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viernes, 12 de enero de 2018

Tres años del blog "Un dermatólogo en el museo"





Tres años de blog

Ya han pasado tres años. Tres años que comencé a escribir "Un dermatólogo en el museo", el 12 de enero de 2015. La verdad es que cuando empecé, no creía que la vida del blog iba a ser tan larga. Me había propuesto el objetivo de encontrar piezas de museo que además de un comentario artístico o histórico se pudieran relacionar de algún modo con mi profesión de médico dermatólogo. Intentaba así unir mis estudios de Medicina y Humanidades, convencido de la necesidad de tender puentes entre dos disciplinas que clásicamente se consideran "de Ciencias" y "de Letras". En mi opinión esta división es arbitraria, ya que creo en la que el conocimiento humano es único y si lo intentamos dividir en ramas es debido a criterios prácticos ya que a veces  no tenemos bastante capacidad para abarcarlo todo. Pero eso no nos debe hacer renunciar a comprender - aunque sea superficialmente - las miles de interacciones que tienen los diversos campos del saber. Y precisamente interrelacionar cosas es lo que nos va a hacer comprenderlas mejor. 

No os oculto que cuando comencé a escribir suponía que iba a ser una experiencia breve, limitada en el tiempo y que pronto acabaría con los materiales a mi alcance. Sin embargo el blog se ha publicado ininterrumpidamente con una cadencia de 6 artículos por semana (a diario, excepto los sábados) incluyendo incluso los habituales períodos vacacionales. Se han publicado ya más de 900 artículos. Es cierto que el blog trata de temas variados, y que no solamente se tratan temas dermatológicos propiamente dichos (patología, médicos insignes, etc.), sino también se extiende a veces en aspectos colaterales (higiene corporal, cosmética, cuidado o decoración de la piel..). Asimismo se han incluido algunas referencias a otras ramas de la Medicina (no olvidemos que los dermatólogos somos también médicos) o a otros aspectos que puedan suscitar un comentario por parte de un dermatólogo e incluso recuerdos o vivencias personales. De ahí el nombre del blog, que sugiere una visita a un museo virtual en compañía de un dermatólogo y los posibles comentarios que podrían surgir delante de las piezas de esta imaginaria exposición. Pues bien, mis pronósticos sobre la breve existencia del blog no se han cumplido: llevamos tres años y los posibles temas a tratar no solo no se han agotado, sino que proliferan cada vez más, se agolpan y casi no doy abasto a comentarlos.

Naturalmente en esta empresa no estoy solo. Debo agradecer la ayuda de todos los lectores de "Un dermatólogo en el museo". Hace pocos días, se superó el medio millón de lecturas y el blog es cada vez más leído en numerosos países, especialmente en Europa, América y en una proporción algo menor, en Asia, Oceanía y África. El creciente número de visitas supone para mí una satisfacción y me estimula a continuar escribiendo. 

También es un estímulo importante la colaboración de muchos seguidores, que me plantean dudas o preguntas, me sugieren diagnósticos o seleccionan posibles obras de arte para que considere incluírlas en las nuevas entradas. Las vías por donde me llegan comentarios son variadas: Twitter, Messenger, Facebook, What's app... o comentarios directos en conversaciones o llamadas telefónicas. 


A todos vosotros, lectores, colaboradores y amigos mi agradecimiento más sincero. ¡Seguimos!

jueves, 11 de enero de 2018

Por si las moscas... (y IV)





Barthel Bruyn

Vanitas

Óleo sobre tabla, 61 x 51 cm
Rijksmuseum Kröller-Müller, Ötterlo




En la última entrada, tratamos de la curiosa historia de la mosca de Virgilio, y en un artículo anterior comentábamos algunos cuadros con moscas, con diversa intencionalidad artística. Seguiremos hoy tratando de estos insectos y de más ejemplos de su presencia en las obras de arte. 

En el barroco, por ejemplo, en donde podemos encontrar algunas moscas en las pinturas llamadas Vanitas. Se trata de cuadros en los que el tema central es una calavera. Un tema muy del gusto de la Contrarreforma, con la intención de subrayar la fugacidad de la vida y de las cosas terrenales. 

