características del arte helenístico es el abandono de la idealización del período clásico y representa al hombre en su vida cotidiana, anecdótica, no rehuyendo representar el sufrimiento, aspectos patológicos o incluso lo grotesco, la deformidad y la fealdad. 

Probablemente esta escultura está inspirada en dos obras previas, ya que la cabeza es más propia de una escultura erguida (los cabellos no caen sobre el cuello como sería lógico) y obedece a los cánones imperantes en el s. V a.C. En cambio, el cuerpo parece copiado de modelos de los s. III-II a.C. 

La estatua está documentada en Roma desde el s. XII y fue donada a la ciudad por el papa Sixto IV en 1491, permaneciendo en el palacio de Letrán. 

Este tema ha tenido una gran influencia en la historia del arte y ha sido motivo de múltiples reproducciones e inspiración de diversos artistas. Una copia romana en mármol puede admirarse en los Uffici de Florencia, otra en mármol en el museo del Louvre de París, y otra más en el museo Pushkin de Moscú. En el museo del Prado de Madrid existe una copia del s. XVII (Cesare Sebastian, 1650).

Brunelleschi se inspiró en el espinario para realizar el medallón del sacrificio de Isaac que presentó al concurso para la puerta del Baptisterio de Florencia (1401). Hay copias en algunos jardines (Aranjuez, Barcelona). También podemos encontrar este tema - más o menos modificado - en iglesias como la de Ansemil (Pontevedra) y en las catedrales de Burgos y León)


El espinario, en el medallón que presentó Brunelleschi
al concurso para la puerta del Baptisterio de Florencia.
Museo del Bargello. Florencia.

Fue probablemente en el Renacimiento, período en el que esta escultura tuvo una gran influencia, cuando se acuñó la leyenda de que representaba al joven Cneo Marcio, un pastorcillo romano encargado de hacer llegar un mensaje al Senado romano, para lo que tuvo que recorrer a pie una gran distancia. Solamente cuando hubo cumplido su misión, el chico se dedicó a sacarse la espina que en el camino se había clavado en el pie. Este comportamiento ejemplar (el deber por encima de las molestias personales) explica la popularidad de este tema. 


 












Dos versiones diferentes del tema del espinario: 
A la izquierda, la escultura de Londres (British Museum). A la derecha, la de París (Museo del Louvre)

Como sabemos, una espina clavada durante un cierto tiempo en la piel (y aún más en zonas de roce o presión) puede originar un granuloma de cuerpo extraño, por lo que su extracción es muy recomendable. 



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