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martes, 13 de enero de 2015

Bronzino: Alegoría del triunfo de Venus







Angelo Bronzino


Alegoría del triunfo de Venus

Óleo sobre lienzo. 146 x 116 cm
National Gallery. Londres.




En 1545, Angelo Bronzino, un pintor manierista florentino, realizó por encargo su obra maestra en la corte de Cosme de Médicis. Una Alegoría con Venus y Cupido. El cuadro es francamente erótico y a primera vista este cuadro encarna toda la opulencia y magnificiencia renacentista, aunque hay quien ha propuesto otras lecturas. 


Medio siglo antes de que Bronzino pintara esta obra, la sífilis había hecho su eclosión en Europa, con efectos devastadores. Pronto los médicos se percataron de que se transmitía sexualmente, es decir, rindiendo culto a Venus, de donde se derivó el nombre de enfermedad venérea. 

En el centro, Venus y Cupido, en un voluptuoso abrazo (casi imposible, por la longitud del brazo de Cupido) representan la sexualidad masculina y femenina. Menos fácil de descifrar es  el simbolismo de los personajes periféricos. Uno de ellos, que se tapa la cara y que clásicamente representa los celos, presenta los estigmas de la nueva enfermedad. 



En la parte superior del cuadro, sosteniendo un velo azul, aparece el Padre Tiempo, con su reloj de arena y a su izquierda, Oblivion. Según algunos autores, Oblivion, está representado sin ojos y sin cerebro, y por tanto incapaz de recordar, ha corrido el velo sobre la escena amorosa, olvidando sus penosas consecuencias. El Padre Tiempo descorre el velo, mostrando al espectador lo que vendrá después del amor carnal: los signos de una infección luética. Además de esta interpretación, puede que Bronzino apunte en la figura de Oblivion a la afectación del nervio óptico y a la demencia, etapas finales de la sífilis.

Debajo de Oblivion hay una figura torturada de un hombre, que generalmente se identifica con los celos. En 1986 esta interpretación clásica ha sido reelaborada por Conway quien llamó la atención sobre la presencia de signos de sífilis secundaria en este personaje. Su cabeza se retuerce de dolor, y la estruja entre las manos, que muestran dedos con nódulos periarticulares evidentes, intentando ocultar una alopecia areolar luética. Además ha perdido una uña (acoria sifilítica). La esclerótica ocular está enrojecida, ha perdido algunas piezas dentarias y las encías aparecen hemorrágicas (tal vez por un goma en paladar?). La pérdida de piezas dentarias también puede ser imputable a la intoxicación por mercurio, que era muy usado en la época para tratar los casos de sífilis. 

En un claro contraste, el niño juguetón de la derecha obsequia a los besucones Venus y Cupido con una lluvia de pétalos de rosa. Símbolo de la pasión, sonríe sin complejos indemne a los estragos del amor. Sin embargo, este angelote del amor loco, coloca una pierna en posición un tanto extraña. Tal vez  como resultado de una mielopatía sifilítica con afectación del nervio? (Tabes dorsal?) 

Bibliografía:

  1. J. F. Conway, “Syphilis and Bronzino’s London Allegory,” Journal of the Warburg and Courtauld Institutes 49 (1986): 250–255.
  2. Margaret Healy, “Bronzino’s London Allegory and the Art of Syphilis,” The Oxford Art Journal 20, no. 1 (1997): 3–11.

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