Xilografía del s. XVIII representando a Sant Narcís
rodeado de moscas, en alusión a su milagro
Y ¿que hay más fugaz y efímero que una mosca? Un elemento para la reflexión y para considerar como el famoso versículo del Eclesiastés que "Vanidad de vanidades, y todo es vanidad". Aportamos hoy una obra de Bruyn como ejemplo de ello. En él, una mosca se ha posado en una calavera. Una doble visión de lo inevitable de la muerte y de la fugacidad de la vida. 

En otras ocasiones encontramos moscas como protagonistas de un milagro. El curioso milagro de Sant Narcís, patrón de Girona: estando la ciudad sitiada por los franceses, los gerundenses se encomendaron a su patrón y del sepulcro del santo comenzaron a salir moscas. Moscas que picaban a los invasores y a sus caballerías, de forma electiva, propagando entre ellos una peste tal que éstos no tuvieron más remedio que levantar el asedio y huir despavoridos. La conmemoración de este milagro está presente en múltiples obras de arte de la ciudad de Girona. También aludió a él Salvador Dalí - natural de la cercana ciudad de Figueres - que representó la imagen de un obispo (Sant Narcís) rodeado de moscas, en diversas ocasiones. 


Detalle de un cuadro atribuído a Antonio de Viladomat representando el milagro de las moscas de Sant Narcís: Las moscas salen de la tumba del santo para picar al ejército enemigo. Colegiata de Sant Félix. Girona. 

Estas variadas visiones de las moscas en el arte nos trae a la memoria la relación que pueden tener los dípteros con la enfermedad. Existe un gran número de enfermedades transmisibles cuyo vector son las moscas (enfermedad del sueño, tracoma, cólera, salmonelosis, fiebre tifoidea...). El papel de las moscas como vehiculadoras de enfermedades infecciosas es bien conocido, ya que estos insectos se alimentan de estiércol y también de comida humana, y trasladan los gérmenes de una a otra. E incluso pueden parasitar heridas con sus larvas (especialmente Dermatobia hominis) provocando la llamada miasis

Stephan Schuster y su grupo de investigadores norteamericanos de la Universidad de Pennsilvania han publicado un reciente estudio demostrando el importante papel que la microbiota de las moscas tiene en la transmisión de ciertas enfermedades. Schuster estudió 116 especies de dípteros, analizando su microbiota (la colección de bacterias que coloniza todo ser vivo) . Los insectos no solamente albergan muchos centenares de especies bacterianas diferentes sino que la mayoría de ellas pueden ser peligrosas para los humanos, especialmente las que trasladan en sus patas y en sus alas. Al posarse, o simplemente al volar, las moscas esparcen abundantes bacterias patógenas.

El graffiti de una mosca, en una calle de Girona


Que las moscas propagan microbios productores de infecciones no es desde luego nada sorprendente. Pero algunas de las conclusiones del estudio aportan novedades: las moscas serían también las transmisoras de Helicobacter pylori, una bacteria involucrada en la aparición de úlceras de estómago y con cáncer gástrico. Los investigadores encontraron este microorganismo en una quincena de dípteros, por lo que sospechan que las moscas pueden actuar como vectores en la transmisión de Helicobacter.   Un nuevo dato a tener presente. Ahora más que nunca habrá que extremar la higiene e intentar evitar que las moscas se posen en nuestros alimentos.  


Salvador Dalí, apasionado de las moscas: 



miércoles, 10 de enero de 2018

Por si las moscas... (III): La mosca de Virgilio





Mosaico de Virgilio y las musas
(210 d. C.) 


Mosaico romano de opus tessellatum
Procede de Susa (Hadrumetum) 
Museo del Bardo, Túnez. 




El Museo Nacional del Bardo, en Túnez  (المتحف الوطني بباردو) reúne la colección más importante de mosaicos romanos del mundo. De algunos destacados mosaicos de los que allí se conservan conservo una viva impresión. Uno de ellos es sin duda, el mosaico de Virgilio, considerado por muchos como el mejor mosaico romano del mundo. 

