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viernes, 11 de agosto de 2017

Las enfermedades venéreas en la obra de Lope de Vega (I)






Manuel Fuxá y Leal

Estatua de Lope de Vega
(1891-95)

Estatua de mármol
Biblioteca Nacional. Madrid



Tras pasar revista, en anteriores entradas, de las enfermedades cutáneas mencionadas en las obras de Lope de Vega, nos falta revisar ahora las enfermedades de transmisión sexual. 

Lope fue un gran mujeriego, y llevó una vida amorosa bastante promiscua, llena de aventuras apasionadas y de efímeros amoríos de todo tipo, de forma pública y notoria. Baste recordar que e29 de diciembre de 1587 el escritor fue detenido en un corral de comedias de Madrid y conducido a la cárcel de la Villa y Corte, como consecuencia de un lío de faldas. Por eso sorprende su actitud moralista y misógina, advirtiendo constantemente de los peligros de frecuentar la compañía femenina. Los males que según él "producen" las mujeres son advertidos de forma explícita: 
"Que no hay falta de salud 
como sobra de mujeres"
(Las mujeres sin hombres, acto 3º) 

"Los filósofos alaban 
la moderación de Venus 
y así la pueden usar  
con templanza los discretos"
(El desconfiado, acto 1º)

Incluso llega a considerar las mujeres como una enfermedad: pestilencia ( El mármol de Felisardo, acto 3º); mal protervo (Las batuecas del duque de Alba, acto 1º); y a las prostitutas como enfermas:
"estas enfermas de corte, que se llaman cortesanas"  
(El piadoso veneciano, acto 2º) 
Destaca las enfermedades venéreas que ocultan las prostitutas:  
"... gente que cuando jabona 
muestra las ocultas gracias,  
que a veces entre la seda  
cubre enfermedades tantas"
(La sortija del olvido, acto 1º) 

"Oí decir a un amigo 
que mujeres semejantes, 
y los que pagan dellas, 
eran baraja de naipes. 
En copas dan el veneno,  
que emborracha a los galanes:  
en los bastos los bordones 
de tantas enfermedades" 
(Virtud, pobreza y mujer, acto 1º)

Sin embargo, después de todas estas diatribas contra mujeres, prostitutas y mal venéreo, en algunos pasajes reconoce que también él ha tenido alguna experiencia personal: 

"que me deja en el término de un hora 
de humor el vestidillo inficionado"
(El galán Castrucho, acto 1º)  



Bibliografía: 

Albarracín, A. La Medicina en el teatro de Lope de Vega. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Instituto "Arnaldo de Vilanova". Madrid 1954. 





miércoles, 9 de agosto de 2017

El posible carcinoma de un joven risueño






Annibale Caracci  

Cabeza de joven sonriente
(o El bufón)
(1583)  

Óleo sobre papel. 122,5 × 98,5 cm
Galleria Borghese. Roma.




Annibale Caracci (1560-1609) fue un pintor y grabador del barroco italiano. Representó una línea continuista del renacimiento opuesto al naturalismo de Caravaggio.  Con su hermano Agostino y su primo Ludovico fundaron una Academia artística que creó escuela. También realizó frescos y diversas obras para varios papas. 

En esta obra, que se conserva en la colección de la Galeria Borghese, retrata a un joven de sonrisa franca y alegre. Tal vez por eso también se conoce como "el bufón", aunque no está documentado que fuese este su oficio. El joven, con la cabeza ladeada y una sonrisa asimétrica e irónica, mira de soslayo al espectador, en un gesto de gran vivacidad. 

En la cara externa de la zona orbitaria se marcan, como es natural, las arrugas cutáneas que se producen al reír, las conocidas "patas de gallo". Pero en este caso observamos que los pliegues aparecen deformados por una zona pigmentada y que da la impresión de ser de consistencia dura, incluso leñosa. 

Es difícil estar seguros de esta induración si no se palpa la zona - cosa imposible de realizar en un retrato - pero el aspecto visual nos lo sugiere poderosamente. En caso de que fuera una placa dura, habría que pensar en un proceso tumporal, probablemente un carcinoma basocelular, que es una causa frecuente de este tipo de alteraciones. La localización - una zona descubierta y expuesta habitualmente al sol - también es compatible con esta hipótesis diagnóstica. Es cierto que estos tumores suelen aparecer en edades más tardías de la vida, pero ocasionalmente pueden observarse en jóvenes. A lo largo de mi práctica profesional como dermatólogo he tenido la ocasión de diagnosticar un par de docenas de casos en pacientes de menos de 30 años, por lo que no sería éste un caso excepcional. 

En todo caso debería plantearse el diagnóstico diferencial con cicatrices, retracciones o incluso con otros tumores como el llamado carcinoma indurado de Malherbe, aunque en mi opinión estas hipótesis son mucho menos probables. 




Unos párpados cansados





Orazio de Ferrari

Retrato masculino
(1625-1650 circa)

Óleo sobre lienzo. 44 x 34 cm. 
Galeria Doria Pamphilj. Roma.  



En la Galería Doria Pamphilj de Roma, me encontré con este cuadro, que representa un retrato masculino. Es obra de Orazio de Ferrari (1606-1657), un pintor genovés que decoró el Palacio Grimaldi de Mónaco y que murió de peste en 1657. Se dedicó sobre todo a la pintura religiosa, pero nos ha dejado también algunos retratos como éste, de un personaje desconocido. 

