Frontal de altar de Esquius
(s. XII) Museu Nacional de Catalunya (MNAC) Barcelona |
Los frontales de altar eran unas tablas decoradas que se colocaban delante de los altares en la época románica (s. XI-XIII). El frontal de Esquius es un bello frontal procedente de la iglesia de Santa María de Besora, cerca de Ripoll. En su centro aparece una Maiestas Domini, la figura de Cristo entronizada dentro de la mandorla o almendra mística. La mandorla representaba el cielo y con su forma de huso se quería presentar un hipotético corte o jirón en el cielo, por el que podía verse la Gloria celestial. En el altar de Esquius, alrededor de la mandorla se lee una inscripción latina que traducida, dice :
«Este es el Dios del Alfa y de la Omega. Ven oh clemente y misericordioso, con tu piedad y suelta las cadenas de los miserables. Amén».
Cristo aparece con un manto oscuro, mirando al espectador de frente, como es habitual en el arte románico, con una cara inexpresiva, impávida, hierática. Presenta el aspecto de un juez o mejor, de un señor feudal, una clara declaración del poder jerárquico inalterable en el que se basaba la sociedad medieval. Está rodeado por el tetramorfos, la representación simbólica de los cuatro evangelistas: abajo el toro que representa a Lucas y el león a Marcos; y arriba el águila a Juan y finalmente Mateo cuyo emblema es un ángel (o un hombre, alado como los demás símbolos). A ambos lados aparecen los doce apóstoles, en grupos de tres.
Una buena parte del frontal de Esquius (la almendra y una amplia franja a los lados) es de un bellísimo color amarillo dorado. Esta coloración se conseguía en aquella época con oropimente triturado.
Bodegón de Jan Davisz de Heem (Rijksmuseum, Amsterdam). En el centro, bajo la granada, se observa un cítrico, algo descolorido, pintado con oropimente. El paso del tiempo ha sublimado parte del arsénico y ha dejado un color amarillo oscuro. |
El oropimente era un producto que fue ampliamente comercializado en tiempos del Imperio Romano, y era usado en la elaboración de ciertas pócimas venenosas. (aunque su característico olor a ajos solía delatar su presencia). Como tóxico fue usado también como raticida e insecticida. Y fue muy apreciado por los alquimistas medievales que lo usaban para buscar la piedra filosofal (la que supuestamente debía convertir en oro todo lo que tocaba), aunque probablemente lo único que consiguieron fue intoxicarse.
También tuvo otro uso, bastante curioso. Mezclándolo con cal viva y almidón se obtenía un compuesto llamado rusma turcorum, y empleado como depilatorio. Muy usado por las mujeres àrabes y turcas, también fue popular en los reinos cristianos para librarse del vello no deseado y para depilar las raíces de los cabellos de la frente, siguiendo la moda de ampliar de esta manera la frente.
Incluso lo hallamos en algunas fórmulas farmacéuticas. Se usaba para tratar mordeduras de serpiente, heridas cutáneas, abscesos e incluso el asma.
Tintoretto: Retrato de Vincenzo Morosini (National Gallery) . En la banda dorada se han encontrado trazas de oropimente y rejalgar. |
Debido a su atractivo color dorado, fue usado también en pinturas. Fue uno de los muy escasos amarillos brillantes y claros disponibles hasta bien entrado el siglo XIX, a pesar de los problemas derivados de su toxicidad extrema y su incompatibilidad con otros pigmentos de cobre y plomo.
Su efecto tóxico no era desconocido. Cenino Cennini, pintor italiano del s. XV advertía, en su manual Il libro dell’arte:
“Si no queréis sufrir daños personales, evitad que el oropimente os entre en la boca”Aparte del retablo de Esquius, podemos citar otros ejemplos de su uso en pintura, especialmente en el arte románico, como el baldaquino de Ribes y los frontals de Puigbò, Espinelves y Lluçà. Pero también lo hallamos en las pinturas de la cúpula de la mezquita del Aqsa en Jerusalén, en un bodegón de Jan Davisz de Heem (Rijksmuseum, Amsterdam) y en la banda dorada del retrato de Vincenzo Morosini, de Tintoretto (National Gallery, Londres). En todas ellas se han encontrado trazas de rejalgar.
El rejalgar es parecido al oropimente. Su nombre deriva del árabe hispánico ráhǧ alḡár, literalmente, 'polvo de la cueva'. También es un sulfuro de arsénico natural (As4S4) aunque más raro. Forma granos y cristales bien moldeados, los cuales son entre rojo y anaranjado con brillo resinoso. Muchas veces se encuentra mezclado con el oropimente en venas hidrotermales. Como éste se usó como veneno, y también para fabricar vidrio, pesticidas y fuegos artificiales.
Las pinturas de oropimente y rejalgar, ambas derivados del arsénico, pueden emanar vapores tóxicos, en pequeñas cantidades.