El mosaico está presidiendo una sala cruciforme del museo,  con bellos estucos esculpidos en el techo y bonitos azulejos con motivos florales, en los antiguos apartamentos privados del Bey. En esta misma sala en su suelo un mosaico de las divinidades de la semana y los signos del Zodiaco, impresionante por su composición geométrica y su bella policromía.

Se trata de un mosaico de opus tessellatum de no muy grandes dimensiones, procedente del pavimento de la "Casa del Arsenal", una casa patricia de Hadrumetum (actual Sousse).  Representa el poeta Virgilio sentado, entre dos musas, que sin duda, le inspiran lo que está escribiendo. Las musas son Clío (Κλειώ), protectora de la historia y la poesía épica (a la izquierda) y Melpómene (Μελπομένη), la musa del teatro trágico (a la derecha). El poeta está sentado entre ellas, revestido con la blanca toga praetexta. Tiene a sus pies la capsa, el estuche donde se guardaban los papiros y sostiene sobre su rodillas un rollo en el que puede leerse el verso 8 del libro I de la Eneida: 

 Musa, mihi causas memora, 
quo numine læsø, quidve ...." 
Busto de Virgilio. Nápoles. 


La cara del poeta está claramente individualizada, y se supone que es el único retrato que conservamos de Virgilio, aunque el mosaico fue efectuado al cabo de un cierto tiempo de su muerte. Desde luego concuerda con las descripciones literarias que nos han llegado de él que afirman que era alto y robusto, moreno y con cierto aspecto de campesino, por lo que creemos que hay que considerarlo dentro del realismo de los retratos romanos. Su gesto es digno y severo, con mirada penetrante y algo pensativo, como concentrado en lo que va a escribir. La escena se enmarca con un filete dentado como si fuera el marco de un cuadro. 

En un artículo anterior comentábamos algunos cuadros con moscas, realizados con diversa intencionalidad artística. Aunque en este caso no es una representación plástica no me resisto a contaros una curiosa historia de Virgilio en la que la protagonista es una mosca. 


J. A. D. Ingres: Virgilio lee la Eneida a Livia, Octavia
y Augusto (1812) Museo des Augustins, Toulouse. 
Tras el asesinato de Julio César tomó el poder el Segundo Triunvirato en la república de Roma, una alianza formada por Marco Antonio, César Octaviano y Marco Emilio Lépido. El magnicidio había creado una gran inquietud social y eran tiempos turbulentos. No estaba claro quien había participado en el complot y nadie estaba libre de sospechas. El nuevo gobierno generó todavía más confusión y aumentaron las protestas y algaradas en las calles de Roma. Los triunviros temían especialmente la influencia y el poder de los legionarios licenciados (eméritos), así que decidieron calmarlos entregándoles tierras para calmar los ánimos. Pero prometieron más tierras de las disponibles por lo que tuvieron que recurrir a masivas expropiaciones forzosas. 

Algunos amigos de Virgilio le informaron que su finca estaba contemplada entre las que iban a expropiar. Aunque había una manera de librarse. Si en el terreno había alguna tumba, la expropiación no podía ejecutarse, ya que se consideraba tierra sagrada. Y esta exclusión también era válida para los animales domésticos, que los romanos consideraban como parte de la familia. Algunos de estas mascotas eran animales insospechados, como podía ser el caso de peces, como morenas o animales exóticos. 


Monumento a Virgilio en la plaza Virgiliana
de Mantua, su ciudad natal. 
El astuto Virgilio ideó una estratagema. Dijo que su mascota era... una mosca, a la que tenía en gran estima. Y que hacía poco tiempo la mosca había muerto, sin que se pudiera hacer nada por salvarla. El apesadumbrado escritor, apareció en público, visiblemente apenado por la pérdida de su animal preferido. Desconsolado, organizó en su villa un fastuoso funeral, sin reparar en gastos. Contrató a grupos de músicos y a las mejores plañideras del lugar. Invitó a las personalidades más relevantes y destacadas, como a Cayo Mecenas, su protector. En el banquete fúnebre se sirvieron los mejores vinos y exquisitas viandas, y finalmente un lucido cortejo acompañó al cadáver de la estimada mosca a un mausoleo que se había erigido al efecto en sus tierras. 