La pintura representa la cara de un hombre de cierta edad, que ocupa la práctica totalidad del cuadro. Mira al espectador con mirada melancólica, con una cierta actitud de cansancio. Sus párpados están algo edematosos, con una visible blefarocalasia. Los bordes palpebrales están un poco enrojecidos. En el ángulo interno del párpado superior se observa una lesión redondeada, que tal vez pudiera sugerir una dacriocistitis (inflamación de la glándula o el conducto lacrimal). Además presenta pequeños nevus en nariz y mejilla. 

La cola de la ceja aparece rala, desprovista de pelo en su tercio externo. La alopecia de la cola de la ceja puede ser un síntoma presente en la sífilis secundaria, aunque por solo este síntoma no puede concluirse el diagnóstico. 

Esta es la visión del dermatólogo. La del amante del arte es la de una obra que capta muy bien el ánimo del retratado, y que consigue una mirada de gran profundidad.  




lunes, 7 de agosto de 2017

Las bacterias de las esponjas de cocina






Yves Klein

Esponja azul sin título
(1957)

San Francisco Museum of Modern Art 



Yves Klein (1928-1962) fue un artista contemporáneo encuadrado en el movimiento Neo-Dadá, con un concepto personal del arte. No intentaba transmitir la belleza, ya que según él, la belleza ya existe en todas partes. Tomaba objetos cotidianos inundándolos con un solo color, obsesivo e intenso. En 1957 comenzó su época azul y se fijó en las esponjas como objeto al que dedicó numerosas esculturas y pinturas. Algunas de estas esculturas-esponja están en el museo Solomon Guggenheim, el Centro Pompidou de París o en el Museo de Arte Moderno de San Francisco. También hay otras formando parte de importantes colecciones privadas de arte contemporáneo. 

Partiendo de la obra de este artista comentaremos algunos aspectos de estos objetos cotidianos, las esponjas, que frecuentemente se usan en los baños o en las cocinas. 

Las esponjas de cocina por su naturaleza porosa y por su capacidad de almacenar agua constituyen un medio de cultivo óptimo para la proliferación de bacterias. Los   microorganismos provienen de los restos de alimentos, de las superficies con las que han contactado previamente o incluso de nuestra propia piel, donde prolifera una  importante microbiota. 

Recientemente un trabajo de unos microbiólogos alemanes publicado en la revista Scientific Reports (julio 2017) demuestra que cada centímetro cúbico de esponja contiene millones de gérmenes. Y este es el material que usamos para "limpiar" la vajilla. 

Los científicos analizaron la población microbiana de 14 esponjas de cocina usadas, tomando de todas ellas muestras der la parte superior y de la parte inferior. Obtuvieron así 28 muestras para su estudio.

Como resultado de su investigación, encontraron una gran cantidad de microorganismos inofensivos, pero también hallaron ADN de algunos gérmenes potencialmente patógenos, como enterobacterias (EscherichiaCitrobacterLeclercia), generalmente responsables de infecciones intestinales. En cambio en las esponjas nuevas, que no habían sido usadas, no constataron la presencia de gérmenes potencialmente patógenos. 


(A) Esponja de cocina    (B) Escala : 1 mm    (C) Composición de la microbiota de las esponjas de cocina (20 especies más frecuentes) 


El género bacteriano más abundante fue Moraxella osloensis. Las bacterias del género Moraxella se han detectado con frecuencia en la superficie de los fregaderos, puertas de las neveras y hornos, superficies que suelen limpiarse con esponjas y estropajos. Estas bacterias también se encuentran como parte de la microbiota de la piel humana, por lo que el contacto con las manos puede ser la fuente de Moraxella en las esponjas. Además, se ha sugerido que esta bacteria es la responsable de mal olor típico de la ropa húmeda y sucia de las lavanderías y de los estropajos usados. Cuando tu esponja huele mal, la culpa es de Moraxella.

Para una mejor higiene, los científicos recomiendan cambiar de esponja frecuentemente (cada semana sería lo más conveniente); y tras su uso proceder a aclararlas con lejía o un producto de limpieza de vajillas y escurrirlas bien  











domingo, 6 de agosto de 2017

Pezones en el corsé





Nicola Constantino 

Human Furrier. Nipple Corset
(1999)

Silicona y poliuretano 34 x 81.5 x 23 cm  
MoMa. New York



Nicola Constantino (Rosario, 1964) es una artista argentina que ha cultivado la cerámica, la escultura, la investigacion de diversos materiales y las instalaciones. Algunas de sus obras se exhiben en el MoMa de Nueva York o en el MOCA de Los Ángeles o en el Blanton Museum of Art de Texas
Con silicona y poliuretano inyectado ha conseguido un material de aspecto muy semejante a la piel humana, con el que ha realizado diversas obras. 

Muy interesada por la atracción sexual que despiertan los pezones y en el tabú que generalmente pesa sobre ellos como parte erógena de la piel, ha creado este peculiar corsé que remeda la piel humana, sembrado profusamente con múltiples pezones. La artista transgrede así el tabú que pesa sobre esta zona cutánea, provocando deliberadamente al espectador. Al mismo tiempo desposee a los pezones de su dualidad, creando una obsesiva polimastia con lo que consigue quitar toda su carga erótica, reduciéndolos así a un mero elemento ornamental. La intención satírica de Constantino deja al espectador una indefinible sensación. 

La artista ha realizado también diversas prendas de vestir como zapatos, bolsos o vestidos femeninos con esta piel sembrada de pezones. Incluso un balón de fútbol confeccionado así. Esta peculiar peletería en símil de piel humana la usa ella misma personalmente en las inauguraciones de sus exposiciones. La idea que intenta transmitir es la de vestirse con tu propia piel, para mostrar la perversidad y artifiosidad de la cultura.