El deslumbrante entierro de la mosca de Virgilio le costó una elevada suma (más de 800.000 sestercios) pero sirvió para que todo el mundo supiera que en aquellas tierras descansaba un ser querido. A primera vista la fiesta supuso un enorme despilfarro. Pero la estrategia resultó y las tierras de Virgilio no fueron expropiadas. El excéntrico funeral de la mosca salvó sus tierras, y fue sin duda una buena inversión.  

Bueno, y mañana seguiremos hablando de moscas... 



Frases de Virgilio





Museo del Bardo: el tesoro de Túnez





martes, 9 de enero de 2018

Por si las moscas... (II)





Maestro de Frankfurt

Retrato del artista y su esposa
(1476) 



Óleo sobre tabla
Museo Real de Bellas Artes, Amberes




Vosotras, las familiares 
inevitables golosas, 
vosotras, moscas vulgares  
me evocáis todas las cosas 

(Antonio Machado: Las moscas. En: Soledades, 1907)



Detalle de la tabla del Maestro de Frankfurt.
La mosca está desproporcionada, ya que no se quiere
hacer creer que está en la escena representada por
el cuadro, sino que está posada sobre la pintura. 
En una entrada anterior hemos visto algunas pinturas de los s. XIV y XV en las que de forma sorprendente se representaban moscas. Desde entonces aparecen estos insectos en otras muchas obras de arte

Una de ellas es la tabla que encabeza este artículo, obra del Maestro de Frankfurt. En ella se representa a sí mismo al lado de su esposa. Sobre el velo blanco de la mujer destaca una mosca, a una escala algo mayor de lo que sería  real. Probablemente el artista quiera crear un trampantojo, hacernos creer que la mosca no está en la escena representada, sino que se ha posado casualmente sobre la tabla pintada. Una manera de demostrar el virtuosismo del artista y su manera de demostrar su habilidad. 


Anónimo. Retrato de un personaje de la familia Hofer
(1470). National Gallery. Londres. 
Otra obra coetánea a la anterior es la de un retrato de un miembro de la familia Hofer. Desconocemos el autor de la obra. Aquí la mosca también aparece posada sobre el tocado de un personaje, aunque aquí si que el insecto está proporcionado. Probablemente se haya puesto la mosca como parte de la escena, aportando un detalle cotidiano no desprovisto de ironía. Indudablemente las moscas debían ser muy habituales en aquella época. 


Petrus Christus. Retrato de un monje cartujo
(c. 1446). 29 x 22 cm. MET, New York








Sin dejar el s. XV, encontramos un retrato de un cartujo, obra de Petrus Christus. Para dar profundidad al cuadro, el artista ha representado una especie de alféizar de ventana, pintando una tabla delante del cartujo. Para aumentar más todavía la sensación de profundidad, aparece una mosca paseándose sobre ella. Un recurso pictórico interesantísimo, que además atrae todavía más la mirada del espectador.  


Crivelli. Virgen con el Niño. (hacia 1480).
Temple sobre madera, 49 x 34 cm,
Victoria and Albert Museum, Londres. 



Progresivamente, las moscas se van integrando en los cuadros, como en la Virgen con el Niño de Crivelli, en el que se usa el mismo recurso de la mosca para dar profundidad a la obra. La mirada de María se dirige de reojo al díptero, obligando al espectador a hacer lo mismo. Así que la mosca no pasa tampoco inadvertida en este caso. 

Pero hay muchas obras más en las que figuran estos dípteros. En el próximo artículo trataremos de algunas de ellas y también de las moscas y de su papel como vector en la transmisión de algunos microorganismos causantes de enfermedades. 




lunes, 8 de enero de 2018

Por si las moscas (I)







Atribuída a Fernando Gallego

La Virgen de la Mosca

Óleo sobre tabla, 92 x 79 cm
Colegiata de Santa María la Mayor. Toro. 



Las moscas son insectos dípteros que no solamente pueden picar a los humanos sino también ser un importante vector transmisor de muchas enfermedades infecciosas. Incluso pueden poner sus huevos sobre heridas o efracciones de la piel dando lugar a la eclosión de larvas (miasis). Por todos esos motivos, las moscas son universalmente odiadas y consideradas unos insectos molestos que conviene evitar. No en vano uno de los nombres que se dan al Diablo es el de Belcebú, que significa literalmente "el señor de las moscas". 

Tal vez por eso, encontrar una mosca en una pintura puede parecer algo insólito. Sin embargo no es del todo inusual. Hemos encontrado moscas en diversas obras de arte. 

Las primeras muscae depictae parece que fueron obra de Giotto di Bondone (1266  - 1337), según nos cuenta Giorgio Vasari (1511 - 1574).  En su obra "Vite de' più eccellenti architetti, pittori ed scultore italiani, da Cimabue insino ai tempi nostri" Vasari relata como Giotto mostró su gran talento desde su infancia. A los 11 años Giotto era pastor y mientras cuidaba unas ovejas, se entretenía dibujando sobre una piedra plana. Un día el gran pintor Giovanni Cimabue (1240 - 1302) vió como pintaba el muchacho, y se quedó admirado de la perfección con la que el pastorcillo había plasmado una de sus ovejas. Tanto se sorprendió, que acompañó al chico a su casa y convenció a su padre que le dejara llevárselo a su taller como aprendiz. 

Con Cimabue Giotto adquirió muchos conocimientos pictóricos y perfeccionó tanto su manera de pintar que algunos, como Dante Alighieri (1265 - 1321) en su Divina Comedia afirma de él que llegó a ser superior a su maestro. En la actualidad Giotto es considerado uno de los primeros y principales artistas que renovó completamente el arte desprendiéndose de los rígidos canones medievales. 

Giorgio Vasari es famoso no sólo por sus interesantísimos escritos sobre los pintores de su tiempo, sino también por haber acuñado el término Renacimiento (Rinascita). En su libro, Vasari también dejó constancia de la siguiente anécdota: 
“Dicen que cuando Giotto, muy joven aún, estaba con Cimabue, cierto día pintó en la nariz de una figura que ese Cimabue había hecho, una mosca tan natural, que cuando volvió el maestro para continuar su obra, varias veces intentó espantarla con la mano, pensando que era de verdad, hasta que advirtió su error.”
Desde entonces las moscas han aparecido en diversas pinturas. La que hoy nos ocupa y que encabeza este artículo es La Virgen de la Mosca. Recibe su nombre a causa de la mosca que aparece nítidamente representado en la rodilla izquierda de la Virgen, destacando sobre el rojo del manto. 


Situación de la mosca en el cuadro comentado
Se trata de un pequeño cuadro pintado a finales del siglo XV o principios del XVI de autoría aún desconocida, que hasta su restauración (1965) fue atribuída a Fernando Gallego (circa 1440 - 1507), cuya firma apócrifa figuraba sobre la tabla, aunque actualmente se cree que es una pintura flamenca, probablemente obra de Michel Sittow (circa 1468 - circa 1525), también conocido como Maestro Michiel, y que la famosa mosca fue añadida por algún discípulo que quería homenajear así a su maestro, a quien se conocía en su tiempo como La Mosca.

La tabla representa una Sacra Conversación, donde aparece la Sagrada Familia con Santa Magdalena y Santa Catalina. La Virgen está dando una pera a María Magdalena, quien aparece representada con uno de sus atributos, un frasco de perfume. En el lado contrario, se sitúa Santa Catalina, con corona y espada, símbolos de su martirio, y detrás de la Virgen la figura de San José. 


Posible retrato juvenil de la reina Isabel La Católica
Otro personaje es una joven rubia que aparece sentada al lado de la Virgen con un libro abierto en su regazo. Según una opinión bastante extendida, esta muchacha sería la joven Reina Doña Isabel I de Castilla (1451 - 1504) que junto con su marido Fernando serían conocidos como los Reyes Católicos. Dos argumentos principales dan pie a esta identificación: por un lado la corona en la cabeza de la reina, y por otro, aún más importante, la espada desnuda a sus pies, recordando su proclamación como Reina de Castilla en Segovia, en 1474, a la muerte de su hermano Enrique IV de Castilla, llamado El Impotente (1425 - 1474). La proclamación de la reina Isabel,  realizada en ausencia de su marido Don Fernando II de Aragón (1452 - 1516). En este acto la reina se hizo preceder por el noble Gutierre de Cárdenas († 1503), que llevaba una espada desnuda en la mano, como símbolo de autoridad, una manera de dejar claro que ella, al margen de su marido, era la verdadera Reina de Castilla e impartidora de la justicia.

La presencia de este retrato en una tabla sacra de la colegiata de Toro no es de extrañar. Recordemos la gran importancia de la ciudad para Isabel I de Castilla, y la de Isabel I de Castilla para Toro, ya que fue en esta localidad donde la de Madrigal de las Altas Torres derrotó a su adversaria Juana de Trastámara llamada la Beltraneja (1462 - 1530).

domingo, 7 de enero de 2018

Lo más leído del blog en 2017








Un dermatólogo en el museo

Lo más leído del blog en el año 2015


El blog se ha consolidado en este tercer año desde su inicio. Con cerca de 900 entradas publicadas y más de 500.000 visitas es actualmente un blog seguido en numerosos países de Europa, América del Norte, Sudamérica y Asia. 

Pasamos hoy revista a las entradas que se han visitado más en este año (todas ellas visitadas entre 1.000 y 10.000 veces) comenzando por el puesto número 10 y llegando, en orden inverso, al primer puesto. Os recomendamos visitarlas, si todavía no lo habéis hecho o una nueva lectura, si os apetece. 



10.  Dalí y el ADN 

Dalí tenía una gran curiosidad por la ciencia. Leía revistas científicas habitualmente y seguía sus progresos. El descubrimiento del ADN lo impresionó especialmente y su interés se reflejó en la representación habitual de la doble hélice de su molécula  en muchas de sus obras. Incluso tuvo lugar una entrevista con Watson en Nueva York. En esta serie de cinco entradas se consideran diversos aspectos de lo que supuso el descubrimiento de la estructura molecular del ADN por parte de Watson y Crick (y de Rosalyn Franklin, una mujer que contribuyó considerablemente al descubrimiento y que es frecuentemente olvidada o relegada) y a la obra de Dalí en relación a este importante progreso, incluyendo el homenaje a Severo Ochoa, amigo y antiguo compañero del pintor surrealista. 

Un dermatólogo en el museo: Dalí y el ADN (I): La doble hélice de la vida. http://xsierrav.blogspot.com/2017/02/dali-y-el-adn-i-la-doble-helice-de-la.html?spref=tw

Un dermatólogo en el museo: Dalí y el ADN (II): Homenaje a Watson y Crick http://xsierrav.blogspot.com/2017/02/dali-y-el-adn-ii-homenaje-watson-y-crick.html?spref=tw

Un dermatólogo en el museo: Dalí y el ADN (III): Watson, Crick... y una mujer en la sombra http://xsierrav.blogspot.com/2017/02/dali-y-el-adn-iii-watson-crick-y-una.html?spref=tw

Un dermatólogo en el museo: Dalí y el ADN (IV): Watson visita a Dalí http://xsierrav.blogspot.com/2017/02/dali-y-el-adn-iv-watson-visita-dali.html?spref=tw

Un dermatólogo en el museo: Dalí y el ADN (V): Homenaje a Severo Ochoa http://xsierrav.blogspot.com/2017/02/dali-y-el-adn-v-homenaje-severo-ochoa.html?spref=tw




9.  La serpiente y el emblema de la Medicina 

La serpiente de Asclepio forma parte del emblema de la Medicina. A veces este símbolo se confunde con el caduceo de Mercurio, que es el símbolo del comercio y de los correos. Esta confusión deriva de una unidad de transporte de heridos en el ejército americano y ha tenido una gran difusión en los EEUU. De ahí ha pasado a otros lugares del mundo. 

El símbolo correcto de la Medicina es una vara con una sola serpiente enroscada y sin el petaso (sombrero alado privativo de Mercurio) 

Un dermatólogo en el museo: La serpiente y el emblema de la Medicina  https://xsierrav.blogspot.com/2017/12/la-serpiente-y-el-emblema-de-la-medicina.html?spref=tw




8. Los malvados de cine, con problemas dermatológicos





En muchas películas los malvados presentan alguna enfermedad o alteración dermatológica. En general, en la historia del arte, presentar alguna enfermedad cutánea es sinónimo de maldad, como exteriorización del mal. Esta identificación continúa en los tiempos modernos. Un estudio revela que la mayoría de malvados de cine de las principales películas presentan alteraciones cutáneas, una forma peyorativa de demostrar su maldad y predisponer a ser odiados por los espectadores. En cambio, los "buenos" suelen estar sanos, o presentar solamente alguna pequeña cicatriz que demuestra su valor.

Un dermatólogo en el museo: Los malvados de cine, con problemas dermatológicos... http://xsierrav.blogspot.com/2017/04/los-malvados-de-cine-con-problemas.html?spref=tw



7. Una hora con Venus y el resto de la vida con Mercurio


Las ITS, especialmente la sífilis y la gonorrea eran muy habituales en los s. XVIII y XIX. La rígida moral imperante hacían que se las considerara males vergonzantes de los que casi no se podía ni hablar. Se las llamaba con el eufemismo de enfermedades venéreas (por haberse contraído rindiendo culto a Venus, la diosa del amor). Entre los tratamientos que se efectuaban para intentar curarlas destacaba el mercurio, terapia dudosamente efectiva y que tenía muchos más efectos secundarios que los que pretendidamente debía solucionar. Por eso hizo fortuna el dicho "Una hora con Venus y toda la vida con Mercurio". Es decir, una hora para contraer el mal (habitualmente a través de un contacto ocasional con una prostituta, de más o menos una hora) y el resto de la vida con el tratamiento crónico e ineficaz de mercurio. Era un comentario jocoso, de referencias mitológicas muy al uso de la época, que expresaba con realismo el triste destino de estos enfermos. 

Un dermatólogo en el museo: Una hora con Venus y el resto de la vida con Mercu... http://xsierrav.blogspot.com/2017/02/una-hora-con-venus-y-el-resto-de-la.html?spref=tw


6. Dalí y las enfermedades venéreas 


Dalí tenía una aversión y un miedo cerval a las enfermedades venéreas. Es posible que este temor irracional derivara de un trauma de infancia. Su padre, temeroso de que su hijo frecuentara los prostíbulos dejó a su alcance de forma prestendidamente descuidada un libro con ilustraciones de sífilis y otras ITS. El joven Dalí quedó tan impresionado que probablemente esto influyó de forma decisiva en su sexualidad. El miedo a contraer enfermedades de transmisión sexual queda patente en algunas de sus obras y en algunos carteles que realizó para alertar del peligro venéreo. 


Un dermatólogo en el museo: Dalí y las enfermedades venéreas http://xsierrav.blogspot.com/2017/01/dali-y-las-enfermedades-venereas.html?spref=tw




5. Cosméticos en la Antigua Roma


Una serie de dos entradas sobre los usos cosméticos en la Antigua Roma. El primero sobre ungüentos y afeites para el cuidado de la piel y el segundo sobre algunos maquillajes. 

Las damas romanas - como las mujeres de otras civilizaciones antiguas - cuidaban mucho de su aspecto y usaban un gran número de cosméticos, algunos de alto precio. Revisamos algunos de ellos, como se usaban y como se presentaban. 

Un dermatólogo en el museo: Cosméticos en la Antigua Roma (I): el cuidado de la piel http://xsierrav.blogspot.com/2017/08/cosmeticos-en-la-antigua-roma-i-el.html?spref=tw

Un dermatólogo en el museo: Cosméticos en la Antigua Roma (II): Maquillajes http://xsierrav.blogspot.com/2017/08/cosmeticos-en-la-antigua-roma-ii.html?spref=tw




4.  Parto, nacimiento y muerte en la Antigua Roma





Algunos datos de cómo eran los partos y los nacimientos en la Antigua Roma. Un proceso que conllevaba frecuentemente una alta mortalidad. Las fiebres puerperales y las complicaciones tocológicas eran frecuentes y conllevaban un alto riesgo tanto para la madre como para el niño. 

Hemos de agradecer en esta entrada la colaboración de la Prof. Mónica Miró, latinista, escritora y estudiosa de la historia romana, que nos ha proporcionado valiosos datos procedentes de inscripciones. Historias de vida y de muerte que contribuyen a que nos acerquemos más a una sociedad de hace dos milenios.  

Un dermatólogo en el museo: Parto, nacimiento y muerte en la Antigua Roma http://xsierrav.blogspot.com/2017/02/parto-nacimiento-y-muerte-en-la-antigua.html?spref=tw



3.  La sarcoidosis de Robespierre


Una reciente reconstrucción del rostro de Robespierre efectuada por Virtual Forensic permite descubrir algunas de las patologías que afectaron a uno de los más destacados líderes de la Revolución Francesa. 

Además de las cicatrices que testimonian que padeció la viruela, sabemos que tenía frecuentes epistaxis y una úlcera de pierna probablemente de origen varicoso. Pero sobre todo destacan algunos signos que permiten sospechar la existencia de una sarcoidosis. Tal vez, si no hubiese sido ejecutado en la guillotina, Robespierre tampoco hubiera vivido mucho tiempo. 


Un dermatólogo en el museo: La sarcoidosis de Robespierre http://xsierrav.blogspot.com/2017/01/la-sarcoidosis-de-robespierre.html?spref=tw



2. El color de la piel de los romanos

  


En general tenemos la idea de que los romanos eran todos blancos. 

Probablemente las llamadas películas "de peplum" han contribuido a hacernos creer que era una sociedad homogénea en raza y cultura. En cambio, nada más apartado de la realidad. El Imperio Romano se extendía por la totalidad de la ribera mediterránea, lo que incluía el norte de África y Medio Oriente. También se expandió por otros territorios incluyendo Germania, Britania, Mesopotamia, etc. Todos estos pueblos quedaron integrados en la romanidad, y por lo tanto su población estaba constituída por individuos con un gran número de fototipos oscuros. Incluso algunos emperadores eran naturales de África, como Septimio Severo, nacido en Leptis Magna (actual Libia) y tenían la tez bastante morena. 

También las culturas, las religiones y las lenguas eran diversas. Es verdad que la mayoría conocían el latín (especialmente en la parte occidental del Imperio, ya que en la parte oriental predominaba el griego) pero la diversidad era la norma. Uno de los elementos de unificación social era precisamente la "concordia", la capacidad para tolerar a pueblos diversos. Lo único que se solía exigir era rendir culto divino al emperador, personificación del Imperio. Y eso creaba algunos conflictos con las religiones monoteístas como los cristianos, que se negaban a adorar a otros dioses diferentes de Cristo, que desembocaron en algunas persecuciones.   


Un dermatólogo en el museo: El color de la piel de los romanos http://xsierrav.blogspot.com/2017/12/el-color-de-la-piel-de-los-romanos.html?spref=tw



Y el artículo más leído fue: 


1. Historia de la fotoprotección

  



En esta serie de tres entradas hablamos de la protección solar. La moda de broncear la piel al sol nació de la mano de Coco Chanel y Josephine Baker, en los años 20. Nadie antes valoraba el tono tostado de la piel, que se consideraba propio de marineros y campesinos. 

Con la exposición solar para obtener el deseado moreno surgieron algunos problemas, como las inevitables quemaduras. Se investigaron cremas hidratantes y de protección hasta llegar a la completa panoplia actual. 



Un dermatólogo en el museo: Historia de la fotoprotección (I): La moda del moreno. http://xsierrav.blogspot.com/2017/06/historia-de-la-fotoproteccion-i-la-moda.html?spref=tw

Un dermatólogo en el museo: Historia de la protección solar (II): Broncearse sin quemarse (1928-1950)... http://xsierrav.blogspot.com/2017/06/historia-de-la-proteccion-solar-ii.html?spref=tw

Un dermatólogo en el museo: Historia de la protección solar (y III): Protegerse de los UVA (de 1950 a la actualidad) http://xsierrav.blogspot.com/2017/06/historia-de-la-proteccion-solar-y-iii.html?spref=tw